CAPITULO XII

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Una agradable brisa me golpea mientras voy hacia el parque, y por alguna razón hoy es uno de esos días en los que siento mucha paz y tranquilidad.

Llego al parque y voy directo a la banca de siempre, donde nos reunimos Logan y yo. Se me hace raro no verlo aún, pero decido dejarlo pasar. Me siento y comienzo a sacar mis lápices y mi cuadernillo, decido dibujar a una pareja que está a unos cuantos metros de mí. El chico está frente a ella tratando de tomarle una fotografía, mientas que ella está haciendo algunas posees divertidas, ambos riendo y demostrando el amor que se tienen el uno al otro.

«No hay duda de que es una bella imagen para dibujar».

Me arrepiento de no haber traído un lienzo junto a mis pinturas, porque hubiera sido mucho mejor pintarlo y darle vida con los colores del atardecer.

—¡Capucha! —Logan aparece frente a mí luciendo algo agitado—. Perdón por tardar tanto, a medio camino me di cuenta de que me faltaba mi cuadernillo y tuve que regresar a buscarlo.

—No te preocupes, acabo de llegar hace unos minutos.

—Pensé que no vendrías. —Logan se sienta a mi lado y se recuesta un poco en la banca para recuperar el aliento—. No respondiste a mis mensajes.

—Sí, pensé no hacía falta. Tú sabes que no pierdo ninguna oportunidad para pintar o dibujar la belleza natural de este mundo. —Sigo prestándole atención a la pareja, termino el boceto básico y comienzo con los detalles—. Para mi cualquier escenario es digno de belleza y admiración, solo debes prestarle atención.

Sigo haciendo el dibujo y Logan comienza a sacar sus cosas, y puedo ver de reojo que decidió traer carboncillo. Él se acomoda de lado, subiendo una de sus piernas, acomodando su cuadernillo en su rodilla y su otra pierna en suelo. Me siento en la tentación de preguntarle qué es lo que piensa dibujar, pero cuando veo su cara de concentración al mover el carboncillo decido dejarlo así, y regreso la atención a mi dibujo.

Pasamos un bueno rato, los dos completamente en silencio, con el ruido de los niños jugando y gritando de fondo. Algunos dirán que no es el mejor lugar para poder dibujar debido al ruido, pero para mí es todo lo contrario, prefiero los lugares así, dónde la alegría desborda de cada rincón. Y al parecer para Logan es igual, ya que no despega los ojos de su cuaderno y da la impresión de que solo existe él en su mundo.

No sé cómo pasó, pero terminé con las piernas de Logan sobre las mías, y no puedo evitar pensar en que algunos podrían creer que somos una pareja.

«No pienses en esas cosas justo ahora».

Me regaño mentalmente y sigo dándole los últimos detalles al dibujo de un pequeño niño jugando en el arenero. Una sonrisa de satisfacción aparece cuando me percato de que logré captar por completo los detalles de sus sonrisa y su cabello rubio. Paso a otra página y busco con la mirada otra cosa para dibujar, pero no encuentro algo que llame mi atención, veo de reojo a Logan, y noto que el ángulo y la luz son perfectos.

Comienzo a trazar el boceto, y luego de completarlo sigo creando su silueta y la de las cosas que hay detrás de el. Así pasa el tiempo, y cuando estoy a mitad del dibujo y estoy detallando los ojos de Logan, unas chicas se nos acercan algo tímidas. Yo me doy cuenta de su presencia, pero mi acompañante sigue totalmente aislado de la realidad.

—Disculpen —habla una de ellas—. Estamos observándolos hace un rato, y nos preguntábamos... ¿podrían darnos sus números?

—Chicas, las felicito por tomar valentía y venir hacia nosotros, pero yo...

—Él es gay —dice Logan de repente y deja de lado sus cosas—. No pierdan su tiempo y váyanse de aquí, estamos algo ocupados.

Me quedo perplejo, no por lo que dijo —ya que es cierto y yo estaba a punto de decir lo mismo— sino por el tono de su voz.

Mi Razón Para Odiarte [#1 Amores Complicados]Kde žijí příběhy. Začni objevovat