CAP 13 (PARTE 1)

10 4 2
                                    


‘’LLÁMENME LOCA, DESQUICIADA, ENFRMA, MASOQUISTA, O COMO LES DE LA GANA’’



Mi cuerpo estaba allí, tumbado, completamente fuera de mi alcance aunque de mi propio ser se tratase, y aunque mi mente pedía a gritos que pudiese pararme, no podía. No podía porque mi cuerpo no respondía ante las órdenes que mandaba mi cerebro, no podía porque estaba allí atrapada, no podía porque era mi fin.
Sobre una mesa, una inmensa y majestuosa mesa me encontraba acostada en posición de cadáver, inmóvil. A mi alrededor, sobre dicha mesa, estaban montones de flores apiladas sin dejar siquiera a la vista el color del material bajo ellas. Bajo la misma, no lo sabía, todo era negro, no había relieve o sombra alguna, todo era oscuridad, y nada más allá de ella.

Una mano.

¿Era una caricia? ¡Dios!, se sentía horrible.

Manoseos comenzaron a rondar mi cuerpo, manos de las que asqueada trataba de deshacerme, pero no podía, porque mi cuerpo no reaccionaba. ¿Por qué mi cuerpo no reaccionaba?
                                                                                                      
Las manos acariciaron mis pechos bruscamente, justo como esa noche, luego mi muslo, piel con piel, brusco, tosco, apretaba, respiraba en mi cuello y sentía el peso de su maquiavélica persona sobre mí.

Abre los ojos Erika. Ábrelos. Tú puedes. Abre los ojos.

Y los abrí.

Su boca se separó de mi cuello, y entonces me miró, y sonrió, con los dientes llenos de sangre y una corona de flores en su cabeza.

Kendrik.

-¡Erikaaaa!- Mierda.

Desperté de un brinco tras el agudo chillido, y ante la luz solar, mis ojos se engurruñaron por la molestia que proporcionaba la misma.

¿Acababa de tener una pesadilla con Kendrik?
Ante mí, con una mirada curiosa, estaba mi mejor amiga, Iris, tan sonriente como nunca antes, y yo, tumbada en las suaves cobijas de mi cama, la miré con rareza en reclamo por su exaltante forma de despertarme.

Estaba en mi cama.

¿No me había quedado dormida en aquel lugar con Even la noche anterior?

-¿Erika, no tienes que ir a la universidad hoy?- Y ‘’Click’’, me apretó un botón.

Mierda, mierda, mierda, mierda.

Como si las palabras dichas por mi amiga fueran un pequeño interruptor, me hicieron levantarme de inmediato de la cama recibiendo un mareo tras pegar mis pies en el piso.

-¿Por qué no me despertaste antes?- los gritos salieron de mi garganta y como ya Iris estaba acostumbrada a esto, solo rió aún más.

-Estaba ocupada- exclamó con simpleza y casi le fui arriba de no ser porque ya iba retrasada.

-¿Y dónde carajos está Sheldram?- dije corriendo hacia el baño a lavarme los dientes al menos, ya que no me daba tiempo ducharme. Se suponía que ya debía estar desayunando.

-Supongo que ya se habrá ido- y otra vez ese gesto con los hombros que le restaba importancia a todo y que tan mal me caía.

Mi amiga se recostó con los brazos cruzados al marco de la puerta del baño y le pasé por un lado casi corriendo mientras la miraba mal por su divertida expresión ante mi desesperación, y no la culpaba, la verdad es que incluso yo me hubiera reído de mí misma de no ser porque…. bueno, ya saben, no era buen momento.

CLASSIC ×(Donde la oscuridad no conoce límites)×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora