Capítulo III (2-2). Máscaras.

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En la sección Historial de esa plaza...

El jovencito encapuchado luchaba contra el Ánima que dirigía a los zombis sanguinarios de la muerte, un alma de aspecto adolescente rubio, portando una gran chaqueta roja y un cañón en su brazo derecho (seguramente su herramienta). Pero lo más raro en él era que portaba una máscara (o antifaz) roja.

—¡Ríndete de una vez! ¡No podrás seguir invocando Des-Ánimos para siempre! —dijo enojado Ejecutor contra el Ánima, mientras propinaba mamporros a los esbirros.

—¡Lo haré de ser necesario, Ejecutor de la Muerte! —exclamó con ira el villano hacia el encapuchado.

A pesar de los esclavos que invocaba una presunta Ánima Savialmada, no parecía estar bajo la locura de esa técnica por completo, al menos en su comportamiento. No más por su cañón brazal blanco. Y eso era evidente por como con tanta facilidad el crío de rostro cubierto sometía a sus zombis.

¡Maldición es más poderoso de lo que pensaba! ¿Será que debí haber jurado mi lealtad al Caballero blanco para poder vengarme de este maldito? —Razonaba en la mente ese rubio con notar el poder del individuo bajito, pero muy poderoso—. ¡Nooo, quiero ser yo quien derrote a este niñato, no necesito de la técnica prohibida para hacerlo!

Notando esa lucha mental el peleador de la guadaña, siendo más evidente en la falta de eficacia de los esbirros.

—¿Eres de Nueva Orden, verdad? —Interrogó no muy interesado en su pelea. —¡Aunque es obvio que sí, porque la savia está en ti y que de alguna forma entraste a Paraíso! ¿Cómo le hiciste para entrar, por cierto?

—¡Cállate! —respondió con voz seca.

Respuesta que no escuchó muy bien el gótico burlón.

—¡¿Qué!? —Haciéndose el no oído, pero en verdad no entendió.

—¡¿QUÉ TE CALLES?, TÚ BLOQUEASTE LOS RECUERDOS DE MI VIDA! ¡¡Y TE HARÉ PAGAR POR ESO!! —develó a todo pulmón, soltando su ira contenida.

No obstante, un confundido chico se sacó el gorro, mostrando sus dudas ante el desconocido.

—Yo no puedo hacer eso... —dijo con un ojo entrecerrado con la cabeza inclinada—. ¡Ósea que te uniste a ese grupito únicamente por mí! ¡Tienes problemas sabes, jaja!

Apretando los dientes el rubio en vergüenza por las risas del niño. Cuando una comunicación álmica entrante le hizo dejar de escuchar al mocoso.

Luis, no olvidéis lo que tenéis que hacer para vencerle. A ese crío le fascinan los juegos como las citas de combate. —La voz de una lideresa de la Orden le comunicó al enmascarado nuevas pistas en la mente.

Por supuesto, ella le informaba como sí supiera todo lo que allí pasaba. Porque les vigilaba a lejos en esa misma plaza, solo que múltiples paneles informativos dificultaban a cualquier personal de los buenos verle. Solo podía suponerse que se trataba de un ángel fémina, destacando su gran altura.

Es cierto, ni, aunque invocará mis Des-Ánimos modificados tendría posibilidad de ganarle en un combate. Deberé ser más inteligente —Pensaba comprometido en triunfar.

Mientras que el muchacho dejando de reír se preparaba para salir disparado y embestir al rubio. Hasta qué, una proposición del Ánima le hizo parar.

—¡Oye! Resolvamos esto de otra forma sin una cita de combate. Un juego, si ganas me rendiré y te diré el propósito de esta invasión; y sí yo gano escucharás porque quiero vengarme —propuso serio, alejando a sus esbirros cerca del chico.

El Ejecutor de la Muerte (Libro 1) (Ya Publicado)Where stories live. Discover now