6 - Primer roce -

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#1

~Sky Avomo

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Cataratas
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—Oye Avomo, ¿qué piensas hacer ahora que te graduaste? —me preguntó Alisha.

El último año de instituto había pasado tan deprisa que todavía no me lo creía. No fue fácil, y aunque no tenía claro hasta entonces si ir a la universidad o tomarme un año sabático, el notable alto que obtuve en la prueba de Selectividad me tranquilizaba. Además, un aprobado era lo único que pedía mi tía para dejarme hacer lo que quisiera.

—Pues no sé, la verdad —guardé el bañador en mi mochila—. Tal vez me tome un descanso antes de empezar la universidad. Me gustaría ganar un poco de dinero y pulir de antemano mi faceta como fotógrafa. No me gustaría empezar la uni con problemas emocionales —maticé, al tiempo que revisaba una vez más mis cosas. Íbamos con algunos compañeros a unas cataratas que había a las afueras de la ciudad. Sería nuestra forma de celebrar el final de un ciclo.

Emmanuel había aparcado en la carretera y tocaba caminar unos treinta minutos por el bosque para llegar a nuestro maravilloso destino.

—¿Y tú qué tienes planeado hacer? —Tal vez fuera porque soleaba bastante, pero juraría que los ojos de Alisha se veían más hermosos.

—Miguel me propuso trabajar en la tienda de su abuelo —se me arrugaron las cejas.

—¿Miguel? —demandé sorprendida— ¿El nieto del señor Coco? —Miguel era la última persona a la que querría tener cerca de Alisha. No era un buen tipo, y sus amistades menos. Ella asintió— ¿Y qué le dijiste?

—A decir verdad  me vendría bien ganarme un dinerito durante las vacaciones. Además, me gusta la repostería —se encogió de hombros—, así que ¿por qué no?

La noticia me sentó como jarrón de agua fría en la cabeza. No me gustaba la idea de que Alisha tuviera que pasar tiempo con ese sinvergüenza. Nunca me había caído bien ese chico, no después de todas las cosas que hacían sus amigos y él.

Alisha me cogió del brazo, deteniéndonos un instante, el suficiente para que el resto se adelantara.

—No estarás celosa, ¿no? —susurró, mirándome con picardía.

Un calorcito se adueñó de mis mejillas.

—¿P-pero qué dices?—me solté de su agarre— No digas tonterías, Alisha.

Ella se encogió de hombros.

—No sé, —sonrió— dímelo tú.

—Ya sabes que no me cae bien. No es de fiar. ¿No sabes acaso que le encanta jugar con las chicas?

—No te preocupes —le restó importancia—, yo no soy como esas otras chicas que se dejan engatusar fácilmente. Y es más, Miguel no es precisamente mi tipo —reprimí una risa al oírla decir aquello.

Llegamos.

Nos lo pasamos de maravilla en la cascada.
Preparamos barbacoa con alitas y un poco de pescado de la zona que compramos a medio camino. Fue un día fabuloso.
Después de un par de horas, había que regresar. Recogimos nuestros pertrechos y nos aseguramos de no dejar ni una sola lata tirada y de apagar bien todas las brasas; es importante cuidar el medioambiente.

De camino a casa, Alisha dijo que se tenía que marchar a otro lugar, que no volveríamos juntas como de costumbre. Me tomó desprevenida pero no le di mucha importancia.

—Te veo entonces en la tarde, ¿no?

—Claro que sí, tonta —se recogió el pelo, me dio un beso en la mejilla y se marchó con Emmanuel, Manuela y dos compañeros más.

STRANGE FEELINGS [En curso y en corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora