[ II ]

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-¡Te dije que te salgas de las sabanas!

-¡No quiero!

-¡Ya te dije que no te hare nada!

-¡Mentirosa, tú quieres incinerarme!

-¡Si eso quisiera hacer, ya lo hubiera hecho!

La cazadora jalo con mas fuerza la sabana al igual que la demonio haciendo que por los jalones la sabana se rompiera, al romperse la demonio quedó descubierta.

-¿Lo ves? No hay sol, ni siquiera hay ventanas.

-Pero ya amaneció.

-Los rayos solares no entran a la fortaleza, vamos tenemos que bañarnos.

Ante aquello la demonio se sobresalto mirando con desagrado a la contraria.

-No me bañare contigo.

-En ningún momento te pedí que te bañaras conmigo, vaya, vaya, que pervertida eres-dijo de manera burlona.

-¡Tú eres la pervertida!

-Claro, claro, vamos.

La peli lila caminaba siendo seguida por la demonio, la cual se sujetaba del brazo de la cazadora.

-¿Cómo es que no te pierdes?

-Bueno, me costo algunos días memorizar el lugar, siempre que me perdía Akaza-san me iba a encontrar.

Ambas siguieron caminando, al ya estar en las ducha Amaya le entregó un Kimono y unas toallas a la demonio.

-Usarás este kimono por lo mientras, haré que laven tu kimono y también le pediré a alguien del equipo de costura que te haga otro ya sea igual o diferente.

-No tengo porque hacerte caso.

-Hoy amaneciste muy brava, no es como si tuvieras opción, al menos debo dejarte viva por el día de hoy, o al menos unas tres horas más, luego de eso te mataré y ya no tendré que estar soportando tu pésimo humor.

-Aguarda un momento dijiste que no me matarías.

-Dije que no te mataría si me obedecías y te comportabas.

-Te odio.

-Dime otro halago, ese ya me lo han dicho demasiado.

La demonio se vio obligada a hacer lo que la cazadora le indicaba. Cuando ambas ya estaban aseadas se dirigían a un lugar que la azabache desconocía, aunque en realidad desconocía todo de aquel lugar.

Se detuvieron en una puerta, Amaya acercó su mano para tocar deteniéndose unos centímetros antes de tocar la madera.

-Solo responde lo que te pida, no caigas en sus juegos, se firme y no dudes.

-Lo dices de una manera muy espeluznante.

-Yo no estaré contigo en el chequeo, lo tengo prohibido, él tiene un puesto más alto que el mío, si él decide que no eres apta te matara y no podré intervenir.

-No quiero morir, aun soy muy joven.

-Bueno físicamente te ves como una chica de dieciséis años, pero realmente ¿qué edad tienes?

-Te lo dire si haces que aquella persona no me mate.

-Bien, me quedaré con la duda entonces.

La peli lila toco suavemente la puerta recibiendo como respuesta un "pase", abrió la puerta adentrándose aquel lugar con la azabache. Al ya estar dentro miro alrededor hasta que encontró a la persona que buscaba.

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