capitulo 16

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-Apreté el algodón fuerte en la herida, haciendo que Ethan corra su cabeza ya que le dolía- no te pases de listo conmigo Malik – dije por lo bajo, el revoleó los ojos volviendo a hacer el cretino de siempre, suspire alejándome unos centímetros, ya que la cercanía no había variado- listo... ¿tienes algún corte mas? – dije a punto de cerrar el botiquín, el hizo una mueca mirando su remera azul, tenia una mancha roja , se levanto apenas la remera dejando ver un físico trabajado, pero mi vista se centro en la herida , a la altura de su costilla ,que tenia brillo por la sangre que en la superficie. Abrí mis ojos – ¿ Como diablos te hiciste eso? – dije mirando impresionada, el parecía no inmutarse. 
-El mal nacido agarro un fierro que tenia en su auto antes de irse, esta bien no pasa nada –dijo bajándose la remera- 
-oye vuélvetela a subir, te pondré un poco de alcohol para que no se te infecte – dije abriendo el botiquín nuevamente y imitando el proceso anterior, pero el no se subió la remera-
-Duele mucho eso, prefiero pasarlo – dijo cruzándose de brazos, levante una ceja mirándolo incrédula-
-Okey.. no te duele si te pegan con un fierro, ¿ pero si te duele que te pongan un poco de alcohol? –el dio una fuerte carcajada, pero luego una mueca de dolor, ya que al parecer la herida en el labio, limitaba su sonrisa-
-Nunca dije que no me duela, simplemente que es irritante el dolor del alcohol – dijo pero hice caso omiso a sus palabras y cuando ya tenia el algodón en mi mano 
-levántate la remera, prometo que no te dolerá- dije mirándolo, el en cambio agarro los bordes de su remera y se la saco por completo, dejando al descubierto un físico estupendo para un chico de 18 años. No era trabajado excesivamente pero tampoco era un al meñique. Estaba perfectamente ‘cocinado’. Trague fuerte, sentía como mi garganta me quemaba, su fragancia viril me invadió por completo. Acaso cada molécula de su cuerpo tenia que ser tan masculina?! El pareció notar mi estupefacción ante su cuerpo, y hizo un gesto de superioridad y orgullo, idiota. Pensé. Me acerque a la herida y apreté levemente, él se alejó un poco.
-dijiste que no me dolería! – dijo como un niño pequeño, reí levemente, volví a poner el algodón arriba de la herida suavemente, y lo saque para soplar en ella. Podía ver el pecho de Ethan bajar y subir relajadamente, gracias a su respiración. El trabajo no se me estaba haciendo tan fácil con este prodigioso cuerpo. Volví a hacer el mismo procedimiento, sople en la herida.
Cualquiera que vería esta escena, pensaría que algo extraño pasaba. La ñoña del colegio le estaba soplando las heridas a Ethan Malik, que se encontraba sin remera en su sillón, a solo centímetros de ella. Y yo contenía una simple playera que me llegaba apenas a tapar el trasero. Reí ante la situación, termine mi trabajo.
-Listo – dije mirando la herida, me encontraba un poco mas abajo que su rostro, ya que estaba a la altura de la herida, el paso su mano lentamente por mi mentón subiendo mi rostro hasta quedar a alturas del suyo, se acercó a mi presionando sus labios con los míos moviéndolos lentamente, no sabia si responder el beso o no. Pero antes de que lo haga el se separo apenas unos centímetros mirándome a los ojos –
-Gracias – dijo en un susurro, de repente me incomode por completo, que rayos hacia? Por que siempre creía que podía besarme cuando se le plazca. Me pare con el botiquín ya cerrado en mano. 
-No es una forma de agradecer eso – dije de mala gana, dejando el botiquín arriba de la mesada, y mirándolo de mala gana. El se paro, seguía sin llevar camisa, mi vista se dirigió a su escultural cuerpo. Era tan... odioso! – 
-¿Ah no? Pensé que si.. digo.. por qué tus hormonas están loquitas por mi – dijo mirándome con diversión-
-Sos tan idiota Malik... – dije achinando los ojos –¿ sabes cual es tu problema? – dije furiosa- que te molesta saber que hay chicas que no esta atrás tuyo como perrito faldero, deja de molestarme, no quiero que me beses devuelta, -él se acercó a mi – y ponte la camisa por favor! – dije algo nerviosa, el rio, paso sus manos a los costados apoyando sus manos en la mesa que se centraba atrás mio – 
-¿Estas segura? – dijo con voz seductora, maldita sea, esta vez se tomo su tiempo para mirarme de arriba abajo y se mordió el labio inferior-

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