Capítulo 19

7K 510 81
                                    

THOMAS CULLEN

Me levanté rápido de la cama, lo hice de una forma tan brusca que provocó que me mareara. Me puse lo primero que encontré, tomé una manzana y salí camino a la Iglesia, sin siquiera saber porque estaba yendo allí.

Estaba asustado por lo que Stephen había dicho, pues no entendía a qué se refería. Por supuesto en lo primero que pensé fue en Harrison, era lo que más sentido tenía. Algo malo sucede, en la Iglesia o algo pasó con Stephen justo después que un patán, vándalo y bravucón me amenaza. 

Lo único que pude hacer en el camino fue orar, no sabía qué más hacer. También esperaba hallar una especie de soporte en Fleur y Luke, a quiénes avisé sobre lo sucedido. Sabía que sea lo que sea que haya sucedido, Dios nos iba a ayudar a resolverlo. 

Llegué a la Iglesia, y ahí estaba ella, junto a Luke. Ambos parecían aterrados, tan solo con ver sus caras supuse que algo grave había sucedido.

–¡Thomas! –corrió a abrazarme. Aquel efímero abrazo pudo haber durado unos cinco segundos, pero se sintió como una eternidad para mí.

–Stephen te necesita dentro… –comentó secando sus lágrimas.

–¿Cómo estás, amigo? –consultó Luke, para posteriormente darme un pequeño abrazo. –Realmente debes ver lo que sucedió.

Entré al templo, y todo era mucho peor de lo que siquiera podía llegar a imaginar… Una gran parte del interior del edificio estaba hecha cenizas. Las pocas paredes que no habían sido carbonizadas tenían escritas blasfemias e insultos hacia Dios. La gran cruz vacía que yacía en la parte trasera del altar no solo había sido quemada, sino que ahora estaba invertida. Alguien parecía haber escrito con pintura en aerosol el texto "en todo lo que creen es mentira." Había unas diez u once Biblias esparcidas por el templo, todas quemadas o rotas, excepto por una, que estaba intacta. Tomé el libro y lo abrí, y pude hallar una carta en su interior.

"De H., tu mejor amigo, para Tom. 
¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará piedra sobre piedra, que no será derribada. Eso es lo que dice ese tal Jesús en tu libro de fantasía favorito, ¿no? Pues verás, esto es lo que sucede cuando te metes conmigo, ojitos verdes. ¿O acaso pensaste que tu acto de desobediencia quedaría en la nada? Mira, ¿por qué no comenzamos de nuevo? Soy un chico un tanto peculiar, desde pequeño supe como usar la fuerza cómo un arma, me volví superior a todos en poco tiempo. Logré ser temido, conseguí aterrorizar a la gente, y eso es lo que me hace prácticamente invencible. Mi padre se casó con la madre de la tonta de mi hermanastra, Riley. Así como escuchas, ella nunca me importó. En realidad, no hice esto por ella, si no para demostrarte que es lo que sucede cuando alguien me desafía. No me importa lo que tu le hayas hecho, simplemente tomé esa oportunidad para seguir demostrando mi poder. Sabes, de nada sirven esas cursilerias como el amor y el cariño. Si alguien te quiere, si, serás respetado y hasta apoyado por un tiempo, pero finalmente acabará. En cambio, si alguien te tiene miedo, es muy poco probable que esa persona tenga el suficiente coraje como para enfrentar sus temores. Aunque creas que somos muy diferentes, créeme que no lo somos tanto. Ambos perdimos a uno de los pilares de nuestras vidas, y ambos buscamos llenar ese vacío. Pero aquí es donde está la diferencia entre nosotros dos, tú decidiste refugiarte en una insensata y poco científica mentira religiosa, y yo decidí convertir esa ira y sufrimiento en fuerza. Esos sentimientos se conviriteron en mi combustible, y francamente no quiero cambiar de gasolina. Quizás te hayas creído esa ilusión de "dios" y todas esas incoherencias, pero eso de ninguna manera podrá hacerte feliz, amiguito. El poder es lo que logrará llenarte y te hará superior a los demás, ¿o acaso quieres seguir siendo uno de ellos? ¿A quién engaño? No sé para que te estoy preguntado esto. De todos modos, nunca llegarías a ser ni siquiera comparable conmigo. Ah, y por cierto, me encargué de eliminar toda la evidencia, incluyendo las baratas cámaras de seguridad que estaban en la entrada. Así que si planeas culparme, necesitarás muchísima suerte para poder conseguir algo con qué acusarme. Quizás debas rezar, veremos si el de arriba se digna a responder por primera vez. Con amor, o con odio quizás, H."

UNA HISTORIA DE AMOR POCO COMÚN © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora