XIV.

154 10 0
                                    

Louis habia estado durmiendo durante todo el trayecto hasta Dublín. Habían sido días donde tenía que estar a cargo de todo en su alrededor y cuando consiguió un tiempo para dormir en el Ferry, lo hizo al instante. 

Sin embargo, al despertar se llevó una sorpresa al ver que Harry no estaba a su lado. Con preocupación y molestia se levantó apresurado de su asiento y buscó con la mirada al rizado. Vio unos rulos a unos cuatro asientos más adelante y se apresuró en llegar hasta el lugar.

Todavía era de madrugada, por lo que encontró al ojiverde durmiendo en su asiento. Este estaba solo, pero cubierto por un abrigo rojo que recordó que no llevaba puesto. Estaba a punto de regresar a su asiento, cuando sintió pasos acercarse hasta donde él estaba. 

— Louis — habló destrás de él.

Al voltear vio un rostro conocido. El sujeto tenía dos tazas de café en mano y sus ojos azules lo miraban sin asombro, pero sí con superioridad. 

— ¿Cómo sabes mi nombre? — cuestionó.

— Soy Niall. Ya me conoces... — fue interrumpido por el más bajo. 

— Sí, pero yo no me presenté a ti como Louis.

— Harry me lo dijo — habló mientras dejaba las tazas en la mesa que había entre los asientos —. ¿Qué más ocultas, Louis? — lo volvió a mirar con superior

Louis imaginaba lo que había pasado. Imaginó que Harry encontró a Niall y como ambos tenían tanta afinidad en varios temas, se habían quedado charlando hasta que el rizado cayó dormido. Sin embargo, recordaba que Niall estaba interesado en Harry desde el momento en el que lo vió. 

— Harry — habló mientras observaba al rubio. Con su mano movió el brazo del rizado intentando despertarlo.

—¿Qué pasa? — preguntó el rizado mientras abría los ojos.

—Nos vamos.

— ¿Qué? — cuestionó el rizado y Niall al mismo tiempo.

—Falta poco para llegar y tenemos que hablar, Harry. — habló el ojiazul alejandose hacia su asiento.

El rizado se levantó apresurado. Miró apresurado a Niall y Louis.

— Sí, Louis. Tenemos que hablar — dijo el rizado caminando detrás de él. 

Louis se volteó y vio que el rizado salía del ferry para acercarse a la baranda. 

Al salir Louis sintió el frío y observó los primeros rayos de sol asomarse. Se abrochó la chaqueta y estuvo por volver adentro para traer un sweater para el rizado, pero este habló.

— Louis... — dijo sin mirarlo a los ojos. Evitaba hacerlo. Creía que si no lo miraba, le costaría menos decir lo que estaba por hacer.

El ojiazul buscaba la mirada del rizado. Observó como sus rizos se movían con el viento frio y mantenía un semblante serio. De pronto, el frío no fue lo único que lo molestó. 

—Louis, cuando llegue a Dublin ya no estaré contigo. — habló el rizado. Lo dijo mirando a las pequeñas olas que se formaban alrededor del ferry. 

— ¿Qué? — fue  lo único que pudo preguntar. Se cruzó de brazos y se acercó un paso más. 

—Niall ofreció ayudarme. Me ofrece un lugar tranquilo para estar e incluso podré acompañarlo a las presentaciones de su banda y...

—¿Te das cuenta de lo idiota que suenas? —interrumpió Louis. Harry lo miró por pocos segundos y volvió a mirar al agua. — ¿Qué te hace pensar que puedes confiar en Niall? ¿Sabes si tiene familia? ¿Cómo estás tan seguro que él no te hará daño? ¿Crees que...?

—¿Y contigo sí estoy seguro? ¿Crees que confío en que no me harás año? — se volteó Harry a enfrentarlo.

Silencio. Ambos se miraron y Louis fue el primero en desviar la mirada hacia el horizonte. El cielo se iluminaba cada vez más. 

—Creo que no confías en mi. Pero al menos sabes la verdad. No te puedo asegurar un final feliz, pero sí te aseguro la verdad. Y no sólo lo aseguro, te lo he demostrado.

—No— habló el rizado—. No es suficiente. Louis, tengo la oportunidad de comenzar de cero. En un lugar nuevo, con gente nueva y haciendo lo que me gusta.

—Te van a matar— soltó Louis mientras ponía ambas manos en la baranda aún sin mirarlo.

—¿Qué? ¿Quién? — esta vez fue Harry quien se acercó con el ceño fruncido.

— Los Malik. Ellos fueron los que me enviaron a matarte. Nos quieren muertos. Nos perseguirán a Dublín y...

—¿Por qué...? ¿Y tú...? —no podía formular ninguna pregunta.

—Soy tu única opción— volteó Louis a mirarlo—. Si no estás conmigo, estás muerto.

—¿Pero si estoy contigo también corro el peligro de estar muerto?— dijo Harry con tono irónico. Por primera vez Louis escuchó al rizado soltar una carcajada sarcástica.

—Así es. 

Ambos se quedaron en silencio. Harry volvió a mirar al horizonte y cerró los ojos. Se llevó ambas manos a la cabeza y se quedó así por un rato. 

Louis sacó un cigarrillo y lo encendió allí. Notó que en unos minutos el ferry llegaría a su destino y se quiso acercar al rizado, pero temía. Temía la reacción de este. Sentía que cada vez que intentaba protegerlo, Harry se alejaba más. Sentía que su rechazo crecía cada día más y extrañaba a aquel Harry que cantaba en los árboles. Extrañaba que le diga que deje de fumar. Extrañaba al ojiverde que besó. Harry estaba cambiando más mientras más tiempo pasaba con él. 

—Me iré— dijo Harry.

Louis fue sacadó rápido de sus pensamientos al oirlo. Cuando quiso hablar, Harry continuó.

—No pido que lo entiendas. No tienes que hacerte cargo de mi —Harry volteó a mirarlo—. Trajiste muchos problemas a mi vida, Louis. Cambiaste mi vida para mal. No creo que pueda estar peor de lo que ya estoy — suspiró—. Puede que me llamen loco, pero siento que a pesar de todo debo agradecerte. No entiendo muy bien porqué, pero gracias por... ¿no matarme? Ya no sé ni lo que digo. —se llevó las manos al rostro.

Louis se remojó los labios. El ferry ya había parado.

—¿Y el beso? — se sentía temblar. Esa sensación de expresar sus sentimientos lo aterraba mucho.

Harry lo miró.

— ¿Me dirás que no te importó? Porque, maldita sea, a mi sí. — dijo Louis sin dejar de mirarlo. Había pasado por tantas situaciones de riesgo, pero en ninguna se sentía tan vulnerable como en ese momento.

—Te dejo libre, Louis— habló el rizado—. Siempre me sentí como un estorbo y una carga para ti. Ese beso... —dejó de hablar y se alejó un poco— sí significó algo. Significó una confusión, pero ya todo está claro. Aquí termina todo, Louis.

El ojiazul se llevó las manos a las caderas y bajó la mirada. Se sentía un completo idiota. Sintió como el rizado se alejaba y lo único que pudo hacer fue soltar una maldición y dar otra calada a su cigarrillo. 

Harry se había ido.

Un Rosa Adictivo (Larry Stylinson)Место, где живут истории. Откройте их для себя