Capítulo 7

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Odiaba a James Potter, odiaba el frío y odiaba llorar. Había estado esperando por él durante 45 minutos en el campo de Quidditch. Se había sentido estúpida, dejada de lado y sola. Muy sola. Los primeros minutos pensó que serían normales, había que llegar hasta el campo y si traía escoba igual le pesaba. Cuando habían pasado 20 minutos decidió que algo andaba mal. Y los 45 se fue. No pensaba andar esperando por James Potter toda la vida, pero no pudo evitar volverse al castillo llorando.

Cuando entró y quiso girar hacía la derecha para tomar un camino corto hacía su sala común y poder refugiarse en la cama y en sus amigas, se chocó con alguien.

- Joder, ten cuidado - dijo esa voz que conocía tan bien pero hacía días que no escuchaba - ¿Florence? ¿Estás llorando?

- No - dijo ella- No estoy llorando Regulus, adiós.

- Ey, ey, ey - dijo él, agarrándola del brazo y atrayéndola hacía él - ¿por qué lloras? ¿Qué ha pasado?

Florence no pudo evitar soltar un pequeño suspiró y comenzó a llorar. Regulus automáticamente la abrazó y la condujo hacía fuera de nuevo, en busca de un banco en el que poder sentarse.

- ¿Qué ha pasado Flo? - le preguntó Regulus cuando ella se había calmado un poco.

- Lo que ha pasado es que al final siempre es mejor que me quede en las sombras, donde nadie me vea - dijo ella e intentó irse, pero Regulus la paró - Tú me dijiste que me veías y te alejaste de mi. Él me dijo que me veía y ni si quiera ha venido a nuestra cita. Solo quiero irme a mi cuarto.

Regulus la dejó marchar confundido. ¿Cita? ¿El Potter la había dejado tirada en su cita? Solo sabía que aquel chico era estúpido y esperaba que tuviera una buena razón para no haberse presentado. Porque Florence no merecía llorar, no merecía sentirse mal. Ni por él, ni por Potter, ni por nadie.

***

- ¿Qué cita más corta no? - dijo Anne desde el sofá de la sala común cuando vio a su amiga entrar corriendo.

Jess la miró y vio como sus ojos estaban rojos e hinchados. Estaba llorando.

- ¿Florence qué pasa? ¿Por qué lloras? - ambas amigas se levantaron y la siguieron a su habitación donde la encontraron tirada en la cama, hecha un ovillo.

- No quiero hablar, ¿Vale chicas? - dijo la morena - no se ha presentado, me ha dejado tirada y no quiero hablar.

Las dos amigas la abrazaron y, mientras Anne la tapaba con una manta y le acercaba uno de sus libros favoritos, Jess corrió a la sala común y subió con un café calentito y unas galletas, de las que siempre tenían allí los Ravenclaw. Ambas salieron de la habitación y dejaron a Florence sola. Sabían que necesitaba desahogarse y llorar, y que si les había pedido espacio era justamente porque nada le hacía más falta en ese momento que estar sola con sus pensamientos.

Una vez fuera, ambas amigas corrieron al Gran Comedor. Era la hora de la cena y se morían de hambre. De hambre y de ganas de matar a cierto Gryffindor. Cuando llegaron, él ya se encontraba allí, parado justo en la puerta y mirando a la mesa de los Ravenclaw. Tenía la esperanza de ver a la chica y poder hablar con ella, le debía muchas explicaciones y un perdón enorme.

- No va a venir - le dijo Jess, a lo que James la miró mientras los demás merodeadores se acercaban a ellas. - Y no te queremos cerca de ella.

- Chicas, tengo una explicación y ...

- Nos da igual - dijo Anne - No queremos tu explicación, no queremos tu perdón. No sabemos que hará ella, pero nosotras no te queremos cerca de Florence. No te mereces ni que te mire.

Las dos amigas se fueron a su respectiva mesa mientras que los Gryffindor se sentaron con pesadez en la suya.

- La verdad es que eres bastante idiota - le dijo Remus - habías conseguido la cita con ella y ni si quiera te presentas. Que entiendo que estabas con Lily y te gusta mucho, pero eso no se hace Cornamenta. Y menos cuando habías dicho que querías olvidarte de ella y que Florence te gustaba.

- Lo sé Lunático, lo sé. Soy un imbécil y afrontaré mi castigo. Pero no sé, me la imagino llorando y se me rompe el alma.

- Eso tenías que haberlo pensado antes - dijo Sirius, con una mueca - ahora ya hay poco que hacer. Esperemos que no te mate. Aunque lo merecerías.

Mientras los merodeadores se miraban entre ellos y Lily se sentaba junto a ellos, James notó sobre si una mirada penetrante. Regulus Black. Esa mirada no pasó desapercibida por Sirius, el cual le dio un codazo a su mejor amigo, llamando la atención del Slytherin también.

- ¿Y ese por qué te mira? - dijo Sirius - ¿Quiere algo?

- No tengo ni la más remota idea - dijo James - pero ahora mismo no me apetece pensar en Slytherins estúpidos, solo me apetece pensar en lo estúpido que soy yo.

Mientras Lily miraba a James sin entender del todo pero con una sonrisa, en la mesa de las serpientes Severus le daba un codazo a Regulus.

- Deja de mirarlo, que por hacerlo no va a desaparecer - dijo mientras se llevaba el vaso de agua a la boca y murmuraba - aunque ojalá.

- Ya, ni si quiera se porque estoy enfadado.

- Porque te gusta la Ravenclaw y claro... no está comiendo aquí, algo ha pasado ¿verdad? - Regulus miraba a su amigo sorprendido.

-Pues si, la ha dejado tirado en su cita y ella estaba llorando - contestó - y no me gusta.

- Si, lo que tú digas. ¿Por que no la invitas tú a salir?

- Porque mi familia no lo aprobaría y no quiero tener que pasar por eso... Ni hacerle pasar por eso a ninguna persona. - dijo Regulus apenado.

-¿Qué tu familia no lo aprobaría? He estado investigando y tu parece que no sabes nada de esa chica ¿me equivoco?

- Sé que sus padres la hacen ir a bailes y a reuniones donde la prestan una atención que no quiere, pero nada más - contesto Regulus con sinceridad.

Severus le miro y bajando un poco la voz comenzó a relatarle lo que había averiguado.

- Su familia son los Marqués Carballo, dos linajes de brujos y brujas de sangre mágica. La cabeza de familia es su abuela, Consuelo. Son algo así como las 28 sagradas pero con rasgos similares a los antiguos nobles. Y ella, ella es la única heredera del título de la familia y la que defiende su apellido. Es normal que allí esté en el punto de mira y venga aquí, para evitar toda esa atención. ¿Tus padres? Tus padres alucinarían si una Marques fuera amiga o pareja - dijo mirando con una sonrisa burlona a su amigo, el cual le miro frunciendo el ceño - Un Black emparentado con la nobleza española, sería el cotilleo del siglo.

Regulus se quedó pensando. Con esa historia familiar sin duda ambos podían ser amigos abiertamente sin tener que esconderse en la torre de astronomía o tener que sonreírse cuando nadie más les ve. Tenía que hablar con ella. Le pediría esa cita, aunque fuera como amigos. El no sería tan estúpido como James Potter.

Just one look - Regulus BlackNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