XI

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 El dios de la guerra los esperaba en el estacionamiento del restaurante.

"Bueno, bueno." dijo "No los han matado."

"Sabías que era una trampa." le espetó Percy.

Ares sonrió maliciosamente.

"Seguro que ese herrero lisiado se sorprendió al ver en la red a una par de niños estúpidos. Se les da bien la tele." dijo Ares dirigiéndose a Percy y (t/n).

A (t/n) le hervía la sangre. Le arrebató el escudo del brazo a Percy y se lo arrojó a Ares.

"Ahí lo tienes, cretino."

Annabeth, Grover y Percy contuvieron la respiración.

Ares agarró el escudo y lo hizo girar en el aire como una masa de pizza. El escudo cambió de forma y se transformó en un chaleco antibalas. Se lo colocó por la espalda.

"Me caes bien, niña. Provocadora y fuerte. Como yo."

El simple hecho de que el dios de la guerra le dijera que eran iguales, le daba náuseas.

"¿Ven ese camión de ahí?" prosiguió Ares, señalando un tráiler de dieciocho ruedas estacionado en la calle junto al restaurante. "Es su transporte. Los llevará directo a Los Ángeles con una parada en Las Vegas."

El camión llevaba un cartel en la parte trasera.

Grover lo leyó en voz baja: <AMABILIDAD INTERNACIONAL: TRANSPORTE DE ZOOS HUMANO. PELIGRO: ANIMALES SALVAJES VIVOS>

"Estás bromeando." le dijo Percy

"Boleto gratis, niño. Deja de quejarte. Y aquí tienes un par de cosas para hacer el trabajo."

Sacó una mochila de nailon azul y se la lanzó. Contenía ropa limpia para todos, veinte pavos, una bolsa llena de dracmas de oro y una bolsa de galletas Oreo con relleno doble.

"No quiero tus miserables..." empezó Percy.

"Gracias, señor Ares" lo interrumpió Grover, dedicándole una mirada fulminante a Percy. "Muchísimas gracias."

Antes de irse, Percy recordó algo:

"Me debes algo más." le dijo a Ares. "Me prometiste información sobre mi madre."

"¿Estás seguro que la soportarás?" arrancó la moto e hizo una pausa. "No está muerta."

Todo le daba vueltas a Percy.

"¿Qué quieres decir?"

"Quiero decir que la apartaron del Minotauro antes de que muriese. La convirtieron en un resplandor dorado, ¿no? Eso se llama metamorfosis. No muerte. Alguien la tiene."

"¿La tiene? ¿Eso que significa?"

"Rehenes...Secuestras a alguien para controlar a algún otro."

"Nadie me controla."

Ares se rió.

"¿En serio? Mira alrededor."

Percy cerró los puños.

"Eres bastante engreído, señor Ares, para ser un tipo que huye de estatuas de Cupido."

Tras sus gafas de sol, el fuego ardió.

"Volveremos a vernos, Percy Jackson. La próxima vez que pelees, no descuides tu espada."

Aceleró la Harley y salió con un rugido por la calle Delancy.

ᴘᴇʀᴄʏ ᴊᴀᴄᴋsᴏɴ: ʟᴀᴅʀᴏ́ɴWhere stories live. Discover now