XV

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 Cuando Percy, Annabeth y Grover desaparecieron, (t/n) se preparó para tener una charla seria con el Dios de la Muerte.

Pero nunca, ni en un millón de años, se hubiera imaginado lo que pasó minutos después.

"Un duelo" soltó de la nada Hades.

"¿Perdone?" preguntó ella incrédula.

"Lo que oíste. Te reto a un duelo."

Los esqueletos que la tenían en custodia la soltaron.

"Esto... ¿ahora?"

"Si, niña. No pensé que fueras tan tonta como Jackson."

(t/n) no iba a permitir que hablen mal de sus amigos.

"No hables así de-"

"Tranquila, diosecilla." la interrumpió Hades "¿Para qué discutir por alguien que ni siquiera está con nosotros? No gastemos nuestras fuerzas en cosas inútiles."

(t/n) iba a hablar, pero Hades la interrumpió nuevamente.

"Ahora, ¿en qué estábamos? Ah, si. El duelo. ¿Aceptas?" 

El dios hablaba tranquilamente, como si fuera la propuesta más normal del mundo.

"En realidad no es una pregunta, tienes que hacerlo."

Los esqueletos seguían quietos en sus lugares, atentos por si (t/n) hacía un movimiento peligroso.

"¿Y por qué aceptaría yo tal propuesta?"

(t/n) trataba de mostrar valor, pero en realidad la actitud tranquila del dios le preocupaba.

"Ambos sabemos porque estás aquí, niña. No juegues a ser la heroína. Tu quieres respuestas. Y yo te las puedo dar."

"Lo sabía. Tu conoces a la señora de mis sueños."

"Creo que era medio obvio. ¿Acaso yo no aparecía también?"

(t/n) retrocedió un paso. ¿Cómo sabía él de sus sueños?

"¿Y bueno? ¿No quieres saber sobre tu pasado? ¿De dónde vienes?..."

"Si, pero..."

"Nada de peros, diosecilla. Enfréntame, y te diré todo lo que quieras."

A pesar del miedo, (t/n) no lo pensó mucho. Ella se había quedado por respuestas y no se iría sin ellas.

"Trato hecho." desenvainó su espada.

"Inteligente decisión." Hades chasqueó los dedos.

De repente ya no estaban en la sala del trono. Hades los había transportado a una especie de arena de pelea. El suelo estaba cubierto de tierra negra, como era de esperarse en el inframundo. Los esqueletos también habían sido transportados. Entre todos, encerraron a Hades y (t/n) en un círculo bastante grande el cual, ella supuso, sería campo de batalla. A los alrededores no había nada. Era como estar en un sueño, donde sólo ves lo que está a 5 metros y lo demás es todo oscuridad. La única señal de luz en el lugar era un foco que estaba encima de ellos y alumbraba desde el centro del círculo hasta los esqueletos.

Un esqueleto con una armadura griega se acercó a Hades y le entregó una espada.

Hades la tomó y el esqueleto volvió a su lugar.

"Bien... El primero que deje caer su espada pierde. Así de simple." el dios pasó la mano por la hoja de la espada "Si tu ganas, yo te daré toda la información que quieras. Ahora... si yo gano... mmmhh Ya sé, me servirás como una guerrera esquelética."

A (t/n) se le abrieron los ojos como platos.

"Espera, ¿¡qué-"

"¡Que comience el duelo!" 

Hades se avalanzó hacia (t/n) y largó una furiosa estocada que, si ella no hubiera dado un salto hacia atrás, es probable que no sobreviviera. 

(t/n) debía tomarse el duelo enserio, porque para ella era de vida o muerte. 

Se recompuso y se acomodó en posición de pelea levantando su espada a la altura de sus hombros.  El dios atacó nuevamente, pero esta vez (t/n) bloqueó el ataque con la hoja de su espada. Enseguida, se corrió hacia la izquierda y dirigió su espada contra la de Hades. Al chocar las hojas, una fuerza opuesta mandó a (t/n) al suelo quién agarró el mango de su espada con las dos manos para que no se le cayera. Mientras el Dios de la Muerte quedó parado como si nada le hubiera pasado.  

"Eres más intenligente de lo que pensaba, niña." se rió "Pero vas a necesitar más que eso para derrotarme."   

(t/n) se levantó rápidamente. Se había lastimado los brazos y le sangraban un poco los nudillos de las manos. Esto no le iba a ser fácil. Hades, en forma de provocación, apoyó el brazo izquierdo tranquilamente en la espada, como si estuvieran teniendo una conversación entre amigos.      

 Esta vez, la primera en atacar fue (t/n), dando varias estocadas que eran rápidamente desviadas por Hades. En un momento de distracción, el dios logró cambiar los roles y empezó a atacar. Lanzaba la espada como si quisiera atravesar a (t/n) y ella sólo podía correrse de un lado al otro para evitar las apuñaladas.       El duelo siguió con el mismo sistema varios minutos. Empezaba atacando uno y al rato el otro se las arreglaba para cambiar la situación. (t/n) estaba al borde de la desesperación, sentía como sus ataques se volvían cada vez más y más lentos debido al cansancio. Por otro lado, Hades parecía que se estaba divirtiendo, soltando sonrisas maliciosas en cada ataque que daba. Tan desigual estaba la pelea que en un momento Hades le propinó una patada a (t/n) que la derribó en el suelo.     

(t/n) quedó tirada en el terreno. Estaba tan cansada que no podía moverse. Igualmente no había dejado de sostener la espada, agarrándola fuertemente ya que su vida dependía de ello.   

"Pobre. ¿Ya estás cansada? Pensé que durarías un poco más." Hades sonaba decepcionado.

No hubo respuesta de (t/n).

"Supuse que si te sobornaba con la verdad ibas a dar una mejor pelea." prosiguió el dios.

A (t/n) no le gustaba que cuestionaran su lado guerrero.

"Pero al final eres como tu familia... patética."

Esas palabras zumbaron en su mente como un bicho molesto que no te puedes sacar de encima. (t/n) sintió la furia correr por sus venas. De la nada unas ganas de seguir luchando la invadieron. Como si alguien le hubiera dado una poción para hacerse más fuerte. Sin duda eso era obra de algún dios.

Gracias, quien sea que me haya ayudado.

(t/n) se levantó lentamente y con cuidado. Sentía que el mínimo movimiento iba a hacer que estallara esa bomba de enojo que se encontraba en cuenta regresiva.

"No me subestime, señor. Siempre me dijeron que era la mejor en la clase."

Agarró la empuñadura de la espada con las manos y corrió hacia Hades rápidamente. A tres metros del dios, saltó y levantó su espada. Apuntó la parte lisa de la hoja a la mano de Hades que agarraba la espada y con toda la fuerza que le quedaba le pegó en la mano. El golpe fue tan fuerte que hizo que el dios abra la mano del dolor y soltara la espada.

El lugar quedó en silencio. Sólo se escuchó el sonido de la espada chocando contra el suelo.

(t/n) no pudo evitar sonreír.

"Creo que he ganado."


***




ᴘᴇʀᴄʏ ᴊᴀᴄᴋsᴏɴ: ʟᴀᴅʀᴏ́ɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora