Capítulo VI (1-2). La venganza del Cazador de Ánimas (Parte 1).

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Informe para Alfa, el Ejecutor de la Muerte - De Juez San Gabriel:

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Ejecutor... Luego de haber terminado la ejecución de almas; mientras el resto de los Supervisores se hacían cargo de llevar a las almas que se encontraban en el evento, ubiqué al otro combatiente de nombre Miguel.

He Descubierto que se trataba del invasor rubio de no hace mucho (y también que se llama Luís). De alguna forma hemos llegado a Inframundo... (ilegible)

Vuestra ayuda... ha de ser requerida... para hacerme cargo... ayuda... localización. Luís parece odiaros, y busca vengarse de ti; no sé por qué. Existe la posibilidad que el Caballero le haya engañado para que trabajase para él; mis resultados... (ilegible).

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Tiempo atrás, tras la Ejecución de Almas. A fuera de Pinus Nigra...

No muy lejos del lugar donde los Supervisores transportaban a las Ánimas. Un grupo de Almas, líderes de Nueva orden los veía y planificaban su siguiente movida. Dirigidos por su líder máximo, jugando una partida de ajedrez con una misteriosa Ánima, difícil de ver por la oscuridad de la penumbra.

—Entiendo que tu deseo es ser la más fuerte, y tus resultados durante la ejecución fueron prometedores. Si te nos unes podrás cumplir tu deseo —discutía con voz elegante a una desconocida chiquilla.

Usando su alfil blanco el caballero para tirar la reina negra de su contrincante.

—Pero... He perdido, nunca podré redimirme si ni pude hacerles frente a cuatro simples Ánimas. —Lastimada observaba el tablero con su última ficha de juego, un alfil negro—. Soy como esta ficha, ni con el poder de la savia podría hacer frente a un ejército o aún peón de Juzgado.

—Ajaja, yo no lo creo —comentó con siniestro carcajeo. —Una pieza tan pequeña como tú puede ser coronada; siguiendo los movimientos correctos.

Dejando su juego para entrecruzar sus dedos, mientras las irises verticales en sus hombros se fijaron en la muchacha. Mientras su mano derecha cogía su alfil blanco sin tener que verlo, mostrándoselo a la misteriosa.

—Hace tiempo hubo un simple Alfil que con el poder de la savia acabó con todo un ejército, primero acabando con las piezas más fuertes; esquivando a todos los peones que se le cruzaban; para luego él mismo acabar con el rey de movidas ilimitadas. ¿No te gustaría ser mi Alfil con el poder 3 de la savia? —Contándole un peculiar cuento y sosteniendo la pieza, intentaba manipularla. No, hacer que ella misma se dejara manipular

—Yo... —Dudando la chica precoz.

—¿No te gustaría vengarte de ese Gabi que te humilló haciendo trampa?, o como me ha dicho la reina a mi lado, de quien es realmente él; Gabriel, el Arcángel de la Dirección. —Tentándola movía la figurita que cargaba lentamente por la punta.

El Ejecutor de la Muerte (Libro 1) (Ya Publicado)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt