ℍ𝕖𝕣𝕖𝕕𝕖𝕣𝕒 𝕕𝕖𝕝 𝕀𝕟𝕗𝕚𝕖𝕣𝕟𝕠 (𝕫𝕒𝕥𝕫𝕩𝕥𝕦)

Capitulo 6

—¿Quien de ustedes sera el siguiente?— Pregunto Mictlán al ver a los dioses.

Ha pasado un mes desde que inicio su plan de ir por la princesa Maya.

Perséfone estaba con Ares y Hestia.

—¿Ustedes dos pueden hacerlo?— Susurró la castaña a ambos dioses.

Ambos dioses voltearon a verse.

—Nosotros se la traeremos mi señor— Dijo Ares avanzando con Hestia.

—No le fallaremos— Dijo la pelirroja.

Perséfone los miraba, era obvio que fallarian.

—Bien tienen dos semanas para traerme a la niña Teca ¿Entendieron? No tendran más.

Ambos dioses regresaron a donde Perséfone estaba.

—¿Seguros que pueden traerla?— Preguntó la castaña.

—Realmente no— Dijo Ares —Pero hay que tratar.

—Tenemos que ir a prepararnos— Continuo Hestia— Por cierto...— Dijo la diosa al oido de la castaña— Zatz no te ha quitado los ojos de encima.

Era media tarde ya, Perséfone y Zatz observaban todo desde la rama de un arbol.

Al parecer Maya ya estaba conociendo al su ultimo "guerrero".

—¿En serio crees que puedan llevar a la princesa Maya?— Pregunto Zatz

—¿Asi que dudas de Ares y Hestia?— Pregunto la castaña— La verdad no lo haran, nadie puede con ellos.

—¿Por qué lo dices?— Pregunto el albino.

—La chica esta pegada a la profecia, Zatz... Oh por los dioses...— Dijo la chica con un brillo en los ojos.

Zatz siguio su mirada, al parecer la princesa Maya ya habia conseguido a su ultimo guerrero.

—Persé— Dijo Zatz tratando de llamar la atencion de la diosa.—Persé...

La diosa seguia observando (al igual que Maya y Chimi) a Picchu, el ultimo guerrero según la profecia.

—Tierra llamando a Perséfone— Dijo Zatz en un tono molesto y la diosa seguia sin hacerle caso— ¿Notaste que Hestia se veia hermosa hoy?...

—¿De que me estas hablando?— Dijo la diosa enojada, colocando la punta de una de sus dagas debajo de la barbilla del albino.

—¿Ahora si me prestas atención?

—Me molesta que hables asi de otras...

—Y a mi me molesta que veas asi a otros— Contesto el albino quitandole la daga a Perséfone.

—No soportas nada ¿Cierto, Zatz?— Preguntó Perséfone alzando una ceja.

—Te recuerdo que tu fuiste quien empezo— Contesto el albino.