Capítulo 11

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Odiaba los vestidos pomposos. Desde que tenía memoria su abuela siempre le había hecho llevar unos vestidos demasiado extravagantes que no pegaban nada con la personalidad de Flo. Tenía miedo por ver cual era el que se debería de poner hoy. ¿Sería amarillo pollo y con un gran cancan? ¿Llevaría tantas flores encima que parecería un bosque? ¿Sería tan negro como su futuro? Fuera como fuese, todo el mundo le diría que esta arrebatadora y fingirían amar el vestido. Florence podría ir con una bolsa de basura y todo el mundo le diría que está preciosa.

- Señorita - le dijo uno de los ayudantes de su abuela, Don Felipe, el cual llevaba siendo la persona encargada de la agenda de Consuelo desde que Flo nació. - Es hora de que se vista, en a penas una hora debemos estar en la Mansión Malfoy.

Florence asintió y tras darle las gracias a Felipe caminó en dirección a la habitación donde sabía que su madre estaría preparándose. La encontró con un vestido azul claro y un tocado negro a juego con los zapatos.

-Estáis preciosa madre - le dijo Flo nada más verla, a lo que su madre se giró con una sonrisa indicándola que debe sentarse. - ¿Cuál es mi vestido?

Su madre abrió una bolsa y dejo ver un vestido entallado por la rodilla, de color blanco y con pequeños detalles transparentes en los brazos. El vestido lo complementaban unos zapatos blancos de salón. La cara de Florence era un poema. ¿Sería esa la primera vez que se sentiría genuinamente preciosa?

- Madre, pero este vestido es precioso - le dijo con una sonrisa - ¿De verdad es el mio?

Su madre asintió, a lo que le dijo: pues me encanta, creo que es el más bonito de los que he usado.

- Es un día muy especial mi niña - le dijo su madre cerca de su oído - tienes que brillar. Hoy es el día en el que todos van a verte.

***

Cuando anunciaron su entrada, Flo estaba asustada. Entraba del brazo de padre y al lado de su madre. Tal y como había anunciado esta última, todas las miradas estaban en ella. Pudo distinguir rápidamente a Carlos, justo a sus padres, vistiendo un traje de color rojo burdeos que, había que admitir, estaba hecho para él. Todavía no sabía si sería él o no su prometido, pero que estuviera allí ya hacía que entrará a formar parte del juego.

Flo busco entre la multitud caras conocidas. Los Malfoy, las hermanas Black, algunos compañeros más de la escuela y otras familias españolas importantes, cuyos hijos formaban parte de los ex alumnos de Beauxbatons. Pero su mirada se detuvo en cierto Slytherin que se había quedado embobado mirándola. Llevaba un traje negro, que hacía que sus ojos destacaran mucho más, si es que era posible. Había intentado domar sus rizos, pero no había tenido mucho éxito, por lo que traía un par en la frente, desordenados.

Regulus, por otro lado, solo podía pensar en lo bonita que se veía Florence. No la había visto desde aquella noche en la torre donde ambos se dieron su primer beso. Habían hablado de las posibilidades de esta noche, de como iba a cambiar su vida el baile y de lo mucho que ambos se gustaban. Incluso podían hablar de amor. De lo mucho que se querían. Habían pasado de ser unos simples desconocidos a los que unas bromas estúpidas de James Potter habían unido. Pero ahí estaban, en un baile destinado a la pedida de mano de una chica preciosa.

Florence quería con todas sus fuerzas ir a hablar con él, darle un beso y correr juntos al jardín de la mansión, pero sabía que tenía que cumplir con el protocolo. Esperó pacientemente a que su abuela, la última asistente en entrar en escena apareciera y acto seguido, la acompañó a saludar a las personas más influyentes de la sala. Los primeros fueron los Trebilla.

Just one look - Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora