Capítulo 4

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Lurch estaba a cargo de llevar sus cosas. Desde que Harry había alcanzado los 11 años, él se encontraba divagando si algún día pudiera ser tan fuerte como Lurch. Él era ágil y su madre solía decirle que esa era una de sus mejores habilidades. Pero tal vez él podría ejercitar sus brazos. Como parte del perfil de héroe que debía cumplir ¿Sería necesario que pudiese cargar personas mientras salvaba el día?

Harry había dado por perdida la batalla de caminar a la misma velocidad que Lurch. Un paso del mayordomo equivalía a tres pasos para Harry y al final del día solo parecía que estaba trotando junto a Lurch. Así que él ya se había resignado a que Lurch liderara el camino. Harry estaba acostumbrado a que los non—maj vieran a su familia con ojos curiosos. Pero al parecer la comunidad mágica británica era similar.

— ¡Miren! —Pugsley señaló— Hay fila para usar la pared mágica.

— Oh, pero si se trata de una familia numerosa. —Gómez apoyó su mano sobre el hombro de Harry— Será mejor que esperemos nuestro turno.

— Creo que nosotros también contamos como una familia numerosa. —Harry miró a su hermana— Y eso que no vino toda la familia.

— Eres un sentimental. De seguro hubieses querido que hasta los muertos hubiesen venido. —Wednesday giró los ojos, pero lo entretuvo por un momento— Además, esa familia solo cuenta con una adulta para orquestar el caos de todos esos niños. Nuestra familia sigue siendo prioritariamente formada por adultos.

— Contando tío Remus.

Wednesday giró los ojos.

— Contando Lupin. —Ella aceptó.

Harry miró frente a él. La numerosa familia estaba formada principalmente por pelirrojos. Y ellos eran bastante expresivos. Harry se inclinó hacia adelante, atraído por las voces llenas de energía. Irremediablemente su oído prestó atención a lo que la familia hablaba entre ellos. Los gemelos eran graciosos. Al parecer disfrutaban confundiendo a su madre. Harry intercambió una mirada con su hermana. Tal vez con una poción multijugos ellos podrían intentar algo similar.

— Madre se daría cuenta. —Wednesday respondió, como si hubiese podido leer su mente.

— Padre lo encontraría gracioso. —Él respondió.

Junto a ellos otra familia, notoriamente de magos, se detuvo a esperar su turno. Uno de los adultos lo miró fijamente y sus pupilas se dilataron al ver la frente de Harry. Él desvió la mirada y pudo sentir como su padre se movía a su costado para poner una división entre él y posiblemente otro admirador de Harry Potter.

Sutilmente él cubrió su frente con su cabello e intentó pasar desapercibido. Acción que inmediatamente le ganó una mirada reprobatoria por parte de su hermana. Si, ella tenía razón, esa no era la forma de iniciar su nueva aventura.

— Si alguien te molesta, en lo más mínimo, solo rétalos a un duelo. Simplemente aclara que no será con varitas. —Wednesday respondió, levantando su mentón.

— O no los retes y solo lanza un explosivo. —Pugsley sugirió.

— Esa es tu solución para todos los problemas. —Harry respondió divertido.

— ¡Y suele funcionar!

Quien debía ser la madre de todos esos niños pelirrojos los regresó a ver. Sus hijos ya habían cruzado, exceptuando por una pequeña niña que estaba aferrada a su mano. Por lo que Harry pudo constatar, era la única niña entre todo ese ejército de descendientes. Él sonrió a la pelirroja y ella levantó su mano en forma de saludo. En cambio, la mujer los miró y pareció ligeramente preocupada antes de darles la espalda y cruzar.

De cualquier manera, que placerWhere stories live. Discover now