Capítulo 7

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Un nuevo rayo seguido de un trueno sacudieron la casa, pero Camila no les prestó atención porque estaba perdida en la tormenta que había estallado en su interior en cuanto la lengua de Lauren entró en su boca.

Fue arrastrada por la ola de deseo que palpitaba entre ellas, un deseo que le hacía actuar de una manera que no reconocía, como si la dominaran fuerzas incontrolables. Sus manos buscaron el cabello de Lauren, sus gemidos llenaron el silencio de la habitación a medida que Lauren dejaba un rastro de besos sobre su cuello. Sabía que iba camino de la perdición, pero no quería evitarlo. Oyó el sonido de la cremallera de su vestido y lo sintió caer a sus pies. Los ojos de Lauren la quemaban incluso en la oscuridad.

—Voy a encender el fuego—Habló Lauren, en un susurro.

Camila estuvo a punto de decirle que ya lo había hecho, que todo su cuerpo ardía. Pero guardó silencio y le observó buscar una caja de cerillas sobre la repisa de la chimenea.

La llama de la cerilla iluminó levemente el rostro femenino de Lauren. Se agachó y la aplicó al montón de madera con una destreza que Camila pensó se debía a haber hecho aquel mismo gesto en cientos de ocasiones con cientos de personas.

Lauren se acercó a ella, pero Camila interpuso el sofá entre ambas. El fuego la iluminaba desde detrás y le hacía parecer aún más alta de lo que era. Sus ojos abrasadores la recorrieron de la cabeza a los pies.

—¿Has cambiado de idea?—Preguntó con sorna. Camila alzó la barbilla.

—No tomo la píldora.

—Tengo un preservativo.

—¿Sólo uno?—Habló Camila, sarcástica—Hubiera imaginado que tendrías de todos los gustos y colores.

—Me gusta agradar —Murmuró intentando acercarse.

Camila apartó la mirada y rodeó el sofá para evitar que la alcanzara.

—¿Quieres dejar de seguirme?, déjame en paz o grito.

Lauren arqueó una ceja con expresión divertida.

—¿Quién crees que va a oírte? ¿Dios?—Se estaba burlando de ella.

—Te aseguro que si gritara, me oirían.

—Así que te gusta gritar—Sonrió insinuante, recorriéndola una vez más con la mirada.

Camila se ruborizó. Hubiera dado cualquier cosa por poder vestirse. Como si tuviera telepatía, Lauren se inclinó y al incorporarse, sostenía su vestido entre los dedos.

—¿Buscas esto?

Camila apretó los labios.

—Tengo frío.

—Aquí hay un fuego magnífico—Señaló con la barbilla por encima de su hombro.

Camila pasó por alto el comentario—Dámelo—Ordenó.

—Ven por el—Respondió Lauren.

Camila contuvo el aliento al ver su mirada retadora y, de un rápido movimiento, le quitó el vestido de las manos. Tras volverse de espaldas, se lo puso y se giró de nuevo hacia ella con gesto desafiante.

—Si crees que vas a seducirme, estás muy equivocada. No pienso ser el juguete de ninguna persona.

—No se me había pasado por la cabeza—Lauren se agachó para atizar el fuego—No temas que vaya a saltar sobre ti y a forzarte. No es mi estilo.

—No —Camila apretó los puños—Tu estilo es como el de una serpiente, que busca el momento en que su víctima baja la guardia.

—¿Quieres decir que te has sentido tentada?—Lauren la miró por encima del hombro.

Boda por escándalo Where stories live. Discover now