Capítulo 9

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Camila volvió a la casa por el camino más largo. No podía dejar de pensar que Lauren había conseguido que confesara algo, pero no sabía exactamente qué. Entró en la casa del mismo humor que había salido. Al no oír ningún ruido se acercó sigilosamente a la cocina en busca de algo que comer.

Acababa de terminarse un sandwich cuando Lauren apareció con una gran escoba.

—He quitado todas las telarañas y me preguntaba si querrías ayudarme en la biblioteca—Movió levemente la cabeza indicando hacia detrás de ella.

Camila la miró con inquietud.

—¿Haciendo... qué?—Interrogó.

—Ni ratas ni telarañas, no te preocupes—Tranquilizó antes de añadir—Necesito ayuda con unos libros.

—¿Libros?—Ladeó la cabeza confundida.

Lauren asintió.

—No sé nada, pero tengo la impresión de que alguno de ellos pueden ser valiosos—Asintió casi segura de ello.

Acababa de convencerla, Camila sentía pasión por los libros.

—De acuerdo—Aceptó poniéndose en pie. Era consciente de que se había dejado ganar, pero en aquella ocasión no veía en qué podía perjudicarla.

Siguió a Lauren hasta la biblioteca. Olía a humedad. Tres de las paredes estaban forradas de estanterías repletas de libros, frente al ventanal había un escritorio con cubierta de cuero. Camila contempló los lomos de los libros con admiración.

—¡Es increíble!—Chilló con ojos brillantes, al tiempo que acariciaba un libro de principios de siglo. Se volvió hacia Lauren con emoción —Alguno de estos libros valen una fortuna—Anunció con el brillo marrón de sus ojos destellando.

Lauren la observó atentamente.

—Estoy segura de ello—Sonrió en tono enigmático.

Camila estaba demasiado entusiasmada como para preguntarse qué había querido insinuar.

—Ojalá hubiera sabido que estaban aquí todo este tiempo.

—¿Por qué?—Preguntó Lauren a sus espaldas.

Camila mantuvo la vista fija en las estanterías.

—Adoro los libros antiguos. Su olor, la idea de que han sido leídos por generaciones enteras...—Se volvió hacia Lauren —¿Por qué los abandonaría su dueño?

—No lo sé—Confesó dirigiéndose hacia la puerta—Te dejo con ellos mientras preparo algo para cenar.

—¿No te importa que me quede?

Lauren  sacudió la cabeza.

—Claro que no. Yo no leo más que la página de deportes del periódico—Admitió.

Camila estaba segura de que mentía. De otra manera, no podía haber adivinado que aquellos libros eran valiosos. Pero Lauren salió de la habitación y la dejó a solas con aquella fantástica colección de antigüedades.

Una hora y media más tarde, Lauren la encontró acurrucada en un sofá, leyendo un libro juvenil.

—¿Es bueno?

Camila alzó la vista y sonrió. Era la primera vez que Lauren veía una sonrisa franca en su hermoso rostro.

—Adoro este libro—Suspiró como alumna enamorada.

Lauren se sentó a su lado y miró de reojo el libro.

—¿De qué trata?—Preguntó con curiosidad. Camila lo cerró abruptamente, de pronto se sentía avergonzada—Vamos, cuéntamelo—Insistió.

Boda por escándalo Where stories live. Discover now