-Me gustaría ser...-.
Escribió en su cuaderno, el cual cerró al ver a alguien entrar en la sala de música. Nunca pensó que aquel chico que entró en la sala le hiciera caso. Nunca pensó que ese chico se enamoraría de él. Nunca pensó que él sería el...
Me dirigía al parque, escuchando The Feels en mis cascos, con un paso tranquilo. Había salido de mi casa hace unos quince minutos y por fin había llegado a aquel lugar.
- ¡Xiao~! —.Escuché una voz llamarme, me giré, sintiendo antes como me abrazaban.— Te extrañé —.Dijo el de trenzas con una sonrisa.
- Venti, nos vimos ayer... —. Suspiré, quitándome los cascos para luego corresponder el abrazo.
- Lo sé, pero igualmente te extrañé —.Dijo con una sonrisa, mirándome.
Yo también sonreí, acariciando el pelo de mi pareja.
Habían pasado dos años y medio desde que Venti estuvo en la UCI. Pasamos un muy mal rato pensando que quizás no iba a llegar al día siguiente, pero lo hizo. Lo malo fue que le quedaron algunas secuelas, como lo era ahora el asma, pero no era algo muy grave, pues el inhalador le ayuda a manejar cualquier ataque que pueda tener.
- Dime, ¿qué te apetece hacer? —.Pregunté, mirándole con una ligera sonrisa.
- Uhm... No sé, la carrera me tiene bastante ocupado y siempre estoy metido en casa, ¿y si vamos a dar un paseo por aquí? ¡Los cerezos están floreciendo y se ven muy lindos! —.Dijo emocionado, lo podía ver en el brillo en sus ojos. Venti amaba los paisajes bonitos, así que si el quería ir a ver los cerezos, íbamos a verlos, ya que ver a Venti feliz ya me alegra a mí el día.
- Está bien, vamos —. Le respondí, tendiéndole mi brazo para que se abrazara a él, caminando juntos.
- Tenemos que tomarnos fotos, quiero colgar más en mi habitación —. Dijo con una risa.
- Tienes demasiadas, van a llegar hasta el techo... ¿Y esas que me tomas desprevenido? No entiendo como te gustan si no salgo tan bien como cuando poso —. Suspiré, pensando en como en la habitación de Venti había tantas fotos de nosotros juntos y algunas solo mías. Pero por otra parte lo veía muy tierno.
Aunque he de decir que despertarte después de una noche interesante y ver tantas fotos... Siento como si me observaran.
- Siempre te ves lindo, no sé de que hablas.. —. Dijo con un puchero, mirándome.— ¡Mira, mira! ¡Los cerezos! —. Dijo señalando los árboles, mientras daba pequeños saltos.
- Si, se ven muy bonitos —. Respondí, mirándolos, viendo como Venti me daba su móvil y se ponía debajo del árbol.
- ¡Tómame una foto, porfa! —. Pidió con una sonrisa, empezando a posar.
Yo asentí, poniendo la cámara y luego apoyando una de mis piernas en el suelo, para coger un buen ángulo. Empecé a tomar fotos, las cuáles, sin ser geocéntrico, me estaban saliendo muy bien, bueno, por algo estudiaba fotografía.
Una vez terminé, Venti se acercó a mi, tomando de vuelta su móvil, para mirar las fotos. Pero yo no me levanté.
- Venti —. Le llamé, llevando una de mis manos al bolsillo de mi sudadera.— Quiero decirte algo importante.— Añadí, escuchando un "¿Uhm?" de su parte, atento a lo que tenía que decirle.— Llevamos mucho tiempo juntos, más de tres años ya... Y yo... quiero volver a pedirte perdón por haber sido tan estúpido hace un tiempo y haberte dejado solo cuando más me necesitabas. Y es por eso el por que ahora quiero prometerte que nunca más volveré a irme de tu lado, ya que quiero estar contigo por el resto de mis días...— Continué, sacando una cajita del bolsillo de mi sudadera.
- Venti ¿Quieres casarte conmigo?—. Pregunté, abriendo la cajita, dejándole ver el anillo de compromiso que había en ella.— Claro que sería cuando terminemos nuestros estudios...— Añadí, mirándole. Viendo como el de trenzas tenía sus manos tapando su boca, y con sus ojos cristalizados. Se acercó a mí, abrazándome, mientras murmuraba algo incomprensible.
- Si, si quiero.— Dijo una vez se separó del abrazo para que pudiera entenderle.
Yo sonreí, tomando su cara con una de mis manos, besándole, siendo inmediatamente correspondido. Nos separamos cuando la falta de aire nos arruinó el momento, pero lo mejoré cuando tomé la mano de Venti, colocándole el anillo en uno de sus dedos.
Nos sonreímos mutuamente, Venti llorando de felicidad y yo apunto de hacerlo. No podía dejar de pensar en el día en que ambos uniéramos lazos, el cual sería el día más feliz de toda mi vida.
Y así fue.
Hacía un tiempo que ambos terminamos nuestro estudios, habíamos decidido mudarnos juntos y teníamos trabajos donde nos pagaban bien y nos gustaban. Así que ya era momento de organizarlo todo.
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Venti entró en la catedral con un traje blanco y un ramo de flores. Yo le estaba esperando en el altar. Desde mi punto de vista, se veía precioso. Entre los invitados estaban tanto mis amigos y familiares como los suyos, a la mayoría se les veía bastante emocionados.
Mi prometido llegó a mi lado, con una sonrisa, también se le veía muy emocionado.
Barbara empezó a hablar, pero no prestaba atención, estaba totalmente concentrado en ver cada detalle de Venti, cada reacción y cada cambio que tenía su sonrisa. Así hasta llegar al punto en el que Barbara tuvo que darme un ligero golpecito para que prestara atención.
- Xiao. ¿Aceptas a Venti como tu legitimo esposo y prometes amarlo en la salud y la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, y amarle por años y años hasta que la muerte os separe?—. Preguntó la de coletas. Pregunta la cual me parecía algo tonta, pues sabía perfectamente lo que iba a responder.
- Sí, acepto.— Dije, mirando a Venti con una sonrisa.
- Venti. ¿Aceptas a Xiao como tu legitimo esposo y prometes amarlo en la salud y la enfermedad, en la pobreza y la riqueza y amarle por años y años hasta que la muerte os separe?—. Volvió a preguntar la chica, pero esta vez a Venti.
- Sí, acepto.— Respondió el de trenzas, con un brillo en sus ojos, mirándome.
- Bien. Pues yo os declaro: marido y marido. Pueden besarse.— Y dicho y hecho, besé a Venti, a mi novio, a mi pareja, al amor de mi vida. Había muchas formas en el diccionario de llamarle, pero hoy había añadido la palabra marido. Venti ahora se había casado conmigo e íbamos a tener una vida feliz y llena de amor como acababa de prometerle.
Te amo, Venti. Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo.
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Holaa! ^^ Espero que este capitulo os alegre el día, tomároslo como un regalito de San Valentín <3 Y también para quitaros un poco la depresión que dejó el verdadero final jeje
Bueno eso, espero que os haya gustado y muchas gracias por todos los votos y comentarios que dejáis. Algunos realmente me alegran el día.
Muchas gracias por todo y lo siento por tan poco <3
