—Hola — saludé sonriente

Nick quitaba algo de la tierra, después volteó a verme algo sorprendido

—Oh...hola Ana — comentó mientras se sacudía las manos, después, se paró recto — ¿qué te trae por acá?

—Oh...en realidad sólo vengo de paso — pausé — es decir, iré a otro lado

—¿Ah si?

—Iré un rato a la pesquería abandonada — comenté para después enseñarle mi mochila — trataré de dibujar algo

—No sabía que dibujabas

—En realidad sólo mamá sabe — pausé — y ahora tú

—Bien — asintió

—Bien...yo...bueno...me iré — comenté nerviosa mientras apuntaba al frente con mis dedos

Nick asintió de nuevo.

Empezé a caminar y adentrarme un poco al bosque.
Caminé hasta llegar al lugar, me había sentado en el mismo lugar dónde Nick y yo antes.

—Haber — susurré mientras sacaba mis audífonos de la mochila, después me los puse y reproducí la música para finalmente sacar mi libreta y mi lápiz

💮💮💮

Acomodó el último plato limpio en la alacena para después secarse las manos con la garra, miró por la ventana.

—Ya se tardó — comentó pensativo

Ya hacía 1 hora en que Ana había ido a saludarlo, y en ningún momento la vió pasar.
Tomó las llaves de su casa y salió.

¿Estaba preocupado? Sí

Caminó por el bosque, a lo lejos veía la pequeña casa de pesca abandonada.

Llegó y no se veía nada.
Frunció el ceño

Ahí estaba la mochila de ella, recargada en la madera.

—¿Ana? — preguntó

Miró a todos lados pero oía nada.

—¡¿Ana?! — volvió a preguntar

—¡Ahh! — escuchó un grito de la misma casa de pesca

Nick corrió rápidamente al lugar, se asomó y vió a una Ana juguetona.

Ella lo miró

—¿Qué haces aquí? — preguntó serena mientras trataba de mover el bote

Nick se recargó en la pared para después respirar ondo.
Esa chica lo traía loco.

—¿Por qué gritaste? — preguntó

—Casi me caía — Ana apuntó al lugar — hay algo de agua por aquí y la pisé por error

—¿Por qué? ¿qué querías hacer?

—Quería mover el bote para ver si funciona — susurró — ya vi que necesita algunos ajustes

Ana dió un salto del lugar donde estaba hasta con Nick.

—¿Te espanté?

Nick la miró de mala manera

—Lo siento — se disculpó — perdón, es que quería...

Nick aún no dejaba de mirarla, la veía tan feliz hablando que ya no podía negarlo más.
Lo admitía, la creía hermosa.
Él ignoró completamente lo que dijo para después acercarse a ella, con sus manos tomó delicadamente sus mejillas y la besó.

La Caótica Vida De Ana |Nikolaj Coster|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant