Capítulo 3

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— ¡Tío Remus! Que fantástico es encontrarte aquí.

Su tío apartó la mirada de la taza de té que estaba bebiendo en la mesa de la pequeña cafetería. Harry siempre sentía cierta emoción al ver a Remus Lupin. Uno de los pocos vínculos que tenía con el mundo mágico en el viejo continente. La sensación era permanente sin importar que veía a su tío todas las vacaciones para un mes de tutorías personalizadas o en cualquier feriado del año. Remus era su tío. Tal vez no por líneas de sangre. Pero ¿Cuándo eso le importaba a un Addams?

Remus se levantó y se arregló su chaqueta antes de extender sus brazos. Wednesday murmuró algo, pero Harry no la escuchó y abrazó a su tío con fuerza porque no solía ser tan común el gesto como con su padre. Remus lo soltó para regresar a su asiento e invitó a Harry y a su hermana para sentarse con ellos mientras Lurch regresaba al hotel para dejar todos los paquetes en orden. Wednesday se excusó con una sonrisa retorcida mostrando interés en saber dónde Pugsley. Algunas cosas que habían comprado no podían esperar por el momento de jugar con Pugsley.

— Me sorprendió saber que irías a Hogwarts. —Remus confesó— Realmente esperaba que te mantuvieras en América.

— ¿Los seguidores de Voldemort siguen siendo un problema? —Morticia preguntó con su voz templada y fría.

Remus pareció querer decir algo ante la mención del nombre de Voldemort. Pero se retuvo, como tantas otras veces. En su lugar, él asintió, mirando a su alrededor.

— Me sentiría tranquilo si todos ustedes se mantuvieran en América. Su líder estará muerto, pero ellos no dejan de creer en su regreso.

Harry miró a su madre y ella asintió.

— Porque existen métodos, en teoría, de vencer a la muerte. —Harry podía contar cinco opciones y solo tenía 11 años, de seguro un mago poderoso sabría más— Hasta en forma de fantasma podría ser la perfecta forma de liderar a un ejército y no morir.

— Aunque me gusta tu retorcida deducción. —Su madre opinó— Creo que olvidas que lo que gente como Voldemort quiere es lucrar del poder. Un fantasma no podía disfrutar de los placeres del poder.

— Exacto. —Remus asintió hacia Harry y forzó una de esas sonrisas que buscaban despreocupar al mundo del peligro que asechaba— Pero son un problema silencioso. La mayoría de sus seguidores buscaban poder y solo eso. Cuando su líder les falló, y debido a que nadie podía probar quienes eran, ellos solo volvieron su atención a la sociedad mágica, buscando poder a través del dinero, de la magia y de la política. Pero eso es algo de lo cual no debes preocuparte.

— No, Remus. —Morticia los observó cuidadosamente antes de sonreír a su hijo— Harry merece saber la verdad. No puedes esperar que este listo para enfrentarse al peligro si no sabe a qué se enfrenta. Eso incluye la peor calaña: Políticos.

Esa había sido la forma en que su familia lo había educado. Y esa era la forma en que Harry prefería las cosas. Él odiaba los secretos. En especial entre personas cercanas.

— Como siempre, Morticia, tu sabiduría trasciende. —Remus inclinó su cabeza como señal de respeto— Lamentablemente no todos mis entornos o la sociedad piensa así.

— Y por fortuna, nosotros no vivimos bajo los estándares de ellos. —Su madre dio una suave palmada en la mano de Remus— Y cuando estés listo para unirte a nosotros, te estaremos esperando.

Las orejas de su tío casi irradiaban calor.

— ¿Cómo te fue con la última poción de la abuela? —Harry prefirió cambiar de tema para darle un respiro a su tío.

De cualquier manera, que placerWhere stories live. Discover now