-Encendamos las linternas en el tenderete en gradas-cantaba la cazadora-Pongamos flores de melocotonero en el tenderete en gradas
La demonio se despertó, al escuchar aquel suave tarareo, miro a la cazadora la cual parecía estar en su mundo recitando aquella canción, la cazadora cargaba en su espalda a la demonio.
-Cinco músicos de corte están tocando la flauta y el tambor. Hoy es el Día de las muñecas.
-¿Qué es el día de las muñecas?
-Es un día especial para algunas niñas, ese día se exponen muñecas especiales, las muñecas más importantes son la del emperador y la emperatriz, las niñas se visten con kimonos elegantes y tienen una pequeña fiesta entre ellas.
-¿Has estado en alguna de esas fiestas?
-No realmente, tenia prohibido asistir.
-¿Y esa canción?
-Es una canción de cuna, solo eso.
-Amaya tienes una vida como cazadora, ¿Cómo era tu vida como una humana común?
La peli lila no contesto, la cazadora siguió caminando mientras la demonio observaba a su alrededor, iban en un sendero, Aoi observo a lo lejos un edificio, al parecer se estaban acercando a lo que parecía una mansión, comenzaron a caminar en un sendero que poco a poco se comenzó a iluminar.
-Encendamos las linternas en el tenderete en gradas. Pongamos flores de melocotonero en el tenderete en gradas. Cinco músicos de corte están tocando la flauta y el tambor. Hoy es el Día de las muñecas.
Se escucho el tarareo de la canción que anteriormente estaba cantando la cazadora. El tarareo era más suave y delicado, la cazadora se detuvo al estar en frente de la puerta.
La puerta se abrió de manera abrupta dejando ver a una mujer de cabello color orquídea, las facciones de la mujer se veían delicadas, sus mejillas levemente sonrosadas, podía suponer que por el frio, tenia una estatura promedio.
-Me alegra de que hayas vuelto a casa, hija.-dijo la mujer para después lanzarse a abrazar a la cazadora tirando a Aoi.
-Madre, a pasado algún tiempo.
-Me tenias muy preocupada, cada día rezaba para que ningún demonio te atacara, no sabes cuanto me alegra verte.
-Me puedo dar una idea de tu nivel de preocupación.
-Pero no te preocupes adelante, pasa, te serviré un poco de estofado, debes estar cansada.
-La verdad es que no tengo hambre, preferiría descansar en la mañana platicaremos sobre como me a ido.
-Claro, pequeña, vamos te guiare a tu habitación.
-No hace falta, puedo ir sola.
-Pero es que hace poco cambiamos algunas cosas y te podrías perder.
-Entiendo.
Amaya tomo la mano de la demonio para después adentrarse a la casa, Aoi quería quedarse afuera, y no era porque quería escapar, si no por toda el aura que emanaba aquella mansión, la mirada que le había otorgado aquella mujer le había hecho enojar, la miraba con asco.
-Aquí esta tu habitación pequeña, descansa, mañana te preparare tu comida favorita.
-Gracias, madre.
-¿No quieres que te arrope y te cante alguna canción?
La cazadora frunció sus labios con algo de melancolía.
-Así estoy bien, madre, ya no soy una niña.
Tanto la demonio como la cazadora se adentraron a la habitación, la mujer les dedico una leve sonrisa para después cerrar la puerta.
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𝔸𝕝 𝕚𝕟𝕧𝕖𝕣𝕤𝕠
Fanfiction𝚄𝚗𝚊 𝚌𝚊𝚣𝚊𝚍𝚘𝚛𝚊 𝚢 𝚞𝚗𝚊 𝚍𝚎𝚖𝚘𝚗𝚒𝚘. 𝚄𝚗𝚊 𝚌𝚎𝚐𝚊𝚍𝚊 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚕 𝚘𝚛𝚐𝚞𝚕𝚕𝚘 𝚢 𝚕𝚊 𝚘𝚝𝚛𝚊 𝚌𝚎𝚐𝚊𝚍𝚊 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚜𝚌𝚊𝚙𝚊𝚛 𝚢 𝚜𝚘𝚋𝚛𝚎𝚟𝚒𝚟𝚒𝚛.