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Capítulo 86: No te vayas

He Yang le devolvió el abrazo, con la voz ronca: "No te vayas...".

Qin Zhou tocó la cabeza de He Yang y soltó ligeramente su mano, diciendo suavemente: "Cuídate, tu cuerpo es lo primero".

He Yang: "Entonces te quedas conmigo".

Qin Zhou sonrió y respondió: "Las enfermeras también pueden atenderte".

He Yang no dijo nada, sólo sujetó una de las manos de Qin Zhou con fuerza y no la soltó.

Qin Zhou dijo pacientemente: "Estás en tan buenas condiciones, no hay escasez de gente".

Con el estatus de He Yang, siempre que lo pidiera, habría mucha gente dispuesta a seguirlo.

"Hay escasez". He Yang seguía siendo obstinado: "Aparte de ti, nadie más es adecuado".

"No es que sea bueno". Qin Zhou sonrió y negó con la cabeza: "Yo no soy bueno, busca a otro".

Qin Zhou lo pensó y dijo: "Ese anillo aún está en mi casa, es demasiado desperdicio tirarlo, se lo daré al tío Wen mañana".

El anillo de la proposición todavía estaba con él la última vez. Cuando He Yang le pidió que lo tirara, no lo hizo.

El anillo parecía muy valioso, así que fue una pena tirarlo.

Sin embargo, He Yang dijo: "No es necesario devolverlo".

"Quédatelo tú, no me lo devuelvas". He Yang le tomó la mano y le susurró: "Si no te gusta, tíralo o véndelo".

Qin Zhou asintió y dijo: "Entonces me encargaré yo mismo".

"Sí". Respondió He Yang.

Qin Zhou también dejó de hablar y permaneció en silencio a su lado durante un rato.

Qin Zhou seguía con una mano sujetada por He Yang, mientras que con la otra sacaba su teléfono para mirar la hora y decía: "Tengo trabajo esta noche, tengo que irme".

Qin Zhou sacó la mano y se preparó para salir.

He Yang preguntó de repente: "¿Vendrás mañana?"

"No voy a venir". Qin Zhou se inclinó y cubrió un poco más el edredón que se había desprendido de He Yang, diciendo: "Es mejor romper de una vez".

El acoplamiento sólo sería más doloroso, así que era mejor romperlo antes.

"Bebe menos y fuma menos en el futuro". Qin Zhou amonestó pacientemente.

He Yang miró al joven que tenía delante y quiso quedarse, pero al final no dijo nada.

Las palabras de retención se habían dicho muchas veces.

Fue inútil.

He Yang bajó los ojos y no emitió ningún sonido.

"Descansa bien". Qin Zhou cubrió cuidadosamente la manta, luego se levantó y se dio la vuelta para salir sin dudarlo.

Qin Zhou cerró la puerta de la sala y salió al pasillo.

Pero cuando Qin Zhou estaba listo para volver, se encontró con Jiang Lin en el hospital.

"¿Hermano Zhou?" Jiang Lin todavía estaba un poco sorprendido y miró en la dirección en la que caminaba Qin Zhou y preguntó: "¿Vienes a ver a mi hermano?"

"Sí". Qin Zhou respondió.

Jiang Lin temía que He Yang aprovechara la oportunidad para vender su miseria y suplicar que volvieran a estar juntos o algo así, así que inmediatamente dijo: "Hermano Zhou, no es bueno para ti, no vuelvas a estar con él".