[ III ]

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La peli lila bostezo, tenía sueño y el sermón que estaba recibiendo por parte de su maestro solo hacía que el sueño aumentara.

-¡Ya deja de bostezar, carajo!

-Lo siento, anoche no dormí por pensar como iba a torturar a la demonio, además de que las punzadas en el abdomen no me dejaban acomodar en la cama.

-Tienes suerte de que sea tu maestro, Kibutsuji-san estuvo a punto de expulsarlas a ambas, se decidió que como castigo deben limpiar toda la fortaleza y cuando terminen la limpieza podrán volver a las misiones.

-Todo fue culpa de Nezuko, es algo ingenua y fácilmente se trago la historia de la demonio, lo que haga con los demonios que capturo son mi asunto, no el de ella.

-Y en eso te doy la razón, pero tu también la provocaste al atacar a la demonio en frente de ella, encima que después de que te clavara la espada, la golpeaste.

-Mi error, lo admito.

-Dejando eso de lado, ¿Cómo te sientes?

-Meh, solo siento leves punzadas y algo de incomodidad.

-¿Qué hiciste con la demonio?

-Esta encadenada en mi cuarto, tenia unas inmensas ganas de golpearla, pero el corte en mi abdomen me lo impidió.

-Bien, descansa por el día de hoy y ya mañana empiezas a limpiar la fortaleza, te toco limpiar del ala de Daki-san y Gyutaro-san a la de Koukushibo-san.

-Bien, si eso es todo me retiro.

La peli lila se levanto para después salir de aquel dojo, al ya estar afuera suspiro, agradecía que los superiores se hubieran compadecido y que solo tuvieran un castigo menor. Se dirigió a su cuarto, pensando en que hacer, tenia que tener reposo por indicaciones de la segunda luna creciente, y luego tendría que limpiar.

Al ya estar en su habitación se recostó en la cama, cerro sus parpados buscando descansar.

-En verdad lo siento, prometo que ya no lo hare, prometo que seré una buena demonio, pero por favor no me mates.-imploro tocándose el cuello.

Aoi tenia un grillete en su cuello el cual tenia una cadena que conectaba con una de las esquinas de la habitación. Se encontraba frustrada y con miedo, se había tenido que rebajar hasta el punto de llegar a la vergonzosa situación de implorar por su vida mientras prometía comportarse. La cazadora no le había dicho algo ni siquiera le había dirigido la mirada.

-Ya cállate, te ves ridícula suplicando por piedad.

-¿¡Cómo quieres que este callada cuando no se que me pasara!?

-Solo hazte responsable de tus acciones, aunque realmente no tendría que matarte ya que en si no estabas escapando, solo lo intentaste, pero por tu culpa fui regañada por mi maestro y tengo un castigo que cumplir.

La azabache trago saliva, estaba dispuesta a hablar, cerro su boca en el momento que vio como la cazadora se dirigía a ella. Amaya tomo del mentón a la contraria.

-Escúchame, ya me canse de que estés implorando incluso en mis sueños podía escuchar como llorabas, solo guarda silencio y déjame descansar, si haces eso considerare el dejarte viva, ¿Entendido?

Aoi asintió levemente tratando de no dañar mas su cuello, la cazadora la soltó y volvió a su cama en busca de descansar, la azabache se resigno y se acomodo en aquel rincón para después dormirse.

[. . .]

La demonio comenzó a despertarse. Al abrir sus ojos observo la cama de la humana encontrando a la peli lila sentada inclinada un poco hacia atrás soportando su peso en su brazo derecho para no caerse mientras que la humana que poseía el nombre de Sayuri se encontraba sentada a horcajas encima de la peli lila, Amaya tenia su mano izquierda en la cadera de la contraria. Se estaban besando haciendo que la azabache se sonrojara sin saber que hacer ¿debía darse la vuelta en aquel momento de intimidad o debía hacerse la dormida?

𝔸𝕝 𝕚𝕟𝕧𝕖𝕣𝕤𝕠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora