ℍ𝕖𝕣𝕖𝕕𝕖𝕣𝕒 𝕕𝕖𝕝 𝕀𝕟𝕗𝕚𝕖𝕣𝕟𝕠 (𝕫𝕒𝕥𝕫𝕩𝕥𝕦)

Capitulo 2

—Me enorgulleces, hija mia— Dijo Mictlán dirijiendose hacia su hija— Acompañame, te enseñare el como dar la advertencia de una guerra.

Mictlán salio de ahi y Perséfone habia desaparecido de ahi.

Apareciendo en una rama, Perséfone vio a Mictlán llegar enfrente al ejercito Teca.

—Su viajecito termina aqui mortales— Dijo Perséfone saliendo desde las sombras.

—¿De nuevo tu, niñita?— Dijo el rey Teca.

—Tú, hombrecito aguila— Dijo Mictlán saliendo detras de su hija— Debes ser a quien llaman el Rey Teca.

—Y tu monstruo—Dijo el rey alzando su espada— Debes ser el dios Mictlán.

—¿Monstruo?— Dijo Mictlán enojado— ¡Yo soy el dios de la guerra!

Mictlán y Perséfone se elevaron, mientras el ejercito Teca se preparaba para pelear.

—¡Por Teca!— Grito el rey y todos corrieron hacia ambos dioses.

—Y de esta manera, Perse— Dijo Mictlán despacio— Es como se inicia una guerra.

Perséfone miro a los guerreros,《Lo siento》Dijo ella solo moviendo los labios, algo que solo el Rey Teca vio.

Los ojos de todos los guerreros tomaron un color morado y empezaron a atacarse entre ellos.

Cuando todo termino Perséfone desaparecio, apareciendo sentada en la rama donde Zatz se encontraba.

—Lamento que hayas visto eso— Comento la diosa con una voz fria.

—Pudiste detenerlos...

—No podia hacerlo, Zatz... Por eso no quiero unirme a la misionsita que tu padre y tú planean.

—¿De que hablas?

—Deberian tener cuidado cuando hablan de eso— Dijo la diosa levantandose— Alguien podria escucharlos, tienen suerte de que no le sea tan fiel.

—¿Por que no lo eres?

—Tengo mis razones— Perséfone bajo de la rama y camino hacia el rey Teca, quien estaba inconsiente en el suelo— Sigue vivo, pero no por mucho tiempo.

La diosa comenzo a llevarse al rey Teca, dejandolo en casi la entrada del bosque.

—¿Qué haces, Perse?— Pregunto Zatz mientras que la chica quitaba a las dos vivoras que tenia alrededor de su cuello.

—Vayan por lo que quedo de las armas de los hijos del rey y regresen rapido, niñas— Dijo Perséfone y las vivoras salieron de ahí.

Al levantarse la diosa vio que Zatz la observaba.

—No deberias verme de esa manera y lo sabes bien— Dijo la diosa mientras se elevaba.

—¿A donde vas?— Pregunto el albino.

—Regresare al inframundo... No debes de preocuparte por las viboras en cuanto te dejen las armas, ellas desapareceran, asi como yo— Dijo la diosa para despues tronar los dedos y desaparecer de ahí.

Cuando aparecio en su habitación, Perséfone preparo en una tina agua para limpiar la sangre que habia en ella.

Al entrar en la bañera, el agua se fue volviendo de un color negro, no por la sangre ó por la suciedad, sino por la locion que el agua tenia.

Persefone sintio su cabello recogerse, las vivoras habian aparecido ya.

—Espero hayan cumplido— Dijo Perséfone cerrando los ojos para relajarse.

Lo cual no duro mucho, ya que alguien toco a la puerta.

Persefone no saldria de la bañera asi que...

—¡¿QUIEN ES?! ¡¿Y QUE QUIERE?!— Grito la diosa.

—Un fiel seguidor— Contesto el albino al otro lado de la puerta.

Al escuchar la voz de Zatz, las vivoras empezaron a revolverse entre el cabello de la diosa.

—No se alboroten— Dijo Perséfone mientras sumergia más su cuerpo en la bañera, dejando solo a la vista sus hombros para arriba— ¡Puedes pasar!

Zatz entró y bajo la vista al ver a la diosa.

—¿Que quieres?— Dijo Perséfone volteando a verlo.

—Tu padre quiere vernos a todos en unos minutos— Dijo el albino con la vista hacia el suelo.

—Levanta la vista, Zatz. No me veras desnuda, ¡Por los dioses!

Zatz alzo la vista y Perséfone solo lo miro.

—¿Era todo?

—Si...

—Puedes irte entonces, bajare en unos momentos.

Zatz abrio la puerta para salir.

—No hables con tu padre sobre el plan que tienen— Dijo la diosa tranquilamente— Te recuerdo que tengo ojos y oidos en todas partes.

Zatz solo asintio y salio de ahi.

—Siganlo— Ordenó Perséfone y las vivoras ambas vivoras calleron de su cabello para seguirlo.

—La hubieras visto pelear, padre— Dijo Zatz mientras el y el General Camazotz caminaban hacia el salon principal— Peleaba con tanta delicadeza y luego es tan hermosa y...

—Baja la voz, Zatz alguien podria escucharte— Contesto su padre bajando la voz.

—No se preocupe, General— Dijo Perséfone mientras caminaba hacia ellos— Es un alago que Zatz cuente maravillas de mi, eso si, que no se entere Acat.

El traje de la diosa cubria su cuerpo hasta el cuello, pero dejaba sus brazos a la vista.

—¿Y tus seguidoras?— Pregunto Zatz al ver que el cabello de Perséfone estaba suelto.

Ambas vivoras cayeron del techo enredandose en los brazo de la diosa.

—Ahora se a que te refieres con tener ojos y oidos en todas partes— Comento Zatz a lo que la diosa solo sonrio.

—Debemos entrar, nos estan esperando— Dijo la diosa.

Mictlán los convoco de nuevo, como era de esperarse era para la misma mision... IR POR LA PRINCESA MAYA.

-Zatz, Perséfone, vengan ante mi- Dijo Mictlán en un tono amenazante- Es la ultima vez que se los pido, ¡TRAIGAN A LA PRINCESA TECA!

Perséfoney Zatz se miraron, antes de asentir una voz se escucho a lo lejos.

-¡Acat se la traera, mi señor!- Caminando hacia el frente, Acat miró a Mictlán.

-Muy bien Acat, confio en que la traerás en una sola pieza- Dijo Mictlán, ante esto dio a entender que solo era la mision de Acat.

Acat asintio y salio.

Antes de que los demás dioses se retiraran, Mictlán hablo de nuevo.

— Supervisa que la traiga con vida, hija mia.

-Lo haré, padre- Dijo la diosa y despues de una reverencia, salió de ahi.