CAPITULO XXXIV

956 71 26
                                    

Ha pasado una semana entera desde que hablé con Logan. He evitado todo contacto con él, y él ha hecho lo mismo, pero ha sido lo más difícil de mi vida, porque parece que el destino está decidido a juntarnos en cada oportunidad que tiene. No importa a dónde voy, siempre termino encontrándomelo en los pasillos de la escuela, en el parque, en la biblioteca, hasta cerca del bar donde trabaja Jonah. Y lo más importante de todo, siempre está junto a Rosy y Will, que al parecer se ha convertido en su nuevo mejor amigo.

Y verlo junto a ellos, riéndose y pasándola muy bien, duele...

¡Dios, duele como el infierno!

Duele saber que a Logan de verdad no le importa lo que pasó entre nosotros.

«Un error».

¿En serio él lo considera un error?

Solo recordar sus palabras hace que mi pecho duela. Sus actos me hicieron creer que de verdad me quería y que no era el único tonto enamorado.

«Estaba borracho, Thomas».

Pero aun así, ¿por qué decirme todo eso? ¿Por qué quería acostarse conmigo? ¿Qué gana Logan con ello?

«Deja de pensar en ese idiota».

Sí, es un idiota, pero eso no me impidió enamorarme de él.

—¿Thomas?

Despego mi vista de la ventana hacia donde miraba, y ni siquiera lo hacía para observar algo en concreto, solo estaba dejándome llevar por mis pensamientos. Regresó a la realidad y le ñongo atención a mi mejor amiga, ella me ve con una mueca en su rostro y trato de sonreírle.

—Disculpa, Anna. ¿Qué decías?

—¿Saldrás con nosotros hoy?

—No —contesto enseguida.

Salir de casa significa ver a Logan en algún momento, y solo por hoy quiero liberarme de su imagen.

—Está bien.

Anna comienza a jugar con sus dedos, nerviosa. Yo dejo salir un suspiro y me siento en el suelo frente a ella.

—Dime lo que tengas que decirme.

—No tengo nada que de...

—Cuando estás nerviosa o ansiosa juegas con tus dedos —la interrumpo—. Anna, te conozco, así que dime lo que tengas guardado.

—Thom... es que estoy preocupado por ti. Es cierto, no te has encerrado en tu habitación como la mayoría de personas lo haría, pero has cambiado. Ya no sonríes, no te gusta estar con muchas personas a tu alrededor y ocultas que eres gay. ¿Al menos estás durmiendo bien?

—Estás exagerando, Anna. Estoy bien.

—¿Estás bien? A mis ojos, Thomas, estás de todo menos bien.

Ni siquiera puedo ver a Anna a los ojos, ella tiene todas la razones para estar preocupada.

—Mira, no lo hago para juzgarte, solo quiero saber qué te pasa para poder ayudarte. Soy tu amiga, recuerda eso.

—Lo sé y te quiero mucho. —Tomo un poco de aire y trato de tranquilizar los latidos de mi corazón para poder hablar con ella—. Tú sabes lo que tengo con Logan... o lo que tenía. La cosa es que no todo estaba bien. Es cierto, pasábamos buenos ratos, pero todos ellos eran opacados por los malos momentos, aunque yo no le daba mucha importancia porque le había prometido estar a su lado.

«No me importaba nada. Si podía estar a su lado, todo estaba bien. No me importó decir que era su amigo, no me importó que después de besarnos o pasar un buen rato tuviera que volver a la realidad y soportar sus palabras hirientes».

Mi Razón Para Odiarte [#1 Amores Complicados]Where stories live. Discover now