Capítulo 4

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La boda se celebraría el viernes siguiente. De camino a la casa de sus padres, Camila se había enfurecido con su padre por acceder a la boda a cambio del dinero para restaurar el órgano.

Pero cuando llegó, descubrió que su madre no estaba convencida de que fuera una buena idea.

—¿Estás segura de lo que vas a hacer?—Preguntó Sinuhé Cabello, con expresión consternada.

—Claro que sí—Replicó Camila.

—Pero cariño...—Su madre se retorció las manos en un gesto de ansiedad—Ella es tan...

—Dilo, Sinuhé—Intervino su padre—Es una sinvergüenza y una jugadora.

—Y yo soy una fulana—Aclamó Camila—Hacemos la pareja perfecta.

A su padre siempre le había molestado su tendencia al sarcasmo. Sacudió la cabeza y miró al cielo.

—Alejandro, por Dios—Imploró su madre

—No te preocupes, mamá—Dijo Camila—Éste es un asunto entre Lauren y yo.

Su madre lanzó una mirada furtiva a su padre.

—Camila...—Murmuró, titubeante.

—No, Sinuhé —Le cortó su padre—Déjala.

—Pero Alejandro, algún día tendrá que saberlo.

—Si te refieres al donativo para el órgano, ya lo sé —dijo Camila, mirando a su padre con frialdad.

Éste apartó la mirada.

—Alejandro...—Balbuceó su madre con semblante angustiado.

Camila miró a sus padres alternativamente. Sus rostros estaban tensos y se miraban el uno al otro con evidente preocupación.

—¿Qué sucede?—Interrogó.

Su padre apretó los labios.

—¿Mamá? —Camila se volvió hacia su madre.

—Nada—Dijo ésta, esquivando su mirada—Debe ser la emoción de tantas bodas en un año.

Se secó los ojos y con ello dio por acabado su arrebato de sentimentalismo.

—Camila, tu madre y yo queremos que seas feliz—Hbaló su padre, con la solemnidad que adoptaba para los sermones importantes—Pero nos preocupa tu temeridad.

—Tengo veinticuatro años—Replicó ella con amargura—Soy responsable de mis actos—Sus padres intercambiaron una mirada de ansiedad—¿Qué les sucede?—Preguntó Camila, irritada—Se están comportando de una manera muy extraña.

—Cariño...—Su madre utilizó el tono que reservaba para las ocasiones graves—¿Por qué dices eso?, estamos deseando que te cases con Lauren , ¿verdad, Alejandro?

Su padre masculló algo y recogió las notas del sermón que estaba revisando cuando su mujer y su hija lo habían interrumpido.

—Estaré en el despacho—Avisó y se marchó sin voltearlas a ver.

Camila miró a su madre.

—¿Mamá?

Sinuhé Cabello retomó la labor de costura que había dejado a un lado.

—No te preocupes por tu padre—Cuchicheó, al tiempo que doblaba la labor—Está nervioso por el sínodo.

Camila suspiró.

—Lo comprendo.

—No—Interrumpió su madre—Ése es el problema, que no lo comprendes.

Y tras aquellas palabras, abandonó la habitación y Camila se quedó mirando al vacío, con una mezcla de temor e incertidumbre.

Boda por escándalo Where stories live. Discover now