Capítulo 2

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Harry caminó por el callejón. El brazo de su hermana rozaba ligeramente con el suyo, su piel siempre se sentía más fría que la suya. Wednesday caminaba ligeramente por delante de él, mientras Harry miraba los rostros sombríos que los observaban desde las ventanas. Aún era difícil acostumbrarse al acento británico y más aún cuando la gente en el Callejón Knockturn prefería murmurar entre ellos.

— No es justo. —Harry repitió.

— Te lo dije. La comunidad mágica británica es elitista.

Tan elitista, que ellos no habían autorizado a su padre y a Pugsley recorrer el lugar porque no eran magos. Bueno, por lo menos habían tenido que admitir que tampoco eran no—maj. Pero debido a que no podían determinar qué era la mitad de su familia, simplemente habían limitado mucho las cosas. Su madre se había quedado a hacer compañía a su padre y a Pugsley.

Harry deslizó sus manos sobre su flequillo.

— Para eso. —Wednesday ordenó.

— No. —Harry frunció el ceño.

— Jamás te ha molestado tu cicatriz.

— Jamás había sido la razón por la cual un grupo de extraños comience a llamarme Harry Potter. —

Y Wednesday no iba a admitirlo, pero ella parecía muy inclinada a maldecir a todo aquel que se acercara a Harry y lo pusiera incómodo. Porque esa era la situación. Harry sabía tratar con personas. Pero no con la gente que le hablaba como si fuese un abandonado niño lanzado a la soledad y a quien debiesen tenerle lástima. O como si fuese algún tipo de milagro que si tocasen podrían contar la historia por generaciones. Ellos trataban a Harry como un héroe trágico.

— Tú sabes quién eres. —Wednesday sentenció.

Claro que lo sabía. No había duda de ello. Harry era un Addams. Él pertenecía a su familia. Pero era molesto que cuestionaran el lugar al que pertenecía o simplemente negaran que su familia era su familia. Con todo respeto a sus padres biológicos, ellos solo eran una leyenda. Pero ¿Su familia? Ellos eran reales, eran las personas que lo habían criado.

Wednesday y él se dirigieron a diferentes tiendas. Su hermana se dedicó a comprar diferentes tipos de libros e ingredientes para pociones. Él por su parte se encontró interesado en el mundo en el que estaría próximamente involucrándose. Sus oídos captaron algunos apellidos de cierta importancia entre las personas del Callejón Knockturn. Black y Malfoy parecían bastante importantes. Al parecer recientemente la familia Malfoy había estado por ahí debido a que también era el primer año de su único hijo. El más joven heredero de la familia Malfoy y la familia Black, así que parecía tener cierto grado de importancia en ese lado de la comunidad. Harry decidió leer un poco sobre la historia de las familias británicas, de seguro le sería útil. También intentó adquirir algunos libros sobre Voldemort, pero hasta en el Callejón Knockturn parecía que su archienemigo era temido. Que personaje tan curioso. Harry entendía que debía enfrentarse a él, indudablemente no era un miembro digno de la sociedad. Y aunque no entendía del todo por qué debía ser él quien lo hiciera, Harry había crecido conociendo de Voldemort. Preparándose para él. Su familia lo había adoptado sabiendo qué tipo de equipaje él venía arrastrando. Voldemort había sido una parte fundamental de su vida. Pero no como algo aterrador. Sino como algo más que cimentaba su pertenencia en la familia. Harry no entendía cómo podía haber gente que siguiera las creencias de Voldemort, pero una vez más, había gente que leía a sus hijos historias donde las reinas malvadas y las brujas del bosque morían. Así que ¿El qué sabía de todo eso?

Wednesday lo guio por otras tiendas. Ella compró algunos huesos de dragón y él quiso adquirir otros, pero fue decepcionante saber que Hogwarts no permitía ese tipo de decoraciones. Luego fue un pequeño viaje para comprar los artículos de su lista. El Boticario del Sr. Mulpepper fue uno de los locales donde más tardaron, especialmente porque Wednesday tuvo un largo debate sobre hacia dónde revolver una poción si se estaba en el hemisferio sur. Obviamente Wednesday salió victoriosa. En La Serpiente Espinosa Harry tuvo una conversación con cada una de las serpientes que estaban ahí. El empleado de la tienda ni siquiera sabía cómo Wednesday y él habían entrado, pero no dijo nada cuando escuchó a Harry hablar con las serpientes. Después de una hora, ellos las compraron a todas con la promesa de liberarlas en sus hábitats naturales.

