Capítulo VI (2-2). 4ta Ánima.

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Abriendo los ojos el ojirojo asombrado, que estaba combatiendo contra el potenciado Luís (o Luis) guardaba silencio. Pues su rival había adquirido la manifestación 3 de la técnica de los Savialma; pero una cosa es poder y otra es la capacidad de controlarlo.

—¡¿Qué!? ¡¿Pero si el doctor tiempo es el único que puede hacer eso?! —Mirando a su colega de trece años opinó en contra de la acusación de hace segundos.

—Lo sé, pero teorizo que El Caballero le lavó su mente con alguna artimaña —opinó seguro el jovencito con capucha.

—¡OYE TÚ, TERMINAREMOS NUESTRA PELEA! —ordenó con gritos el Arcángel al Savialmado 3.

Gruñendo ese rubio crecido, regurgitando una especie de gran bala de Magma gélido de su boca; envuelta por una capa álmica que lo envolvía. Acoplando esa bala a su cañón con rapidez y con cuidado. Apuntándole al arcángel con ello, disparando un misil teledirigido.

Que no pudo evitar el Supervisor de las mejillas marcadas por la velocidad paranormal de esta. Congelándole de inmediato.

—¡¿SI QUIERES A TU AMIGO DEVUELTA DEBERÁS ENFRENTARME DE UNA VEZ?! —decretó el disparador iracundo al pequeñín sorprendido por su amigo paralizado.

—¡¿LUIS QUE HAS HECHO?! AHORA DEBO EJECUTARTE —dijo triste de tener que hacerlo.

—¡¡¡CREES QUE ERES FUERTE!!! ¡¡¡VEAMOS SI TU SAVIA MUTADA PUEDE CONTRA LA MÍA AMPLIFICADA!!! —Retó en obligación y tentación.

En ese instante el vengador comenzó a disparar contra el presunto recolector de almas; disparando orbes cargados de savia de su cañón, sin siquiera tener que cargarlas.

Teniendo entonces que correr el joven de negro con poderes limitados en ese mundo.

—¡¡HASTA CREES, QUE VOY A DEJARTE CORRER!! —gritó para el escapista, aunque más para sí mismo realmente.

Deteniendo sus disparos aquel Savialmado 3; con la izquierda activo cierta modificación de su cañón, cargando y apuntando el área donde estaría el Ejecutor. Para después disparar del agujero de su brazo- cañón una especie de gran proyectil de savia gélida.

Que al impactar el proyectil en el terreno donde justo cuando iba a pasar el chico, se creó una difusión helada de savia. Pegando las piernas del des encapuchado al suelo, y perdiendo su herramienta soltada al aire.

—¡¿Ayy!? —Cayendo de cara contra el terreno de savia helada—. Es la primera vez que veo una Ejecución savialmática como esta.

Impresionado el atrapado no podía dejar de mirar la ejecución que le había frenado. Ignorando que el cazador venía volando hacía él.

—¡Me he preparado para nuestro encuentro desde hace tiempo! —Conversó llamando la atención del analizador pegado al suelo—. ¡Ahora me dirás por qué borraste mis recuerdos!

Y al escuchar esas palabras el jovencito de cachete partido se fijó en el acusador con una cicatriz.

—¡Lúis, ya te dije que literalmente yo no puedo hacer eso! —refutó de nuevo ante el terco de savia tatuada como lágrimas bajo sus ojos.

—¡¡MI NOMBRE ES LUÍS, NO LUIS!! —Apuntándole con su cañón cargado gritó furioso.

Comenzando el Savialmado una rabiosa metralla de savia contra el chiquillo que odiaba.

—¡ARGGGG! —gritaba cerrando los ojos y haciendo fuerzas para soportar el sufrimiento de esos penetrantes disparos.

Y al terminar el disparador su desquite dejó al chiquillo agujereado y sangrando savia negra; escupiendo la sustancia oscura.

El Ejecutor de la Muerte (Libro 1) (Ya Publicado)Where stories live. Discover now