Catra y Scorpia

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El viernes cuando tocó clase de educación física trotaba sola a la cabeza del grupo cuando escuché los apresurados pasos de alguien que se acercaba. Un par de segundos después tenía a una chica de curiosos ojos bicolor a mi lado.

—¿Cuál es la prisa Grayskull? —Me preguntó Catra Weaver aparentemente divertida— ¿Por qué vas tan adelantada?

Solo entonces volteé a ver detrás mío para darme cuenta que estaba bastante alejada del resto del grupo.

—No fue a propósito, sólo me entretuve en mis pensamientos —admití.

—¿En qué pensabas? —me preguntó, su respiración estaba empezando a volverse agitada.

Por alguna razón quería decirle, quería agradecerle por motivarme, directa o indirectamente, a empezar a ser como realmente era. Sin embargo sólo me atreví a contarle lo básico de los hechos.

—Planeo entrar al equipo de fútbol y las pruebas son la próxima semana.

Papá me apoyaba totalmente, incluso se encargaría de decirle a mamá, a quien seguro el asunto no le haría mucha gracia.

—Oh eso es genial, las chicas que juegan fútbol me parecen geniales —me dijo dándome un golpecito amistoso en el hombro. Sentí mis mejillas arder, pero en aquel momento no supe por qué— ¿Pero por qué piensas tanto en eso?

Solté un suspiro, Catra empezaba a respirar pesadamente.

—Estoy nerviosa por las pruebas —le respondí con la verdad.

Ella me miró con expresión de ternura, como quien mira a un cachorro herido.

—Glimmer está en el equipo y sé que ustedes son buenas amigas ¿Por qué no le pides que te ayude? —Sugirió amablemente, tomando al final una gran bocanada de aire—. Piénsalo, y bueno yo vuelvo a mi usual lugar al final de grupo, no puedo seguirte el paso Adora.

Finalmente me dio una palmada en la espalda baja, causándome un escalofrío que resultó agradable, antes de quedarse quieta siendo rebasada por el resto de nuestra clase.

Si seguir el primer consejo de Catra había resultado bien pensé que seguir nuevamente su sugerencia resultaría igual. En gran medida así fue, a excepción de las preguntas de parte de mi mejor amiga a las que me tuve que enfrentar.

—¿Quién te convenció de entrar al equipo? —su tono denotaba su inmensa curiosidad. La entendía, la situación era confusa. Glimmer en múltiples ocasiones me había dicho que debería ingresar al equipo y yo me había negado sin dar explicación alguna.

—Nadie en especial —considero que fue una verdad a medias.

Aunque de cualquier modo una verdad a medias sigue siendo una mentira.

—Bueno, de cualquier modo —dijo Glimmer en vista de que no me sacaría más palabras—, me alegra que por fin hayas decidido unirte al equipo.

Les había dicho que habían sido muchas preguntas así que claramente la cosa no acabo ahí.

—¿Entonces le dijiste a tu padre que dejarías el basquetbol y él no enloqueció? —me preguntó mientras practicábamos pases después de la escuela.

—Honestamente a mi también me sorprendió —dije con honestidad.

—¿Qué hay de tu madre?

Esa fue una buena pregunta Glimmer.

—No he habla desde que papá le contó, solo murmulla cosas a mis espaldas y me evita —le conté con un tono calmado.

Mi amiga me miró con cierta tristeza en el rostro, yo me concentré en el balón. No quería hablar de cómo me sentía, yo no era esa clase de persona, no en ese entonces.

Recuerdos de un primer amor [Catradora AU]Where stories live. Discover now