Capitulo 12 ( 2° parte)

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—Ya estamos aquí ¿Llevas mucho esperando?, ¿te ha visto alguien? —pregunto Tyler al abrir la puerta del carruaje.

—No, apenas llevo cinco minutos aquí, y tranquilo, no me ha visto nadie —contesto Trevor totalmente ajeno, a que una vez más, la señorita Thompson había sido un testigo inoportuno.

—Bien —contesto escuetamente Tyler antes de dar la orden al cochero para proseguir.

Tras algo más de una hora por fin llegaron a las afueras de Londres y al cruce de caminos acordado. Unos metros antes de llegar al cruce el carruaje se salió del camino centrar y siguió por un sendero que llevaba a un pequeño bosque donde no tardaron en adentrarse. De repente el carruaje se paró y el cochero empezó a hacer sonar una especie de silbato que imitaba el canto de un pájaro.

—¿Qué es ese ruido y por qué nos hemos parado aquí? —preguntó Trevor.

—Es una señal para avisar de que somos nosotros, si todo está bien nos contestarán y seguiremos, ya casi hemos llegado —contestó Tyler a la vez que se oía la respuesta y el carruaje reanudaba la marcha.

En menos de cinco minutos llegaron a un pequeño claro dónde había una vieja cabaña aparentemente abandonada hacía años. Junto a la cabaña estaban dos carruajes custodiados por uno de los hombres de Tyler.

—Buenas noches, señor Sheppard —saludo el hombre de Tyler cuando el carruaje paró y los tres bajaron de él.

—Buenas noches, Harold ¿todo bien?, ¿algún contratiempo?

—Ninguno señor, todo está tranquilo y saliendo según lo planeado. Los demás están en la cabaña, ya solo falta que lleguen los hombres con los niños.

—Bien —contesto Tyler sacando su reloj para mirar la hora —. Si todo sigue su curso ya no tardarán en llegar.

Mientras Tyler hablaba con su hombre, Higgins y Trevor miraban el sitio intrigados.

—Este chico no para de sorprenderme, ¿cómo habrá encontrado este lugar y la cabaña? —comento Higgins.

—Eso mismo estaba pensando yo, este sitio está muy escondido y no creo que Tyler lo encontrara por casualidad mientras buscaba margaritas por el bosque.

—Vamos, esperaremos a los niños en la cabaña —dijo Tyler acercándose a ellos.

—¿Cómo demonios has encontrado este sitio? —pregunto Trevor mientras se dirigían a la cabaña.

—Gracias a uno de mis hombres. Cuando decidimos que necesitábamos un sitio discreto para las reuniones y entregas Tom nos habló de esta cabaña. Por lo visto su tío había sido un viejo borracho que se había metido en más de un lío y acabó viviendo aquí como un ermitaño. Cuando me trajo aquí consideré que era justo lo que necesitábamos, un lugar apartado, tranquilo y muy difícil de encontrar por casualidad, así que se lo compre, acondicionamos lo necesario y desde entonces es nuestro lugar de encuentro.

Al entrar en la cabaña saludaron al otro cochero y a las tres mujeres que estaban con él. Según el plan en cada carruaje iría uno de ellos con una mujer y los niños fingiendo así ser una familia que pasaría desapercibida si paraban en una posada o se cruzaban con alguien en el camino.

Tras un buen rato esperando Tyler empezó a inquietarse.

—Están tardando demasiado, deberían haber llegado hace rato —dijo Tyler, el cual no paraba de mirar el reloj mientras andaba de un lado a otro de la habitación.

—Tranquilízate muchacho, y deja de dar vueltas que nos estás poniendo nerviosos a todos. Siéntate y esperemos un poco más antes de ponernos catastrofistas.

ARRIESGARSE A AMAR  ( Borrador Sin Corregir)Onde histórias criam vida. Descubra agora