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Estabas en el centro comercial junto con Izana, pero en un momento de distracción de parte tuya tu hijo había desaparecido, no te preocupaba tanto ya habían pasado unos cuantos años desde que llegó a tu hogar.

Y sabias perfectamente que podía defenderse solo... Con solo recordar las veces que te llamaban del colegio por que tu hijo le daba palizas a casi todos los niños junto con Manjiro, donde tenías que pedir disculpas casi incada.

-Qué raro... - Lo seguiste buscando por unos minutos hasta que paraste frente a un pequeño casino dentro del centro comercial, lo pudiste divisar hay.. Hablando con una mujer muy similar...

Te acercaste, primero que nada no podías dejar que tu hijo estuviera en un lugar así, pero el escuchar lo que la mujer dijo te dejo helada.

-Tu no eres mi hijo... Solo eres el hijo de una mujer filipina con mi ex-esposo... Entiendes nosotros no somos nada-dijo la mujer sin interés de lo que hiba a causar.

-Qué...? Pregunta Izana... Eso significaba... Que el no compartía lazos de sangre con su familia...

Izana se dio la vuelta, para chocar miradas con su '' madre''.

-Tu... Lo sabias...? - Por favor... Que dijera que no...

-I... Izana... Dejame explicarle... - Te temblaban las manos.. Se entero de la peor forma posible.

-... DEJAME EN PAZ!!-Grita Izana para salir corriendo, no se lo podía creer.

-I-Izana!! Espera!! - antes de correr detrás de él te acercaste a la maldita que le dijo eso - Pudrete Perra-Le gruñiste para darle un puñetazo que la hizo caer de su silla, con eso saliste detrás de Izana, tenías que hablar con él.























Todo bajo la mirada de un niño que veía complacido el como su plan salió como quería.

La primera fase fue todo un éxito.

Mamá, no te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora