ℍ𝕖𝕣𝕖𝕕𝕖𝕣𝕒 𝕕𝕖𝕝 𝕀𝕟𝕗𝕚𝕖𝕣𝕟𝕠 (𝕫𝕒𝕥𝕫𝕩𝕥𝕦)

Capitulo 4

—¡ZATZ!— Grito Perséfone de diez años —Sal de donde quiera que estes, ya ganaste.

— Tal vez este escondido en su habitacion— Dijo Ares mientras seguia a Perséfone junto con Hestia.

—Yo digo que esta en la sala de entrenamiento, ese es un buen lugar para esconderse— Sugirio Hestia.

Entraron corriendo a la habitación del albino. Todo estaba oscuro.

—No creo que este aqui, Perséfone— Dijo Hestia de nuevo.

—Deberiamos ir a la sala de entrenamiento— Dijo Ares apoyando la idea de Hestia.

—Vayan ustedes— Dijo Perséfone — Los alcanzo más tarde.

Ares y Hestia salieron de la habitación, mientras Perséfone se sentó en la cama del albino.

—Te obligare a salir, Zatz— Dijo la niña mientras las pequeñas serpientes que recorrian su cuello empezaron a dirijirse debajo de la cama— Sorpresa...

Zatz salio rapido debajo de la cama.

—No es justo, Persé— Dijo el niño sentandose enfrente de ella.

— Si es justo, de igual manera ya habias ganado...

— Pero sabes que tus mascotas no me gustan — Se quejo el albino.

—Mi padre dice que en el futuro me serviran— Dijo la niña mientras tomaba a las serpientes— Y hasta ahorita me sirven de mucho...

—Sabes que si las serpientes hacen eso... Zatz se enojara— Dijo Hestia preocupada.

—Acabas de llegar, Hest— Dijo la diosa mientras ambas veian a las serpientes comerse a un murcielago— Eso le pasa a Zatz por andar de coqueto despues de que mi padre matara a Acat.

— Lo que no entiendo es — Empezo a decir Hestia— si todos estos largos años has querido que Zatz te ponga atencion ¿En que te molesta?

—Su "relacion" con Acat duro cuatro años, Hest— Dijo Perséfone— Imaginate que empieze algo con el y derrepente llegue mi hora, el chico va a conseguirse a alguien de un dia para otro.

—No debes pensar de es manera, Persé...

—¿Y tú si puedes?

—Ares es completamente diferente a Zatz...

—Lo dices porque vives alejandote de él, Hestia— Comento Perséfone haciendo que las serpientes regresaran a ella— Si el chico te insiste tu acepta.

—¿Por qué le das sus propios consejos, Persé?— Interrumpio una voz desde la puerta de su habitacion.

Zatz llego hasta ellas y se quedo boquiabierto al ver lo que hicieron las serpientes.

—Eso te pasa por andar de coqueto— Dijo la castaña tocando el hombro del albino.

—Por desgracia para ti, Persé... es que eso no era una murciélago— Dijo el albino haciendo que la castaña se quedara callada— Eso era una rata...

Perséfone se quedo callada mirando al suelo.

—Alguien te espera abajo Hestia— Dijo Zatz sin quitarle la vista a Perséfone.

Hestia salió de ahi, despues de un largo silencio Perséfone hablo.

—Usaste mi propio plan, eso fue inteligente.

—Solo pense en lo que harias... Persé ya paso un mes desde lo de Acat y...

—No, no acepto

—Ni siquiera pude terminar de hablar...

—No lo hago porque no te ame Zatz, o por Acat... yo le tengo miedo a lo que mi padre pueda hacerte— Dijo Perséfone mirando al albino.

El chico se acerco a ella y tomo sus manos.

—A veces hay que arriesgarse, Persé, no importa que.

Perséfone miro a Zatz, ¿Que es a lo que ella temia? Ella temia que Mictlán le hiciera algo a Zatz.

—Deberias seguir el consejo de Hes...

Zatz no pudo terminar de hablar ya que Perséfone habia comenzado a besarlo.

Despues de nueve años de descubrir que estaban enamorados el uno del otro, ella habia vuelto a besarlo.

El albino le regreso el beso, mientras que la luna iluminaba la habitación.

Ambos se separaron y se miraron

—Menti sobre la rata...— Dijo Zatz haciendo que Perséfone solo sonriera y no tratara de reir.

—¿Lo siento?— Dijo la chica en un tono burlón antes de acercarse de nuevo a él.

—Ambos sabemos que no lo sientes— Dijo el albino negando con la cabeza pero la diosa noto que estaba sonriendo.

—Niñas...— Dijo la castaña haciendo que ambas serpientes de su cuello calleran al suelo— Salgan de aqui y no dejen que alguien pase...