Capítulo 8

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La primera clase de vuelo hizo que Harry se sintiera entusiasmado. Curiosamente era la primera vez que él se acercaba a una escoba. No había sido algo que a su familia le interesase. O por lo menos a su familia con poderes mágicos. Harry sabía de escobas, de Quidditch y las carreras, pero hasta ese momento no se había percatado lo interesante que sería poder volar. Otros estudiantes habían crecido con una escoba, uno de ellos siendo Draco, quien no paraba de hablar de su deseo de formar parte del equipo de Quidditch y miraba de manera desafiante a Harry.

— Él espera que vayas a rivalizar con él en esto. —Theodore tuvo que explicarle.

— Oh... ¿Debería?

— ...depende de qué efecto quieras hacer en Draco. —Theodore respondió sin darle mucha importancia al tema— ¿Molestarlo más? Si, rivaliza con él ¿Ser su amigo? Sería más recomendable.

Harry no quiso presionar en el tema. Porque para él, una muestra de afecto era molestar a la gente que te importaba.

Madame Hooch tenía el potencial de ser una de sus profesoras favoritas, exclusivamente porque les permitía lidiar con objetos peligrosos sin realmente mucho cuidado. Harry reconoció a Neville, quien lucía mucho más nervioso que en Pociones, así que él se paró junto a él. Algo le decía que donde estuviese Neville, las cosas podían ser caóticas. Eso llevó a Theodore y Millicent también se mezclarán con Gryffindor. A Harry le gustó eso, era ridículo que aún en clases estuviesen separados cuando no era la norma. Pero exactamente lo que hacía feliz a Harry molestó a Draco.

La lección comenzó con ideas básicas de cómo activar su escoba. Acorde el resto de los estudiantes lograban su objetivo, Neville parecía estar cada vez más nervioso. Harry conocía lo que la impaciencia hacía. Por ejemplo, desaparecer la mitad de la colección de espadas de su padre por no verificar dónde enviaban los pasadizos secretos.

Pero Harry también sabía cómo cambiar las emociones de otras personas.

Así que...

— ¡Arriba! —Harry puso su mano a la altura de su pecho y gritó tan fuerte que de seguro desde el castillo lo habían escuchado.

La escoba no se elevó, sino que salió disparada tan rápido que Harry tuvo que esquivarla y usar su daga para bloquear el ataque. Por fuerza de costumbre, él se puso en posición de duelo y tuvo que patear a su escoba para quebrar su ataque y tomar victoria. Una enorme sonrisa se formó en los labios de Harry y no pudo evitar reír. Su primer duelo desde que había entrado a Hogwarts ¡Y había sido con su propia escoba! El resto de los estudiantes se rio abiertamente y Neville se vio mucho más relajado.

— Bueno, ahora sabemos que, si las escobas intentan iniciar una revolución, el niño que vivió podrá salvarnos. —Draco comentó con burla.

— No tienes que temer. —Harry apoyó su mentón sobre su escoba, la cual a pesar de todo seguía firmemente parada— Yo cuidaré de ti de cosas más peligrosas que un ejército de escobas.

La gente se rio, aunque Harry no entendió por qué. Él estaba siendo sincero. Una vez más, parecía que su respuesta había sido la incorrecta, porque Draco estaba más molesto que antes.

— Señor Addams...

— Lo siento, madame Hooch. —Harry le guiñó a Neville— No es tan fácil como luce.

Por lo que podía ver, volar iba a ser relativamente fácil y letalmente peligroso. El tipo de cosa que sonaba perfecta para Harry. Tal vez se debió a eso que fue de los primeros en lograr volar sin realmente alejarse del piso. Aunque gente como Draco estaba haciéndolo mucho mejor que él. Pero Harry definitivamente veía potencial a esto. A la libertad que sentía. Y a la sensación de que si se inclinaba podía caer en picada libre. Ese familiar sentimiento de adrenalina mezclado con temor puro.

De cualquier manera, que placerWhere stories live. Discover now