Su última parada fue en Borgin y Burkes, principalmente para comprar las velas envenenadas para el tío Fester. Pero estando ahí Harry notó las múltiples máscaras colgadas en las paredes.

— Usted ha viajado mucho. —Harry comentó en voz alta al Señor Borgin, quien seguía a Wednesday por todo el local mientras ella acumulaba algunos objetos.

— En realidad no, pero tengo conexiones en todo el mundo. Siempre es un honor tener clientes que reconocen el arte.

Harry notó las velas envenenadas atrás del mostrador y se las señaló a su hermana.

— También llevaremos dos cajas de esas. —Wednesday señaló.

— Al tío Fester le encantan las velas que usted vende. —Harry completó.

— ¿Fester es su tío? —El Señor Borgin preguntó entusiasmado.

— Seguramente es el tío de alguien. —Wednesday y Harry respondieron inmediatamente.

— ¿Disculpen...?"

— ¿Qué es esto? —Harry preguntó a la esquelética mano en uno de los estantes.

— Oh joven Maestro Addams, qué esquicito gusto tiene. Esa es la Mano de la Gloria. Solo tiene que insertar una vela en ella y le dará luz únicamente a quien la sostiene ¡Es la mejor amiga para ladrones y saqueadores!

— Definitivamente la quiero. —Harry levantó sus cejas hacia su hermana, quien cargaba con el dinero de la familia — Y la máscara Gnaga.

La máscara cubría hasta los pómulos, era negra con incrustaciones rayadas de plata. El señor Borgin miró largamente a Harry, buscando saber si sabía qué tipo de máscara estaba queriendo comprar.

— Joven Maestro Addams, es mi deber recordarle que esa máscara tiene una maldición. —El Señor Borgin advirtió— Aquel que la posea entregará un pedazo de su alma a un enemigo.

— Oh, entonces ya ha hecho su parte. —Wednesday respondió, cruzando una sonrisa retorcida con Harry y él comenzó a reír entretenido.

Por supuesto, solo él se sentiría atraído a una máscara así. Pero para la lamentable suerte de la máscara, él ya había entregado un pedazo de su alma a Voldemort antes de poder hablar ¿O sería al revés? Una parte del alma de Voldemort estaba entrelazada con él. Tal vez debería enviarle la máscara a Voldemort. Aunque supuestamente estaba muerto. Pero como decía su padre ¿Quién no había estado muerto y vuelto a la vida?

— ¿La baraja de cartas? —Harry consultó con su hermana, estas tenían manchas de sangre, aparentemente frescas y posiblemente eran algún tipo de tarot.

Con suerte y Wednesday le leería su fortuna antes de ir a Hogwarts.

— Creo que eso será todo. —Harry anunció.

Mientras el señor Borgin empacaba las cosas, Wednesday y él miraron todas las cosas que tendrían que cargar de regreso al hotel. Su situación tenía el potencial de ser peligrosa. Pero la puerta del local se abrió y Lurch apareció frente a ellos.

— ¿Llamaron?

— ¿Es...? ¿Es eso un inferius? —El señor Borgin preguntó, su voz extremadamente aguda.

Wednesday agitó la mano, desechando la absurda idea.

— Ridículo.

— Es Lurch. —Harry se acercó a su mayordomo— Tan puntual como siempre.

— ...gracias...

Sin problema, Lurch tomó todas las bolsas y ellos comenzaron su regreso por el callejón. Junto a ellos, a toda velocidad, pasó otro niño, Harry apenas pudo percatarse de él si no fuese porque el padre de este dijo su nombre.

Draco.

Que interesante nombre.

Harry miró sobre su hombro y notó que algunas de las cosas que padre e hijo estaban comprando se parecían a las que Hogwarts solicitaba.

Que interesante en realidad. 

De cualquier manera, que placerWhere stories live. Discover now