Capítulo 11

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Los padres de su jefe eran muy educados y elegantes, siempre tenían una buena predisposición y eran muy amables. Tras ubicarse en la sala, el joven comenzó a charlar con su padre, mientras que Amanda se levantó para sentarse más cerca de Emma. Con disimulo, Diego prestaba atención a lo que decían las mujeres, a pesar de que ya estaba teniendo una conversación.



-- ¿Y está niña? ¡Qué hermosa estás, mi amor!. -- exclamó Amanda mirando a su nieta y agarrándole las mejillas.


-- Me vistió papá. -- sonrió la pequeña.


-- ¿En serio? ¡Que bueno! Tiene un buen gusto entonces.


-- Sí, parece una princesa. -- agregó Emma, y la sonrisa de Isadora brilló el doble ante el halago. La abuela de la niña las miraba con ternura.


-- Se ve que le agradas mucho. -- comentó dirigiéndose a la joven.


-- Es encantadora.


-- Te agradezco por ayudarnos y cuidar a mi nieta.


-- No es nada. Al principio, la propuesta me pareció muy extraña porqué desempeña un rol tan importante de la noche a la mañana es como si se cayera un meteorito; pero, cuando ví a esta princesita, me encandiló desde el primer momento y me convenció.


-- No me sorprende. Parecen madre e hija.


-- Yo no tengo mamá, abuela. -- interrumpió la niña mirándola con ojos grandes.


-- Pero Emma te cuida mucho y siempre lo hará. -- respondió la señora.


-- ¿Es mi mamá?. -- parecía confundida.


-- Sí, ella puede ser tu mamá.


-- ¿Como papá?


-- Exacto, cómo tu papá.


-- Qué niña tan inteligente. -- comentó Vinicius, que también había escuchado la conversación.


-- ¡Abuelo, ahora tengo mamá!. -- anunció Isadora mientras se dirigía a su regazo con los brazos abiertos y una sonrisa resplandeciente.


-- ¿Te agrada Emma?. -- preguntó su abuelo acariciándole el cabello.


-- ¡Sí! Juega conmigo y me baña.



Todos se echaron a reír por el comentario. La joven se secó algunas lágrimas de los ojos, pues le enternecía que la pequeña estuviera tan felíz de que fuera su madre postiza.



-- Te ganaste el corazón de mi nieta. -- dijo Vinicius.


-- Sí, es adorable. -- Emma asintió con una sonrisa.



-- Sólo queda conquistar el corazón del padre. -- bromeó el señor, soltando una carcajada. Su hijo lo miró de inmediato con el ceño fruncido.


-- ¡Papá!. -- estaba indignado.


-- No está en mis planes. -- negó la chica con tono serio. -- Por el momento, en mi vida no hay lugar para los hombres.


-- Parece que hablas con amargura. ¿Sufriste alguna desilusión?. -- preguntó Amanda, preocupada y curiosa.


-- <<Desilusión>> es poco. Digamos que son cosas del pasado que es mejor olvidar.


-- Lamentó oírlo. Pero no le cierres el corazón al amor. Todavía hay algunos hombres que valen la pena.



-- Lo sé, pero, por ahora, no es lo que quiero. -- respondió Emma. La señora parecía decepcionada; sin embargo, al instante se le iluminaron los ojos.



Una madre por contrato para mi hija [ PAUSADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora