XI.

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Louis conducía con una mano en el volante y la otra estaba en el celular, intentando llamar a Liam pero fue inútil. Él no respondía y esto le preocupaba más.

Había sido un total descuidado al dejar ver a Harry frente a todos esos hombres quienes seguramente en aquellos momentos estaban informándole todo a Tyler o incluso peor, a alguno de los Malik.

—Mierda—dijo y lanzó su celular hacia los asientos de atrás.

El ojiazul no tenía idea de dónde iría. Se sentía atrapado y no era la primera vez que se sentía así. Sin embargo, era la primera vez que se sentía atrapado con alguien. No podía hacer lo que solía hacer antes, como solicitar ayuda de uno de sus amigos pesados que siempre le brindaban ayuda a precios relativamente altos. Nadie querría ayudarlo con un limpio a su lado. Y peor cuando este limpio había sido su víctima en algún momento.

Miró de reojo al rizado quien estaba ¿dormido? ¿desmayado? No lo sabía. Pero estaba a su lado, con los labios rosados entreabiertos y algunos rizos castaños sobre su rostro.

Sintió un poco de rabia al verlo pero esta se esfumó rápidamente porque sabía que aquel chico de rizos no tenía culpa alguna. Al contrario, él seguía siendo una víctima pero ahora no sólo para él, sino para cientos de hombres que los seguían.

Luego sintió culpa. Parecía que el peso de la vida del rizado le pesaba más que el suyo. No quiso admitirlo en ese momento, pero muy internamente, sabía que la razón por la que Harry estuviera corriendo peligro, más que antes, era culpa suya. Pero era algo de lo que estaba seguro de que si pudiera volver el tiempo atrás no lo cambiaría.

Él lo valía.

Mirarlo dormido tan pacíficamente a su lado le reconfortaba.

Sí, no estaba sólo. Estaba con un chico vestido de rosa que sonreía casi todo el tiempo y que amenazaba con matar su poca paciencia casi todo el tiempo.

Pensó en que era egoísta haberlo traído. Pensó en lo egoísta que fue al querer tenerlo allí junto a él. Pero, ¿qué más tenía?

—Louis—habló el rizado sacándolo de sus pensamientos.

—Despertaste— comentó el ojiazul sin mirarlo.

—¿Puedes estacionar? –cuestionó el rizado y Louis pudo oír lo frías que habían sonado sus palabras. No lo culpaba. Casi habían sido atrapados y Harry no tenía idea de lo que pasaba.

—No intentes escapar—dijo con la vista aun en la carretera—. No lo creerás, pero estás más seguro junto a mí.

—Quiero hablar contigo.

—Lo estamos haciendo, genio.

—¿Intentabas matarme? –preguntó sin rodeos y Louis tragó en seco.

Mientras se estacionaba, lo único que pensaba era en lo mal que saldría lo que estaba por suceder.

—Mira, yo...—comenzó pero Harry le interrumpió.

—Entonces sí— respondió con un ligero llanto en su voz—. Mírame, Louis

Así lo hizo. Conectó sus ojos azules con los verdes del rizado y vio como en aquellos hermosos ojos las lágrimas se abrían paso.

—No estás muerto, Harry. No lo estás y es lo único que importa.

—Lo único que te importa –suspiró, y se limpió las primeras lágrimas que se deslizaban sobre sus mejillas y sintió un ardo —. Hubiera sido mejor dejarme morir en todas aquellas oportunidades que me diste.

—No sabes de lo que hablas, así que cállate — Louis no quería sonar amable pero tampoco planeaba gritarle.

—Oh por supuesto que lo sé. Lo supe hoy por la mañana mientras tú debiste haber estado riendo por lo idiota que fui al permanecer contigo. ¡Eres un maldito asesino! ¿Pero ahora crees que por no matarme puedes ganarte el título de santo? No, Louis. Es increíble que por haberme perdonado mi maldita vida, creas tener el poder de tratarme como quieras o llevarme donde quieras.

Harry ya estaba llorando. Se sentía perder todo la cordura que había mantenido mientras el ojiazul conducía. Lo había pensado. Había recordado todo, desde el primer momento que conoció a Louis hasta el momento en el que este había amenazado a un padre e hija.

—Harry, créeme que nada de esto salió como esperaba pero en serio déjame explicarte porque hay mucho que no sabes –habló rápido con algunos ademanes de la mano.

—No hay nada más que quiera escuchar de ti. No necesito saber nada más de ti o de lo que haces. No hay justificación para lo que haces, Louis. ¿Es que no lo entiendes? –las lágrimas no dejaban de descender de sus ojos y procedió a querer abrir la puerta del vehículo pero estaba asegurada.

—Te dije que no escaparías –le recordó —. Estas a salvo aquí, por más loco que parezca. Harry, mírame –le ordenó y el nombrado le obedeció—. ¿Has pensado en el peligro que yo también corro en todo esto? Te tengo a ti a mi lado, a la persona a la que debí haber matado. Mucha gente quiere matarme por haber hecho eso pero no te he abandonado. Si te vas en este momento podrían matarte si tan solo das algunos pasos más, pero—

—¿Pero si estoy contigo eso no pasará? –cuestionó el rizado, más calmado— Es pura mierda, Louis. ¿Crees que seguiré creyéndote? ¿En serio, lo crees?

—No quiero que me creas—respondió—. Tienes todo el derecho en no confiar en mi, en odiarme y maldecirme todo lo que quieras. Pero piénsalo. Allí afuera hay muchos hombres que quieren matarte tanto a ti como a mi. Sí, soy la persona responsable de eso pero esta responsabilidad es mía. No puedo dejarte ir cuando alguien puede matarte.

—Tú lo ibas a hacer.

—Pero no hice.

—¿Por qué? –preguntó el rizado— Tuviste todo este tiempo para hacerlo y no lo hiciste.

No iba a decírselo. No cuando ni él mismo estaba seguro de tener la respuesta correcta.

—Simplemente sucedió—dijo mirando a otro lado—. No hay mucho que decir sobre ello. Lo importante es que estás vivo y que no estoy seguro de Liam lo este.

Harry frunció el ceño y luego también lo recordó. No había visto a aquel simpático hombre que se había comportado tan amable con él. Se preguntó si él era un asesino al igual que el hombre que tenía a su lado pero antes de que pudiera preguntarlo, sintió como el carro se ponía en marcha sobre la carretera.

—No confió en ti –soltó el rizado, encogiéndose en su asiento.

Louis tragó saliva y fingió no escucharlo, intentando deshacerse de aquel nudo que hacía doler su garganta.



No sucedió mucho en este al menos conocemos un poco más sobre Louis.

Llegó el momento en el que Harry abrió los ojos y bueno, estoy segura de que era el momento ideal. 

¿Qué creen que pasó con Liam? Eso sucedió en el capítulo anterior pero en el siguiente lo tendremos... ¿vivo o muerto?


Espero que hayan tenido una linda navidad y nos leemos en la siguiente actualización. Gracias por todo.

Un Rosa Adictivo (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now