[ VIII ]

280 40 7
                                    

-Encendamos las linternas en el tenderete en gradas-cantaba la cazadora-Pongamos flores de melocotonero en el tenderete en gradas

La demonio se despertó, al escuchar aquel suave tarareo, miro a la cazadora la cual parecía estar en su mundo recitando aquella canción, la cazadora cargaba en su espalda a la demonio.

-Cinco músicos de corte están tocando la flauta y el tambor. Hoy es el Día de las muñecas.

-¿Qué es el día de las muñecas?

-Es un día especial para algunas niñas, ese día se exponen muñecas especiales, las muñecas más importantes son la del emperador y la emperatriz, las niñas se visten con kimonos elegantes y tienen una pequeña fiesta entre ellas.

-¿Has estado en alguna de esas fiestas?

-No realmente, tenia prohibido asistir.

-¿Y esa canción?

-Es una canción de cuna, solo eso.

-Amaya tienes una vida como cazadora, ¿Cómo era tu vida como una humana común?

La peli lila no contesto, la cazadora siguió caminando mientras la demonio observaba a su alrededor, iban en un sendero, Aoi observo a lo lejos un edificio, al parecer se estaban acercando a lo que parecía una mansión, comenzaron a caminar en un sendero que poco a poco se comenzó a iluminar.

-Encendamos las linternas en el tenderete en gradas. Pongamos flores de melocotonero en el tenderete en gradas. Cinco músicos de corte están tocando la flauta y el tambor. Hoy es el Día de las muñecas.

Se escucho el tarareo de la canción que anteriormente estaba cantando la cazadora. El tarareo era más suave y delicado, la cazadora se detuvo al estar en frente de la puerta.

La puerta se abrió de manera abrupta dejando ver a una mujer de cabello color orquídea, las facciones de la mujer se veían delicadas, sus mejillas levemente sonrosadas, podía suponer que por el frio, tenia una estatura promedio.

-Me alegra de que hayas vuelto a casa, hija.-dijo la mujer para después lanzarse a abrazar a la cazadora tirando a Aoi.

-Madre, a pasado algún tiempo.

-Me tenias muy preocupada, cada día rezaba para que ningún demonio te atacara, no sabes cuanto me alegra verte.

-Me puedo dar una idea de tu nivel de preocupación.

-Pero no te preocupes adelante, pasa, te serviré un poco de estofado, debes estar cansada.

-La verdad es que no tengo hambre, preferiría descansar en la mañana platicaremos sobre como me a ido.

-Claro, pequeña, vamos te guiare a tu habitación.

-No hace falta, puedo ir sola.

-Pero es que hace poco cambiamos algunas cosas y te podrías perder.

-Entiendo.

Amaya tomo la mano de la demonio para después adentrarse a la casa, Aoi quería quedarse afuera, y no era porque quería escapar, si no por toda el aura que emanaba aquella mansión, la mirada que le había otorgado aquella mujer le había hecho enojar, la miraba con asco.

-Aquí esta tu habitación pequeña, descansa, mañana te preparare tu comida favorita.

-Gracias, madre.

-¿No quieres que te arrope y te cante alguna canción?

La cazadora frunció sus labios con algo de melancolía.

-Así estoy bien, madre, ya no soy una niña.

Tanto la demonio como la cazadora se adentraron a la habitación, la mujer les dedico una leve sonrisa para después cerrar la puerta.

𝔸𝕝 𝕚𝕟𝕧𝕖𝕣𝕤𝕠Where stories live. Discover now