Capítulo 6

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Narra t/n

Estaba dando un paseo por el bosque cuando llegué a la pequeña pradera donde fui con bertholdt, no sabía porque había acabado ahí, no estaba pensando en ir a ningún lado en específico, pero parece que mis piernas me han traído aquí. Al llegar vi a Bertholdt sentado en el césped, estaba hablando solo así que decidí pregúntale sobre que estaba hablando.

— Vengaa que tengo curiosidaad.

El chico parecía nervioso, se veía a kilómetros que no sabía que decir, me fije en el, entonces pude notar un pequeño color rojizo en sus mejillas, nada más lo vi, instintivamente sonreí, me hizo recordar a un poco antes, había estado hablando con Sasha, ella decía que él me gustaba y yo cada vez podía negarlo menos, no podía negar que el chico era uno de las mejores personas que había conocido, es amable, alto, guapo, y atento. Fue su voz la que me sacó de mis pensamientos.

— Yo... es que me pusieron un reto y tengo que decirle a Sasha que tiene acento de pueblo — Reí un poco al escuchar el dilema del chico, no sabía si era verdad o no, pero si decía que verdad, el chico estaba en un problema. Me senté al lado suya, el chico se giró para tenerme en frente y  habló mientras sonreía.

— Aún así no importa, ya me las apañaré, ¿ que estas haciendo aquí? — pregunto con un tono amable.

— Bueno, simplemente estaba dando un paseo y acabé aquí — me daba un poco de vergüenza admitirlo, pero tampoco veía una razón por no decirle la verdad, además de que tampoco quería hacer la situación incómoda, ya que si fuese posible, me gustaría estar en ese sitio junto a él.

— Quieres... ¿quedarte aquí un rato? Digo, si quieres nos podemos quedar juntos, o me puedo ir si prefieres estar aquí sola. — lo dijo en un tono ligeramente nervioso, aunque la verdad esa frase fue justo lo que yo estaba esperando oír.

— No te vayas, al menos a mi me gustaría quedarme aquí contigo, si no te molesta.

El chico parecía feliz por la petición, asintió con la cabeza, con una sonrisa de oreja a oreja, me acerqué un poco a él, eso sí, sin pasarme. Tenia la cabeza baja, estaba mirando al suelo donde tambien podia econtrar la mano del chico pelinegro fundiense con la hierba, estaba deseando tomarle la mano, pero no me vi capaz de hacerlo, me daba mucha verguenza, incluso el simple pensamiento de hacerlo hizo que un tono rojo bastante potente lograra apoderarse de mis mejillas.

Estuvimos un rato en ese lugar, de vez en cuando hablábamos un poco de cualquier cosa, aunque también a veces dominaba el silencio, pero nunca fue incómodo, era el momento más perfecto del mundo.
Después de un buen rato empezó a hacer un poco de frío, lo cual me hizo abrazar mis brazos ya que no llevaba la chaqueta del uniforme, tenía las orejas y la punta de la nariz ligeramente rojas por el frío, al ver esto, el chico se quitó su chaqueta y me la puso por encima.

— ¿Así mejor? Y no te preocupes por mi, yo no tengo frío. — sentía que me había leído la mente, cosa que me gustaba mucho. Agarré la chaqueta por el cuello evitando así que se me cayera.

— Mejor vámonos de aquí antes de que haga más frío. — Habló un poco preocupado y se levantó, yo me levanté después y entonces, Berthokdt me dio la mano y empezamos a caminar fuera del lugar, mientras caminábamos, yo miraba mi mano, mis dedos estaban entrelazados con los suyos, no dije nada en todo el camino, el a veces iba hablándome para asegurarse de que estaba bien y de que no tenia mucho frío.

Después de una pequeña caminata, llegamos a la entrada de las habitaciones, fue entonces cuando el pelinegro se dio cuenta de que estábamos dados de la mano y nuestras manos se separaron.

— P-perdon por eso, no me he dado cuenta — habló nervioso y muy sonrojado.

— Oh- no te preocupes, no... no me ha importado... no ha estado mal. — No conseguía hablar bien, simplemente no era capaz. — Bueno, debería irme, dentro ya sabes, si quieres nos vemos mañana, y así estamos juntos un rato, o no, como quieras.

— Claro, nos vemos mañana no te preocupes . — Entonces, se despidió y cada uno pusimos rumbo a nuestras respectivas habitaciones.
Cuando entré a mi habitación vi a Sasha tumbada en la cama, pero se sentó en la cama cuando se dio cuenta de que alguien entró.

—Sasha... quiero habalr contigo porfavor... necesito hablar de esto con alguien y confío en ti. — Dije en un tono un poco serio.

Al escucharme, la chica patata se levantó acercándose a mi.

— Si, Claro, ¿A pasado algo? ¿Necesitas hablar de algo? — Se la veía preocupada, aunque me ponía contenta verla asi, significaba que la importaba tanto como para que se preocupara de cualquier cosa que me pasase.

— Creo... creo que me gusta Bertholdt...

Sasha empezó a dar pequeños brincos de emoción mientras soltaba pequeños gritos que la chica intentaba controlar, sin mucho éxito aún así.

— ¡Tienes que decírselo! ¡Vamos! ¡¿Cuando se lo vas a decir?! — Sasha hablaba emocionada, quería que yo respondiese la momento, aunque ella no me daba tiempo.

— Tranquilizate,  no tengo pensado decirle nada, al menos no por ahora, me gusta mucho como estamos ahora, eso solo lo podría fastidiar.

Sasha y yo empezamos a hablar del tema, ella insistía en que yo se lo dijese a él y que debería preparar algo. 

Los siguientes días, quedé con Bertholdt, y de una manera o otra siempre acabábamos en la misma pradera, antes de que me hubiese dado cuenta, habían pasado cinco días desde que encontré a Bertholdt en la pradera hablando solo, al fin era domingo, quería pasar el día con él, así que decidí ir a buscarle, pero antes vi a Sasha comportándose de manera extraña, lo que me hizo retrasar el plan de buscar a Bertholdt y ver que le pasaba a mi amiga, ya que no era normal de ella estar tan callada y atenta a lo que hacía la gente.

— ¿Que pasa Sasha? — pregunté con curiosidad

Hola, espero que os haya gustado el capitulo, esta vez no hay despedida Jajaja, espero que os esté gustando la historia, adios a todos

¿Porque a nosotros? (bertholdt x t/n)Where stories live. Discover now