CAP 11 (PARTE 2)

16 6 6
                                    

¡2:28 am!: Noche de la cena con los Evans y Haen:

-Creí que nunca llegarías.

Mi cuerpo, aún sin movilidad, dejó de respirar tratando de entender el significado de sus palabras.

-Llevabas tiempo buscando- volvió a hablar él, y de pronto todo tuvo sentido. Obviamente, no es que él me estuviera esperando, simplemente sabía que había noches en las que me paseaba como estúpida por la casa sin poder encontrar la procedencia de la melodía que ya sabía, él tocaba.

-Sin duda no era lo que esperaba encontrar- fue lo único que pude contestar, y era cierto, jamás hubiera imaginado nada de aquello, jamás lo hubiese imaginado a él tocando un piano en un salón de baile completamente vacío a las dos y tanto de la madrugada.

-¿Decepcionada?- su mirada ya no me pertenecía, esta vez, sus ojos estaban posados sobre las blancas teclas, tocando unas pocas al azar, haciendo de ellas, una diminuta y hermosa melodía.

-No es la palabra que yo usaría- el ambiente relajado, era lo más sorprendente, no había incomodidad entre nosotros, lo cual era realmente impresionante, y he de admitir, me asustaba un poco.

Una pequeña sonrisa amenazó con salir en sus labios y recordé lo bien que se había visto hacía unas horas en la sala cuando reía a carcajadas, cuando me había salvado. Sin duda era una noche de sorpresas.

-¿Tocas piano?- preguntó él aún concentrado en esas teclas que tocaba sin sentido cuyo sonido de alguna forma sonaba bajo y tranquilo para mis oídos.

-Por desgracia no comparto tu talento- y otra vez, sus ojos se achicaron un poco como cuando vas a sonreír, pero no lo hizo.

-Eso es un alivio, temía que pudieras acabar con mi piano- su piano.

-Gracias por cagar la conversación más civilizada que hemos tenido hasta el momento.

Even se paró de su asiento, y dio algunos pasos hasta estar a uno de los lados de la cola del piano, apoyó uno de sus brazos cómodamente sobre la misma, y dedicó todas sus fuerzas a mirarme.

-Por nada- dijo con ese aire de tranquilidad y poca importancia que siempre solía rodearlo.

Opté por copiar su posición, pero del otro lado del piano, solo su cola interponiéndose entre nosotros, frente a frente, tratando de tener una conversación. Aquello sin duda era extremadamente extraño.

-¿Por salvarme hoy en la sala o por cargarte la conversación?- pregunté irónicamente y quise sonreír aunque me cohibí de hacerlo algo intimidada aún por su presencia.

-Aún no me has agradecido por lo de hoy en la sala- añadió él aún serio.

-Gracias, aunque parecías disfrutarlo mucho. – apoyé entonces mi cabeza sobre la palma de mi mano en mi brazo que estaba cómodamente situado sobre la cola del gran piano.- ¿Cómo supiste que mi padre tiene una colección de cabezas en una cabaña?- pregunté curiosa mientras trataba de no detallar su rostro como solía hacer con todo el mundo.

Lo vi subir sus hombros en un acto de poca importancia y luego volver su mirada a la mía.

-Lo mencionó una de las tantas veces que vino.

Oh.

El silencio se formó entre nosotros, acogedor, y algo abrumante debido a que estábamos frente a frente. Y cuando sentí que se tornaba incómodo, decidí hablar dándome ánimos internos.

CLASSIC ×(Donde la oscuridad no conoce límites)×Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin