El día que la conocí

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Siempre he sido una persona muy ensimismada, quizás más desde que entré a la secundaria.

Durante las clases me era imposible prestar atención. Casi sin pensarlo me la pasaba mirando por la ventana o garabateando cosas sin sentido en mis libros y cuadernos. Aun así siempre sabía de qué estaba hablando el profesor y era capaz de responderle a él o alguno de mis compañeros cualquier pregunta.

Se podría decir que vivía en mi mundo, pero todo cambió cuando empezó el tercer año.

Por primera vez en toda mi vida escolar llegué tarde a la clase. La lluvia caía con fuerza aquella mañana de otoño, motivo por el cual me retrasé.

Sin otra alternativa toqué la puerta del salón y disculpándome educadamente con el profesor entre sentándome en el único lugar libre.

Aún recuerdo que era el último asiento de la segunda fila, cerca de la ventana para mi suerte.

—El profesor nos está haciendo preguntas sobre química a cada uno —me susurró Bow, uno de mis amigos y quien se encontraba sentado justo al lado de la ventana—. Es por orden de lista.

—Gracias —le susurre en respuesta.

Saque mi libreta y empecé a dibujar en los bordes en espera de que fuera mi turno de responder.

—Adora Grayskull —me llamó el profesor así que levante la vista hacia su dirección— ¿Cuáles son las ocho propiedades generales de la materia?

Por primera vez noté la expresión en el rostro del profesor, creo que sólo la podría haber comparado con la de un verdugo a punto de decapitar a alguien.

—Masa, peso, volumen, temperatura, elasticidad, divisibilidad, inercia y porosidad— dije sin vacilar, estaba segura que la respuesta era correcta.

El maestro frunció el ceño.

—Correcto —dijo con cierta molestia.

Sentí unas cuantas miradas impresionadas por parte de mis compañeros, pero las ignore olímpicamente volviendo la atención a mi cuaderno.

—Recuerden que si no responden correctamente no tendrá asistencia en mi lista el día de hoy —dijo el profesor alzando la voz.

Alcé la mirada para darme cuenta de que todos estaban atentos a la persona sentada frente a mí.

—Bien señorita Weaver, entonces ¿Sabe quién desarrolló la teoría del átomo? —preguntó con el mismo tono de superioridad que había usado conmigo.

Pasaron un par de segundos y ni la más mínima respuesta por parte de mi compañera. Fue así como me incline un poco hacia delante, mi nariz rozó su castaño y voluminoso cabello, y le susurre la respuesta.

—Demócrito.

—Demócrito —repitió ella con seguridad.

—Correcto —dijo el profesor en lo que casi pareció un gruñido.

—Parece que a alguien no le gusta su trabajo —susurro divertida una voz frente a mí.

Suelto una pequeña risita, eso era lo mismo que yo estaba pensando.

—Gracias por salvarme Adora. —Era Catra Weaver, aunque en aquel momento su nombre era un misterio para mí—. Te debo una.

No supe que responder, no soy buena hablando con personas que no conozco. Así que solo asentí aunque ella no podía verme.

Cuando llegó la hora del receso nos reunimos el mismo grupo de siempre:

Glimmer y Bow, quienes eran pareja desde primer año y mis mejores amigos desde la primaria.

Perfuma y Mermista, quienes eran primas, pero no por eso menos diferente la una de la otra.

Y Spinnerella y Netossa quienes también eran amigas de la infancia.

No sé muy bien cómo pero casi desde que empezó la secundaria nosotros siete hemos sido amigos.

—Weaver, la chica que se sienta frente a mí —les dije dejando de lado mi sándwich a medio comer— ¿Es nueva?

Aquella simple pregunta hizo que me ganara la mirada de extrañeza por parte de todos.

—Ella está en nuestro salón desde primer año —me respondió Mermista con obviedad.

Intentó buscar en mis recuerdos alguna pista de ella, pero nada, es como si antes de hoy no hubiera existido.

—Todos en la escuela la conocen —dijo Netossa con cierta admiración.

—Es súper buena onda y todos quieren ser sus amigos —agregó Glimmer con una pequeña sonrisa.

—Sus mejores amigas, Scorpia y Entrapta, también están es nuestra clase —aportó Perfuma.

—Además sale con DT, el chique cool de la clase C —terminó por decir Bow.

Otro nombre que debía agregar a mi lista de personas desconocidos.

—Todos aman esa pareja.

Todos asintieron en aprobación a lo dicho por Spinnerella.

Nunca entendí porque la admiración hacia otras parejas en la escuela, al fin de cuentas eran adolescentes tontos al igual que nosotros.

—¿Por qué? —Me atreví a preguntar.

Todos alzaron los hombros en señal de no saber la respuesta.

Tiempo después descubriría que sólo era porque tanto Catra como DT eran considerados adolescentes atractivos lo cual sólo afirmó mi punto de que todo eso era una estupidez.

Una vez el recreo terminó volvimos a nuestro salón, donde me encontré con algo inusual: En mi pupitre había una bolsa de cheetos.

Eran precisamente de los más picantes. Nunca me ha gustado el picante.

Sin entender que hace eso ahí miré en todas direcciones. Los alumnos aún estaban dispersos en el aula pues el profesor no había aparecido. Entonces me topé con una fuerte mirada: Catra Weaver, sus especiales ojos y su gran sonrisa.

Quien diría que esos ojos bicolor me ayudarían a descubrirme mejor a mí misma y a las personas a mi alrededor.

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Hasta aquí el primer capítulo, espero les haya gustado.

Como pueden ver cambie un poco el nombre de la historia, ahora si este será el título definitivo.

Siempre me emociona mucho empezar una nueva historia, así que espero sus comentarios sobre el primer capítulo.

Aprovecho para desearles un feliz 2022, que sea un buen año para cada uno de ustedes ☺️.

Recuerdos de un primer amor [Catradora AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora