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Si, fue raro para Harry no ver a la chica los últimos días de clase antes de navidad

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Si, fue raro para Harry no ver a la chica los últimos días de clase antes de navidad. Ni siquiera para comer.

Estaba algo confuso, preocupado y sobretodo arrepentido de haberle hablado así aquel día. Era un completo idiota y sentía rabia con el mismo.
-Hermione, creo que le preguntaré a McGonagall si sabe algo de ella.- dijo de repente el azabache mirando como cierto platinado se acercaba a su jefa de casa.

Draco tragó hondo antes de tocarle el hombro a la profesora de transformaciones.
-Señor Malfoy, hay algo que pueda hacer por usted?- preguntó con sorpresa al ver que el platinado se encontraba acudiendo a ella.

-Se que no es de mi incumbencia. Y se que piensa que no debería importarme, pero... hay una chica, de Hufflepuff, que no ha venido en días y creo que bueno, es preocupante.- dijo intentando sonar indiferente.
-Habla de Kaia Sparks?- preguntó con más sorpresa aún McGonagall.

El chico asintió.
-Hace unos días, creo que la ayude con algo, y no la he vuelto a ver. Sabe si ella... sigue bien?- preguntó ahora más tranquilo al ver que la mujer entendía su preocupación.

McGonagall sonrió tiernamente.
-Kaia... esta bien, se ha ido unos días antes de Hogwarts por unos problemas algo personales, pero si, ella se encuentra bien.- le respondió con cierta alegría.

Si, la chica se encontraba en perfecto estado.
-Buenos días Kaia, oh, interrumpo algo?- preguntó la voz de Tonks con cierta curiosidad.

La chica se encontraba en el escritorio, escribiendo algo, como si fueran cartas o en su diario. Nadie lo sabía, ni le presionarían a decirlo si no se encontraba cómoda.
-Da igual, que es?- preguntó la chica ahora mirándola.

Tonks sonrió emocionada.
-Venia a avisarte de que... nos han invitado a cenar, la noche de navidad, que dices? Será divertido.- mencionó ella haciendo que la chica frunciera el ceño.- Claro que si no quieres nos podemos quedar contigo...

Y causar más problemas? Ni hablar.
-No, si no soy molestia... puedo acompañaros.- sugirió ella con una pequeña sonrisa.
-Nunca serás un problema, que no se te olvide.- mencionó ella guiñándole el ojo para salir y dejarla de nuevo en sus pensamientos.

Una cena? Quien lo diría? La chica suspiró antes de enviar la cartas que había escrito para Hogwarts. Una para Draco, la otra para McGonagall.

Una vez se había preparado, se miró en el espejo algo insegura de sí misma. Es decir, había evitado ponerse ningún vestido sino unos pantalones de lo más calentitos junto con un jersey que Remus le había reglado por navidad.

Donde irían? Conocía ese lugar? Eso se preguntaba mientras caminaban hacia allí.
-Un momento, pero... no podemos.- dijo de repente parando por completo una vez habían llegado a la puerta.- La luna... no podemos.

Tonks miró a Remus quien entendió a la perfección la preocupación de la chica.
-Puedes ir entrando... tengo que contarle algo a Kaia.- le dijo a la chica la cual les sonrió antes de adentrarse a la casa la cual parecía de lo más acogedora.

La Hufflepuff siguió al hombre el cual caminaba tranquilamente hasta parar por completo en frente de unos matojos de hierba.
-Érase una vez un hombre a quien le alteraba tanto ver su propia sombra y le disgustaban tanto sus propias pisadas que decidió librarse de ellas.- dijo de repente mientras miraba a la luna.

Kaia también la miró y se abrazó a sí misma mientras escuchaba con atención.
-Se le ocurrió un método: huir. Así que se levantó y echó a correr, pero cada vez que ponía un pie en el suelo había otra pisada, mientras que su sombra le alcanzaba sin la menor dificultad.- siguió explicando con simpleza.

Pero Remus miraba de reojo a la chica y no le explicaba eso por que si. Ambos compartían algo de lo que ninguno podía escapar.
-Atribuyó el fracaso al hecho de no correr suficientemente deprisa. Corrió más y más rápido, sin parar, hasta caer muerto.- dijo ahora llevando sus manos a su bolsillo.

-Qué? Pero podría haberse quedado quieto, y podría haber buscado un lugar con sombra. Así esta desaparecería y no tendría más pisadas.- respondió ella con obviedad.

Remus sonrió para el mismo. Kaia acababa de darse su propia respuesta.
-Exacto, creamos nuestra propia confusión rechazándonos a nosotros mismos y censurándonos. No aceptamos quienes somos.- le explicó este.- Solo podemos liberarnos de este estado a través de la aceptación, porque al luchar contra nuestra naturaleza nos autodestruimos.

Kaia miró al suelo. Cuanta razón tenia Remus, pero por más que intentara aceptar quien era... solo pensamientos negativos invadían su cabeza.
-Ojalá fuera normal, como todos, me gustaría poder tener amigos.- soltó ella de repente.

Y Remus solo podía pensar en lo mucho que ambos se parecían.
-Tienes que aceptar tu condición. Aún que duela, y dolerá. Tienes que estar orgullosa de quien eres.- explicó este.

-Pero yo... no soy nada. Como puedo estar orgullosa por ser... esto?- preguntó señalándose a sí misma.- Siempre pensé que si solo no tuviera este problema...

-Serías feliz? Kaia, cada persona tiene sus propias luchas, y no te sucede solo a ti. Tú tienes unas características personales, un carácter y un temperamento y un cúmulo de experiencias y aprendizajes en tu sabiduría interior. Eres Kaia Sparks, eso es suficiente para estar orgullosa.- dijo el hombre mirándola con ojos sinceros y comprensivos.

La chica miró a otro lado.
-Y si a la gente no me gusta mi manera de ser?- preguntó ahora con cansancio.- Y si piensan que solo eres...
-Un monstruo.- terminó por decir Remus, acordándose de sus tiempos en Hogwarts.

Kaia asintió con pesadez y sintió como la mano del hombre reposaba en su hombro.
-No podrás agradarle a todos, y eso está bien, créeme, hay demasiada gente maravillosa en el mundo que sabrá comprenderte, aún te queda tanto por explorar... no tienes que rendirte ahora.

La Hufflepuff no dijo nada. Simplemente miró al suelo procesando lo que le acababa de mencionar Remus el cual decidió dejarla sola para que tuviera tiempo de pensar.
-Entra cuando estes lista, te espero junto con todos.- le dijo tranquilamente.

Si, cuando Remus entró a la madriguera, Harry fue el primero que levantó la mirada. Sabía que ella se encontraba ahí.
-Donde está?- le preguntó con cierta emoción.

El hombre trató de decirle que la dejara sola para que pudiera recapacitar pero fue tarde pues el azabache ya había salido a buscarla.

what is love? (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora