Capítulo 7. 1ºB

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Ante ella la mano llena de arrugas de su anciana vecina, Asunción, que le tendía una taza de café con unas galletas. Nora tomó la taza con las manos y la señora dejó las galletas sobre la mesa, después tomó un sorbo de café. Nora también bebió un poco, después bajó la taza para apoyarla sobre su regazo.

—¿Cómo se encuentra después de lo de anoche? Me imagino que ha debido de ser un susto muy grande —dijo tratando de ser lo más amable y correcta posible.

La anciana asintió repetidamente cerrando los ojos. Cogió las solapas de su chaqueta para ajustársela cerrándola más sobre el pecho y después hizo una mueca de lástima.

—Pues sí, la verdad es que me he asustado un poco y me ha subido la tensión. Pero gracias a Dios estoy bien. Que ya sabes que a esta edad nunca se sabe, si no es una cosa es otra. Yo ya no puedo ni bajar las escaleras, tengo un dolor de piernas. No tengo ni fuerzas, en la última analítica me salió que tenía anemia, verás tú. Pero que te voy a contar a ti si estás estupenda, en la flor de la vida. Ay, Dios mío... ¡Divina juventud! ¡Quien la pillara, eh!

Asunción se echó a reír, se tapó la boca y aprovechó para sacar un pañuelo que guardaba en la manga de su chaqueta, se sonó la nariz y volvió a guardar el pañuelo en la manga. Nora aprovechó para interrumpirla, y poder por fin hablar.

—Pero usted, ¿tenía relación con este vecino?

La anciana asintió repetidamente volviendo a hacer el gesto de cerrarse la chaqueta, dejó las manos en su pecho mientras comenzaba su relato.

—Claro, nena. Si yo soy la casera del muchacho, que te voy a contar. Ahora lo que más miedo me da es quedarme con el piso vacío porque yo es que necesitaba el dinero, porque ya ves que con la pensión que me dan, no me da para vivir.

—Entonces ¿tenía buena relación con el chico? —preguntó Nora.

Asunción negó enérgicamente con la cabeza mientras soltaba una risita sarcástica. Nora mientras tanto bebió otro sorbo de su café.

—No te vayas tu a pensar que he tenido nada que ver. Soy pecadora por muchas cosas, pero esos pecados no los cometo. Lo que pasa es que el muchacho no me pagaba ni un mes a la hora. Se me retrasaba siempre y me tenía la casa hecha un desastre, siempre se le rompía algo. Y estaba siempre regañándolo. Pero bueno que a pesar de todo me da pena de lo que le ha pasado, porque yo el mal no se lo deseo a nadie. Y era un buen muchacho, que al menos, eso sí, tendría todos sus defectos, pero también me ayudaba, que me subía la compra y todo. Vamos que teníamos buena relación a pesar de que la casa me la tenía hecha una pocilga.

Nora se sorprendió de lo que le estaba contando Asunción. No se esperaba para nada aquella relación entre ellos, por la actitud que siempre tenía el chico.

—Pues la verdad, doña Asunción que me sorprende esto que me acaba de contar. Porque a mí es que ni me saludaba, y por lo que tengo entendido era un chico ermitaño.

Asunción se rio y le dio un golpecito a la joven en el brazo.

—Ay nena, no se lo tengas en cuenta, que el muchacho era muy tímido. Y que, aunque yo me quejara mucho de él, al final le había cogido cariño y todo. A mí todo esto vamos, me ha pillado de sorpresa porque yo no escuché ni una mosca anoche. Me tomé mi pastilla para dormir y tan ricamente hasta esta mañana que me he encontrado con todo el pastel. Pero, nena, si quieres quedarte más tranquila tú sube a hablar con el vecino de aquí al lado, que es policía y seguro que de algo se ha enterado. Así te quedas tú más tranquila.

Nora dio un sorbo más a la taza de café y la dejó sobre la mesa. Cogió una galletita y se levantó para abandonar la casa plagada de cuadros de Jesucristo y la Virgen María.

—Muchas gracias, doña Asunción. Tenga cuidado.

La anciana la despidió con la mano.

—Sí, ve con Dios, nena.

La joven llegó hasta la puerta y salió de allí dejando a la anciana con su soledad, empezando también a sospechar algo de ella. En su relato había algo que no le cuadraba. Quizás estuviera maquillando la relación que tenía con el chico. Pero ¿cómo iba a ser capaz aquella pobre mujer de matar a un joven?

Who did it? #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora