ᴘᴇʀᴄʏ ᴊᴀᴄᴋsᴏɴ: ʟᴀᴅʀᴏ́ɴ

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 La siguiente mañana, Junio 14, siete días antes del solsticio, el tren llegó a Denver. No habían comido desde esa noche en el auto-restaurante, en algún lugar de Kansas. Tampoco se habían bañado desde la colina Mestiza. Y se notaba.

"Intentemos contactar a Quirón.'' dijo Annabeth. "Quiero contarle sobre tu charla con el espíritu del río.''

"No podemos usar teléfonos, ¿verdad?" preguntó Percy.

"No se refiere a los teléfonos." le respondió (t/n).

Vagaron por el centro durante media hora, aunque Percy no estaba seguro de lo que estaban buscando. El aire era caliente y seco, lo que parecía raro después de la humedad de San Luis.

Finalmente encontraron un lavacoches con mangueras vacío. Se metieron en el puesto más alejado de la calle, atentos por sí pasaba algún auto de policía. Eran cuatro adolescentes en un puesto para lavar autos sin un auto, cualquier policía podría sospechar que no tramaban nada bueno.

"Que hacemos exactamente?" preguntó Percy mientras Grover agarraba una manguera.

"Son setenta y cinco centavos." murmuró el sátiro. "Solo me quedan dos cuartos de dólar. ¿Annabeth? ¿(t/n)?''

"A mí no me mires." dijo Annabeth. "El auto-restaurante me dejo sin nada."

(t/n) sacudió la cabeza.

"Lo siento. Me lo gasté en las gomitas."

Percy buscó lo que le quedaba de cambio y se lo pasó a Grover.

"Excelente," dijo Grover. "Podríamos hacerlo con un espray, pero la conexión no es buena, y mis brazos se cansan de tanto apretar."

"De qué estás hablando?'' preguntó Percy nuevamente.

Grover metió las monedas y puso la perilla en 'LLUVIA FINA'.

"Mensajería I.''

"¿Mensajería instantánea?'' supuso Percy

"No. Mensajería Iris." lo corrigió (t/n). "La diosa del arco iris lleva los mensajes para los dioses. Si sabes como preguntar, y no esta demasiado ocupada, también lo hace para los mestizos"

"¿Invocan a una diosa con una manguera?''

Comenzó a salir una fina lluvia blanca de la manguera.

"A menos que tengas una mejor idea para hacer un arco iris." contestó Grover.

La luz de la tarde se filtró entre el agua y rompió en colores.

Annabeth le extendió su mano a Percy.

"El dracma, por favor."

Él se la pasó.

Ella levantó la moneda por encima de su cabeza.

"Oh, diosa, acepta nuestra oferta."

Tiró el dracma hacia el arco iris, que desapareció en una luz dorada.

"Campamento Mestizo" solicitó Annabeth.

Por un momento, no pasó nada. Entonces apareció ante ellos el paisaje del campamento como si estuvieran en la Casa Grande. Parado dándoles a espalda se encontraba un tipo con pelo rubio, pantalones cortos y una remera naranja. Tenía una espada en la mano y parecía estar mirando fijamente el prado.

"¡Luke!'' lo llamó (t/n).

Él volteó, sorprendido.

"¡(t/n)! ¡Percy!'' en su cara se dibujó una gran sonrisa. "¿Y ésa es Annabeth? ¡Alabados sean los dioses! ¿Están bien?"