Capítulo 25

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«Novios».

Ángela.

¡Buenos días!

Maldita sea.

La voz irritante del profesor inunda mis oídos cuando entra a la clase, haciéndome cerrar los ojos con frustración. ¡Ah! Apenas va empezando la mañana y ya quiero largarme.

Pasé toda la madrugada llenando informes y correos para no acumular el trabajo que teníamos pendiente. Olivia se encuentra a mi lado con una cara nada amigable, ahora entiendo lo que me dijo y es que creo que esas vacaciones solo fueron para acumularnos las tareas.

También le prometí a Galván que una vez saliera de aquí, iría a su consultorio a pasar el día con él. Me gusta la idea, quiero saber cómo es el día a día de un doctor como él, así que accedí. Despues de todo, no creo que por la tarde vaya a tener algún oficio.

El profesor Smith espera un saludo de parte de todos pero nadie es capaz de decir una sola palabra, así que resopla y se sienta en su escritorio.

—Espero hayan tenido una semana entretenida —Se ríe cuando todos bufan—. Prometo compensar todo el trabajo que tienen.

Sí, el profesor Smith es el más blando de la universidad, al contrario de los demás, que te sacan hasta la mierda.

—¿Tendremos clase en el laboratorio? —Pregunta una de las estudiantes—. Digo, ya nos toca ¿No?

—Mañana —Responde él mientras hojea algo—. Hoy quiero hablar algunos temas de infección y transmisión. Les quiero contar algo.

Todos asentimos para que prosiga.

—Estos días estuve lidiando con algunas personas infectadas por VIH, es algo fuerte. Es un tema que no debería tratar por ahora, aunque ya ustedes tengan conocimiento de eso. —Respira profundo, masajeando su sien—. Es frustrante saber cómo esas personas se desesperan con esta situación y la verdad es algo que no quiero seguir lidiando. Así que hoy hablaremos un poco de eso, y la tarea que tendrán; será investigar al menos unos quince casos de personas con esta enfermedad, quiero un trabajo largo y bien hecho. Quiero que tengan en cuenta las consecuencias de esto.

Bien, no es un trabajo difícil y todos sonríen satisfechos.

—¿Para cuando? —Pregunto.

—Mañana.

Lo que eran caras sonrientes, se convierten en caras de tragedia.

—¿Qué? Pero, mañana es muy pronto.

—Mañana entregarán el trabajo y ya luego comenzaremos con las clases normales —Me ignora y comienza a escribir en el enorme pizarrón—. Ahora quiero que cada uno, pase al frente y me haga un pequeño resumen del trabajo asignado para hoy. Preciso y entendible.

—Esto es increíble... es instruirnos, no destruirnos.

—Ángela, es para que sigan siendo la clase número uno.

—Vale. —Me resigno y paso al frente para dar mi resumen sobre las enfermedades de la piel y toda esa porquería.

Mis veinte minutos explicando valieron la pena. Una vez que empecé a explicar no pude parar y todos se veían satisfechos al saber que me llevé todo el tiempo hablando. El profesor estaba muy feliz por mi presentación, orgulloso de mi, diciendo que soy su estudiante favorita. Yo hablé hasta que la garganta se me secó y tuve que responder más de quince preguntas de los ineptos de mis compañeros. Por el rabillo del ojo pude ver cómo mi amiga se estaba quedando dormida y tuve que entretener de más al profesor para que no se diera cuenta.

Más allá de mi orgullo// EDITANDO.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt