Capítulo 12

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THOMAS CULLEN

22 de Diciembre 2017

Llegaba el día del baile, al fin había llegado aquel esperado y ansiado día. Honestamente, no tenía muchas ganas de ir. Puede sonar un tanto aguafiestas, pero en realidad no es por eso. Fleur no era mi pareja, y simplemente no me agradaba mucho la idea de bailar con alguien que no fuera ella.

Conseguí un buen traje, de un color bordó, más como un color vino. Con una camisa blanca como la nieve. No quería impresionar a nadie, pero sí que supe aprovechar la ocasión para vestir bien. Mi madre no dejó que condujera pues no tenía licencia de conducir. Así que ella nos llevó a mí y a Riley al baile. Fue un tanto vergonzoso. Quizás no me importaba mucho lo que Riley pensara, pero seamos sinceros, a la mayoría no le gustaría estar en mi lugar. Llegamos a la escuela a eso de las 8 pm. Riley tenía puesto un vestido morado con unos pequeños brillos color dorado.

Apenas unos minutos después de que llegamos, llegó quién yo estaba esperando. Entró por aquella puerta de doble hoja que estaba exageradamente decorada. Un vestido color plata era lo que acompañaba su bello rostro. Wow, sí que era brillante. Pero en fin, quién quiere un vestido tan exuberante cuando en su rostro se aloja el concepto mismo de belleza.

Sin embargo, me asombré bastante al ver que sí había traído pareja. No podía creer que esa persona no fuera yo, y mucho menos que fuera Fred. Cómo el paranoico que suelo ser, comencé a buscar explicaciones basándome en el simple y reducido contexto que habitaba en mi cabeza. Quizás Fred le gustaba, tal vez simplemente yo no era su tipo. En fin, no tenía sentido pensar tanto en ello. 

Ella se veía hermosa, punto final. ¿Cómo podría yo merecerla?



[...]





FLEUR DUBOIS






Nunca estuvo realmente en mis planes ir al baile. Pero, tampoco quería ser una aguafiestas. Fred me buscó con su auto, bueno, el de su padre. No tengo nada que reprochar, fue muy amable conmigo, pero no era Tom. Solo pensaba en él, ¿Cómo podría pensar en alguien más? Thomas no era un chico común y corriente, él era quién había logrado captar mi atención. Sabía bien que faltaba un tiempo, él apenas estaba conociendo a Dios. Sin embargo, él no salía de mi cabeza.

Apenas entré al lugar, lo primero que vi fue a Tom. Él estaba mirándome, a pesar de que estaba con Riley. Esos maravillosos ojos estaban fijos sobre mí. El contacto visual fue como el de las anteriores ocasiones. Aún no lograba acostumbrarme a verlos, y mucho menos procesar lo que me ocurría cuando su mirada se conectaba con la mía. Pude notar como Riley se incomodó e irritó de cierta manera. No le gustó para nada lo que estaba viendo. Por mi parte, yo no podía dejar de mirarlo. No sé si era por lo grande que le quedaba el saco, o por lo realmente hermoso que era.

Él realmente se veía lindo, un poco gracioso quizás. Pero, ¿Cómo podría yo merecerlo?


UNA HISTORIA DE AMOR POCO COMÚN © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora