Capítulo II (2-2). 2da Ánima.

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Y devuelta a la batalla...

Una ex princesa miraba a todos lados en búsqueda del supuesto Ejecutor. Deteniendo sus ojos en una confrontación no muy lejos de donde se hallaba ella.

Una donde una mujer atacaba a una persona de baja estatura. Incluso disfrutaba verle sufrir, ya que con su mano dentro de su boca le quitó su capucha para ver su cara inocente y sufriente de ojos rojos.

Por un momento la protegida del arcángel pensó que ese chico era el tal Ejecutor, pero al ver que en su piel fría no tenía la mejilla rota, concordó que él no debía ser ese. Sin saber que el cachete rota se encontraba en el lado derecho, y ella solo veía el cachete izquierdo.

—¡Esa tía está maltratando a ese niño! —dijo por instintos maternales desconocidos, determinada en salvarle.

Con prisa voló hacia al combate, en un vuelo bastante mal porque nunca lo había hecho antes.

Frenando a ras al darse cuenta que iba a entrar en uno de esos círculos negros llamados Signos existenciales, que apareció repentinamente en el suelo. Claramente el círculo se había manifestado por la tunda física a la que sometía la mujer al chaval; pero la novata no lo sabía

Pero al ver que el muchachito a merced de la bruja que metió su mano en la boca de él, comenzaba a desaparecer. No pudo quedarse quieta frente a esa crueldad y no hacer nada; y no sabía realmente por qué. Pero de ella dependía ese crío; y sin saberlo, ese pensar suyo hacía que la Savia dentro de ella brotara de sus puños.

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Y, en el combate de allá...

—¡El señor G tenía razón sois tan chistoso al ser sometido! —Aseguraba su victoria al comentar la mujer frente al chaval.

Cuando de repente, tres disparos de Savia tumbaron a la bruja a varios metros de distancia. Interrumpiendo el proceso de sellamiento del chico con un objeto en la boca, que escupió antes de caer de espalda contra el suelo.

Mientras que desde el origen de los disparos. Una joven de actitud reservada, se emocionó de su ataque ejecutado.

—¡Lo hice, he podido usar la Savia! —Impresionada de sí misma veía sus manos, con sus pies a la mitad del borde del círculo; pero técnicamente adentro—. Vale, será mejor que me vaya.

Quería retroceder e irse, pero una especie de barrera invisible le impidió retroceder, porque el signo ya la había establecido como combatiente. Inclusive una tercera barra verde había aparecido en el Indicador álmico de esa batalla.

Furiosa la villana se levantó luego del ataque recibido, y con ver de dónde provenían, divisó a la tercera alma combatiente.

—Grr... ¡MALDITA ENTROMETIDA! —gritó fúrica por la angelina (ángel fémina) a lo lejos.

Apuntando con la zarpa saliendo de su manga larga derecha hacia la entrometida, las cuchillas de ella se estiraron hacia la Supervisora. Cogiéndola como un tenedor a un pedazo de pan, y de inmediato comenzó a retraerla.

Por fortuna, un chico de piel muerta tirado en el suelo, viendo las zarpas estiradas sobre él en el aire. Levantó su palma abierta hacia arriba, disparando Savia negra de ella. Partiendo por la mitad las zarpas, dejando libre a la capturada, y cayendo ella casualmente cerca de él. Aunque en realidad no realizó el ataque para salvar a la capturada, no más fue una reacción que hizo mientras restauraba los daños anteriores.

—Ahhh... —gritaron las féminas por diferentes motivos; la primera al aterrizar y la segunda por el ataque recibido.

Mientras que la bruja miraba con más detenimiento a la nueva alma, sintió él poder el Savialma inusual en ella. Un dato que su compañero caído de antes le dijo que podría existir.

El Ejecutor de la Muerte (Libro 1) (Ya Publicado)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz