CAP 14 (PARTE 2)

21 2 2
                                    

Las horas pasaban dentro de mis cuatro paredes mientras me dignaba a hacer tareas y trabajos de esos que tenía que entregar en la universidad, y aunque tuve que tomarme varias pastillas para el dolor de cabeza por la resaca que aún estaba presente, el mareo era constante y se me hacía imposible no pensar de vez en cuando en Sheldram y sus bonitos ojos sonriendo cuando nos reuníamos para estudiar. Ya habían pasado cuatro meses desde mi estadía en ese pueblo y las cosas solo iban de mal a peor.

La noche anterior había besado a un chico, estuve sentada sobre sus piernas, y aunque estuviera influenciada por el alcohol, me sorprendía el no haberme sentido molesta o incómoda cuando hacía unas semanas no soportaba que un hombre se me acercara demasiado.

Mi padre me dijo que desde pequeña siempre me enseñaron a tener confianza en mí misma, a seguir mis instintos y ser crítica y autocrítica del mismo modo que debía defender mis ideas y estar segura de quién era como persona. Después, cuando empezamos una relación River y yo, mi padre me sentó un día en un mueble, y a mi lado, me habló de lo importante que era el tener confianza sobre mi físico, el no sentirme avergonzada de cómo era, el estar segura sobre mi sexualidad, y aunque no me dio la típica charla de cómo se procrea a un niño y de lo que significaba la palabra ‘’sexo’’, porque eso ya lo conocía, me dio una gran conferencia sobre el tema, de todos sus ámbitos y de cómo prevenir cosas no deseadas y obtener mayor resultado de las sí deseadas. Me enseñó desde siempre que podía confiar en él, y que debía confiar en mí.

El perder mi confianza sexual luego de lo sucedido me dolía, pero, ¿qué se suponía que debía hacer?, ¿ir a terapia con un psiquiatra?, eso sería una locura teniendo en cuanta que probablemente me internaran después de lo mal que se encontraba mi cabeza tras todo eso que giraba a mi alrededor. ¿Lanzarme a los brazos de alguien?, no creo que resultaría, probablemente solo me haría sentir peor. Entonces, ¿qué hacer?

Recordé las palabras de mi mejor amiga la mañana anterior.

Pero, ¿podía? Miré la hora en el reloj, y faltaban dos horas para las ocho, así que tenía tiempo suficiente aún.

Dudosa, entré al baño y abrí la ducha, quité la ropa de mi cuerpo, y me adentré hasta el agua. La verdad, no estaba segura si en realidad aquello me ayudaría o solo me haría sentir más incómoda. Tal vez representaba alguna falta de respeto que estando de luto por mi amiga pasara mi tiempo en ello, pero, lo hacía por terapia, por mí, para mí.

Y de esa forma, fue que mi tarde transcurrió, y ya de noche, me encontraba dentro del auto de Art camino al misterioso ‘’P.P’’, mientras un ambiente de silencio nos abrazaba.

-Te ves bien- traté de sacar conversación. Lo primero que había notado, era que Art había decidido ir de negro, lo cual me pareció extraño porque él nunca vestía completamente de ese color.

-Gracias- dijo algo incómodo mirando al frente sin despegar su vista de la carretera.

-¿Está todo bien?- pregunté entonces extrañada por su trato.

Sin embargo, antes de que siquiera respondiera, el auto se estacionó en algún lugar.

-Ya llegamos- dijo sin mirarme y abrió la puerta para salir.

Perpleja por su cortante actitud, imité su acto saliendo del auto. ¿Acaso estaba así por todo lo que dije esa mañana?, ¿le había molestado que desafiara de tal forma a sus hermanos mayores?

CLASSIC ×(Donde la oscuridad no conoce límites)×Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora