Extra.

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«Cena de Gallardo».

Horas antes.

Olivia Gallardo.

Aún no me cabe en la cabeza como una mujer Tan hermosa y perfecta como Ángela, pueda ser tan amargada. Cualquier persona que la ve de lejos o solo la ve, diría que es un ser de luz que inyecta amor a donde va, no es así. Es una persona con un carácter pesado, amargada y cualquiera que la conozca no se atrevería hablarle, le tienen miedo por su forma tan directa de decir las cosas.

Yo soy la única persona en el mundo que, la soporta y la ama como es. No podría vivir sin mi mujer de hielo.

Lo sé, es masoquista de mi parte, pero ella también me ama a su manera, disfruto verla molesta por mi culpa, como en este momento que la estoy viendo tan enojada que hasta su cara se torna roja. Esta en el balcón sosteniendo una copa de vino (no le gusta) no comprendo porqué la tiene.

Después de bailar con Álvaro, se puso un poco agresiva, y es entendible ya que jamás había bailado con un hombre, siempre bailaba conmigo en sus momentos de alegría o con su madre.

Voy directo al balcón para hablarle, pero una mano me detiene, sosteniéndome del hombro, volteo y efectivamente no falle en adivinar quien era.

—No es necesario que me digas lo que necesitas —le digo en tono burlón a Álvaro Beltrán quien me da una enorme sonrisa—. Esto es muy interesante, el señor "no persigo a ninguna mujer"  apunto de pedirme quien sabe que favor para conquistar a la señorita "no me interesa ningún hombre" —me empiezo a reír de solo pensarlo—. Eso sería muy divertido, el orgullo y la pasión juntos.

—Que graciosa me saliste. —Me revuelve el cabello—, pero no, solo quiero que me diga algo, alguna señal de que eso que oculta es solo fachada.

—Pierdes tu tiempo, muchos lo han intentado y ninguno se ha ganado su corazón de hielo, por eso le digo; mi mujer de hielo, es la frialdad humana esa mujer.

Me mira confundido.

—Solo necesito que te desaparezcas por unos minutos —se acerca un poco mas—. Te daré cualquier cosa a cambio.

—Lo tengo todo, Beltrán. Y lo que no tengo, lo consigo.

Se queda pensando por unos minutos, lo veo reír como un demente y luego me toma de los hombros.

—Ya vuelvo. —Se va caminando rápido dejándome aún más intrigada ¿Que le pasa?

Álvaro Beltrán está un poco desesperado por conocer a Ángela, me río mentalmente por lo irónico que es esto. El, un hombre que está acostumbrado a que las mujeres le rueguen, y Ángela, que jamás pero jamás es...

—Olivia —Volteo al lugar donde viene Álvaro, se acerca con un sujeto que no había visto jamás (súper guapo).

—¿Que ha pasado? —Cuestiono por la forma tan extraña que me mira.

Sonríe de oreja a oreja mostrando unas pequeñas arrugas. Hasta así se ve apuesto el muy maldito.

—Él es Nicolás Morelli, mi mejor amigo y socio de la empresa. —El chico muy amable me tiende su mano, correspondo al saludo, pero me lleva hasta él y deja un beso en mi mejilla.

Creo que lo vi hace unas horas, pero no le di mucha atención.

—Que gusto conocerla al fin, señorita Gallardo.

—Lo mismo digo. —Respondo dudosa.

—Pequeña socarrona. —Álvaro me habla. «Desde niña me llama así»—. Nicolás quiere conocer la casa, así que pensé que sería una magnífica idea que tu se la enseñes, ya sabes, tu padre en este momento está muy ocupado.

Más allá de mi orgullo// EDITANDO.Where stories live. Discover now