Capítulo 9.

1.2K 96 63
                                    

MAIA CARRIZALES.

—¿Y bien?—se cruza de brazos— ¿Ya me vas a contestar o quieres que pidamos otro café?

Solo me le quedo viendo.

—Supongo que eso significa que necesitaremos otro café.

—Yo no quiero nada.

—Lo sé—me sonríe—. Eres fácil de leer.

—Dame mis llaves, por favor—le pido.

—¿Por qué?—me cuestiona— ¿Acaso te quieres ir de aquí?

—No me quiero ir de aquí—le digo—. Bueno, sí, pero es para alejarme de ti.

—¿Por qué no te agrado?

Wow, que directo.

—¿Por qué deberías de agradarme?—le inquiero.

—Buena jugada—me dice y luego empieza a hablar en voz baja—. Ya dime, ¿acaso no te agrado por un ser un brujo de magia blanca?

—No me agrada cualquier persona que no sea humano—le contesto de la misma manera—. Para ser más clara, no me agradan los monstruos como tú.

—¿Monstruo?—habla— ¿Acaso soy tan feo?

—Sí.

Él me mira perplejo.

—Wow, eso no me lo espe...

Siento una punzada en mi cabeza y llevo mis manos ahí.

Ho...la...

Abro los ojos sorprendida cuando escucho esa voz un poco agotada en mi cabeza.

—¿Estás bien?

Lo ignoro y empiezo a buscar en mi bolso las pastillas para callarla, pero no las encuentro.

No, no, no, no, no.

E..res... una... mal...di...ta...

Siento una gran hueco en mi estómago por el miedo cuando la vuelvo a escuchar.

—¿Oye, estás bien?

Volteo a verlo y extiendo mis manos.

—Mis llaves, ahora.

—No.

—¡CARAJO, DAME MIS MALDITAS LLAVES O TE GOLPEO!

Todos en la cafetería me voltean a ver.

Lo bueno, es que hable en español y no en alemán, así que de seguro no me entendieron.

—No—me contesta en español y eso me sorprende un poco—. Siéntate y...

Agarro mi bolso y no lo pienso mucho para golpear en el rostro con él y arrebatarle mis llaves.

Salgo de la cafetería rápidamente y empiezo a correr lo más rápido a mi departamento.

¿En... dón...de es...es...ta... mi... ma..ma...te?

¡¡¡Cállate!!!

Siento un dolor insoportable en mis costillas que hace que me detenga y deje de respirar mientras me inclino en mi lugar por el dolor.

Las personas me ven extraño, pero me ignoran.

Ayuda, por favor.

Maldita... humana...

Siento un dolor en mis piernas y eso provoca que caiga de rodillas en el suelo.

Y cuando creo que nada puede empeorar, escucho la voz de él en mi cabeza:

¿En dónde estas, mi melodía?

Lloro de la impotencia y del terror cuándo lo escucho en mi cabeza.

—¿Maia?

Volteo hacia atrás y veo a Mauricio verme confundido.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué...?

¿¡CON QUIÉN RAYOS ESTÁS!?

Siento un dolor en mis costillas e intento gritar del dolor, pero no puedo.

Maldita zorra, tenías que ser humana.

Siento como si mis costillas se quebraran y caigo acostada al suelo.

Veo como Mauricio se hinca a mi lado y me ve confundido.

—¿Qué pa...?

Doy un mini grito de dolor cuando siento un dolor en mi pecho.

¡ALÉJATE DE ESE HOMBRE!

Mauricio agarra mis manos y después de unos segundos, abre los ojos sorprendido.

—A-A-Ayu-da-da-me—siento otro dolor en mis costillas—. P-P-Por f-f-f-fa-v-v-or.

Siento como si estuvieran cortando mis piernas, pero por más que quiero, no puedo gritar de dolor.

Te mereces esto y más.

Siento una mano en mi frente y lo último que veo antes de me lleve la oscuridad, es a Mauricio y él me dice:

—Todo va a mejorar.

Y después, todo es oscuridad.

Y después, todo es oscuridad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ENTRE MIS GARRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora