XV:FLORES

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HOSEOK

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HOSEOK

Salí de la ducha y mi guapo hombre ya se había marchado con nuestro pequeño, me sentía tan renovado, me dolía el cuerpo, ¿y como no?, Taehyung me había hecho el amor de una manera brutal, es un gran milagro que el ventanal de nuestro cuarto no se rompiera. Miré ese lugar en la habitación y los recuerdos de la noche llegaron en carne viva.

—¿Tienes miedo de que te vean?—el susurro de Tae en mi oído con esa voz tan erizánte que solo el puede poseer. Me hizo añicos los órganos, mi mente viajo a cualquier lado menos al de la razón, (como siempre que estaba con Taehyung), entonces tiró de mi cuerpo aun desnudo hacía el, estábamos parados junto al ventanal que daba al jardín, afuera había guardias y trabajadores, y aunque estuviésemos en el segundo piso, igual podrían vernos, y en lugar de sentir vergüenza, todo mi cuerpo se calentó con esa idea, el adicto al sexo en el que se había convertido Taehyung, me encantaba. No tenía reproches, me estaba volviendo un sinvergüenza descarado como él.

—Estas diciendo que ... tu y yo..

—Solo déjame mostrarte.w

De inmediato me beso, sus labios sabían a piña, (oh, por cierto, llevaba comiendo piña muy a menudo, no sé que se trae entre manos. O que le pasa, ¿estará haciendo alguna dieta?) Me beso de manera desenfrenada, voraz y aniquiladora, (Agradezco al Dios de los besadores por bendecir a Taehyung con el Don) mis pezones picaban en las puntas provocando hormigueos por el resto de ellos, mi miembro estaba erecto y listo, cual espada de batalla, solo que la que batallaba aquí era la de Taehyung, la mía era un lindo adorno, el cual Taehyung adoraba lamer y meter en su boca.
Taehyung recorrió mi cuerpo con sus manos, tocándome en los lugares exactos.

—Ponte contra el vidrio, ahora.— lo hice sin reclamar.— Bien cariño, quiero que abras las piernas y alces el trasero.¿podrías hacer eso por mi, pequeño girasol?— Oh, santas varitas mágicas eyaculadoras.

Hice lo que me dijo, jadeando con anticipación, estaba tan excitado que diría si a todo. Incluso si me pide que lo hagamos en el balcón. Cualquier cosa estaría bien para mi en este momento.
De pronto la melodía de River de Bishop Briggs, retumbó en la habitación, gracias a Dios que Nam estaba alejado de nuestra habitación y que las paredes eran insonorizadas.

UN FLORISTA EN SEÚL II (VHOPE) Where stories live. Discover now