Nick era el extraño que vivía en la cabaña cerca del bosque, cerca del todo el santuario.
Él era de los pocos hombres que no cazaban, no le gustaba y el santuario que tenía era para mantener salvados a varios animales que hombres del pueblo (como papá) cazaban en ciertos tiempos.

Digo extraño porque nadie le conoce familia, esposa u hijos, quiero decir.
No sé mucho sobre él, ya que apenas supe de su existencia hace algunos meses.

Al inicio no entendía el por qué sentía mi cara arder cuando lo veía, mis mejillas se ponían rojas y me daba vergüenza mirarlo.

Desde ese momento hasta ahora, llegué a la conclusión de que Nick, el señor más solitario y misterioso del pueblo me gustaba mucho. Obviamente la única que lo sabía era yo misma y Frida.
A pesar de que Camila era más grande que yo, aún se comportaba como una niña, entonces, le diría a papá y eso generaría un gran problema. Quizás amanecería colgada de un árbol o algo así. Es decir, yo tengo 25 años, ella 28 y la mayor parecía yo.

La ferretería cerraba a las 8:30, por ende, yo igual salía a esa hora.

—Hasta mañana, Don Pedro, que pase buenas noches — me despedía mientras me cerraba el cierre de la chamarra

—Hasta mañana Anita, con cuidado — pausó — y ya sabes, si tú papá empieza ya sabes dónde vivo, ¿de acuerdo?

Asentí

Después, abrí la puerta y empezé a caminar hasta casa.

—— SEPARACIÓN ——

—¡Miren lo que papá cazó el día de hoy! — oí gritar

Yo me comía un sándwich que me había preparado para cenar.
Oí a Camila gritar emocionada, me giré y vi a papá con un gran pescado en la mano

—Genial — comenté seria

Papá se dió cuenta del tono de voz que había usado

—A ti nada te tiene contenta, sé un poco más como Camila

—Y ¿mamá? — pregunté a Camila

—Arriba, dándose un baño

Yo solamente asentí para después subir al segundo piso.
Me dirigí a la puerta del baño, toqué

—Soy Ana, mamá —

—Oh, pasa hija — oí su dulce voz

Abrí la puerta mientras me llevaba el pequeño pedazo que me quedaba de sándwich,ya tenía puesta su pijama, ella sólo se quitaba el resto del maquillaje de los ojos

—Papá trajo pescado

—Pues que lo haga él porque yo no cocinaré a ésta hora, estoy muy cansada

Suspiré

—¿Que tal el trabajo hoy, mi cielo?

—Bien mamá, todo bien — sonreí

Sonreí porque había recordado que Nick había ido hoy.

—Me alegro

—¿Y tú?

—Bien, también, hoy hubo más gente de lo normal y bueno...eso es bueno — sonrió

Yo solamente asentí

—Mamá

—¿si?

—¿Por qué no nos vamos?

Ella me miró

—Ana...ya hemos hablado de ésto

—Que se quede solo, a él lo único que le importa es la cerveza y estar borracho

—No es fácil

—Sí es fácil, la cuestión aquí es sólo que quieras — pausé para después cruzarme de brazos — ahorita será lo mismo, él tomará y te gritará que le hagas el pescado de cenar

La Caótica Vida De Ana |Nikolaj Coster|Where stories live. Discover now