Capítulo 10

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Odiaba tener razón. Al menos en este caso. La confirmación de la posible pedida de mano llegó un par de días después por parte de su madre. No sabía con quien sería pero estaba claro que no quería. Todavía le quedaba año y medio para graduarse y ya tenía que cargar con el peso de un anillo en su mano.

Decidió hacer memoria y pensar en que herederos había en España con los que pudiese tratar de emparejarla su abuela. Pero no se le ocurrió ninguno. ¿Era absurdo que su abuela la casara con un hombre mucho mayor que ella? Porque solo podía pensar en Carlos, el hijo de la familia Trebilla, el cual le sacaba más de 15 años. No podía ser ese señor. ¿O si?

- ¿Qué estas pensando? - le dijo Jess cuando se sentó a su lado en clase. Habían comenzado hace más de media hora, pero su amiga parecía estar totalmente sumida en sus pensamientos - Llevas haciendo garabatos desde que empezó la hora y llevas distraída desde hace varios días.

- He confirmado mis sospechas - comenzó Flo- mi madre que me ha dicho que en la fiesta de los Malfoy será mi pedida de mano. Pero no sé quien lo hará. Tengo una pequeña idea, pero espero estar totalmente equivocada.

-¿Quien es? - quiso saber Jess.

- Carlos Trebilla - dijo Florence, pero al ver la cara de confusión de su amiga, quiso explicarse- Es el heredero de su familia. Sé que la unión sería muy poderosa, por eso creo que será él. Pero me aterra. Tiene mínimo 15 años más que yo, las orejas enormes y encima es un cotilla. Estudió en Beauxbatons.

- Bueno, no te adelantes a los acontecimientos- le dijo Jess - me encantaría poder estar ahí contigo ese día. Seguro que te vas a ver preciosa.

Florence sonrió. Tampoco quería que sus amigas se sintieran mal por ella. Sabía que había ciertas cosas que no podía elegir. Lo sabía. Desde pequeña tenía claro cual era su sitio y que su abuela la hubiera dejado elegir donde estudiar, ya había sido un gran logro.

- Gracias Jess, os lo contaré todo a mi vuelta.

***

Regulus estaba agobiado desde que Flo le había dicho lo de su posible pedida de mano. ¿Cómo la iban a comprometer tan pronto? Si él ni si quiera se había atrevido a besarla. Quedaban a penas un par de horas para que los alumnos realizarán la ultima cena del año en la escuela (al menos todos aquellos que no iban a pasar las Navidades allí) y el todavía no sabía que hacer. Era la última noche que iba a pasar con Florence y necesitaba idear un plan para poder estar a solas con ella antes de verse en el baile navideño.

- ¡Florence! - gritó al verla pasar por el pasillo - ¡Flo! ¡Espera!.

Florence, paró en seco al escuchar los gritos de Regulus. La sonrisa que ella tenía se le contagió al chico.

- ¿Podemos vernos hoy en la torre de astronomía? - preguntó el joven Black.

- Claro, pero necesito tener tiempo para terminar mi maleta - le dijo ella, mientras que Regulus solo pudo levantar una ceja en señal de confusión - mis padres me permiten venir a Hogwarts y normalmente voy en tren a Londres y de allí a España, pero en esta ocasión voy a ser la primera en irme ya que vienen por mi.

- ¿Entonces mañana ya no vas a estar? - preguntó Reg a lo que Flo simplemente negó.

- Pero nos vamos a ver en la pedida, ¿no?

Regulus asintió y se despidió de ella. Era hoy o nunca. Tenía que besarla. Tenía que hacerlo.

***

Florence subió a la torre de astronomía justo después de cenar. Había terminado de hacer su maleta y de recoger los objetos que quería llevarse a casa. Algún libro y alguna foto que le recordase a sus amigas, que la esperaban con ansias de que se lo contará todo. Estaba nerviosa por ver a Regulus, aunque a él al menos si iba a tener la posibilidad de verle durante el baile de Navidad.

Cuando Reg llegó, Florence llevaba un rato esperando por él. No se le hizo largo, ni aburrido. El joven Black se la encontró mirando por uno de loa ventanales, apoyada en la pared y con la mirada perdida. Le encantaría poder leer bien su mente y descifrar todos los enigmas que se encontraban detrás de la vida de aquella chica.

Carraspeó un poco para hacerle saber que ya estaba allí y se disculpó por haber llegado tarde. Florence encogió los hombros, puesto que no había establecido una hora específica para quedar. Le animó a acercarse a ella con una sonrisa. Llevaba puesto su pijama y por encima la capa. Su pelo estaba recogido en una trenza y llevaba unas gafas que Regulus jamás había visto pero que le quedaban genial. Él se había dejado el uniforme de la escuela y traía todo el pelo desordenado con los rizos cayendo por su frente.

Florence se dio cuenta de que la mirada de Regulus se había ido suavizando desde que le conocía. Ya no parecía una mirada dura y fría, al menos con ella. Eso le gustaba. Regulus le gustaba. Una vez le dijo que él estaría a su lado y lo había cumplido. El la vio y no la cambió por otra, como hizo James. Eso decía mucho de él.

- ¿Por qué querías que nos viéramos aquí? - le preguntó la chica con cierto interés- No me malinterpretes, me encanta estar contigo y esta vista es la mejor del colegio, pero justo hoy es el último día y me imaginaba que querrías estar con tus amigos.

- No, no - dijo Reg - justamente por eso quiero estar aquí, es el último día y hasta el dichoso baile no te voy a ver. A ellos si, prefiero estar contigo.

Florence se puso colorada por las palabras que su amigo le había dedicado. Si tan solo pudiera decirle lo que sentía por él. Si tan solo fuera una persona normal sin la necesidad de concertar un matrimonio para ella.

- Espero que ese baile no sea un completo desastre - se sinceró ella - si me notas algo rara o diferente, quiero que sepas que no es por ti.

- ¿y entonces? - quiso saber él.

- Es que en los eventos de este estilo se espera que una actúe de determinada manera. No puedo hacer lo que quiera o dedicarme a hablar con solo una persona. Aunque, te aseguro, que me encantaría poder hacer eso.

- ¿Hablar solo con una persona durante toda la noche? - Regulus la miro con cierta burla, aunque le encantaría ser esa persona.- ¿y a quien elegirías? ¿A tu abuela?

- A ti, tonto. - aseguró Flo, sin un ápice de duda mientras sonreía.

Regulus la miró despacio mientras con su dedo índice se auto señalaba. Florence asintió poniéndose roja al instante. Acababa de admitirle a Regulus que toda la noche estaría con él, habiendo cientos de personas en un baile como aquel.

- Yo también estaría toda la noche hablando contigo Flo. - dijo el chico sonriente- todas las noches, de todos los días de mi vida.

Tras decir esas palabras, la joven le miró con una pequeña expresión de asombro mientras él poco a poco se iba acercando. Cuando apenas quedaban unos centímetros entre sus bocas, Regulus levanto la vista de sus labios y la miro a los ojos, para acto seguido fundirse en un beso.

Just one look - Regulus BlackUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum